JOHNNY COGIÓ SU FUSIL: ¿quién puede decir que la guerra es hermosa?

Como siempre he opinado, de muy joven leí libros que estaban muy por encima de lo recomendado para mi edad; en general porque no tenía todavía la madurez intelectual para entender todo lo que ofrecían, pero también porque, al no haber tenido las vivencias que narraban las historias (enamoramiento, pérdida de un ser querido, agresiones, hambruna, guerra…) no era capaz de empatizar con ellas. El tiempo, para bien o para mal, creo que ha solucionado estos dos problemas, pero a día de hoy sigo pensando que no hay un momento personal bueno para leer Johnny cogió su fusil (Johnny Got His Gun, 1939).

No pretenderé creer que los que leéis esta crítica habéis leído también el libro (o habéis visto la película del mismo nombre del año 1971); yo también me resistí durante un tiempo porque primero tenía que asumir la crudeza de lo que me iba a encontrar. La versión oficial, es decir, la de su autor, Dalton Trumbo, sobre que quería escribir su particular oda antibelicista, no prepara para el argumento de la novela, sólo pudiendo asemejarla, tanto en densidad como en contenido, a cuando leí La Divina Comedia de Dante.

Johnny cogió su fusil nos narra los pensamientos de Joe Bonham, un soldado estadounidense de un pueblo humilde que se alistó para luchar en la Primera Guerra Mundial y se despierta tras ser alcanzado por un obús en lo que presupone que es una cama de hospital. Con el tiempo va adquiriendo consciencia de su situación para darse cuenta de que le han amputado los brazos y las piernas y que está mudo, sordo y ciego. Desde la prisión de su propio cuerpo y siendo consciente de su cuerpo y cara desfigurados, sí tiene un cerebro totalmente funcional con el que reflexiona sobre la vida, la muerte, la guerra y su situación personal.

Con semejante premisa Dalton Trumbo embarca a su protagonista en un continuo monólogo consigo mismo en el que Joe pasa por todas las fases que podríamos imaginar, desde el pánico, hasta el intento de suicidio (imposible en su situación), hasta llegar al momento en el que intenta comunicarse con su enfermera.

Cada uno vivirá esta novela a su manera.

Como se suele decir, existen muchas lecturas sobre Johnny cogió su fusil, y era expreso deseo de Trumbo que cualquier persona, en su momento personal o histórico, hiciese la lectura que le pareciese oportuna; pero en general se pueden resumir en cuatro grandes temas: la dignidad del ser humano, la eutanasia y por ende el valor de la vida, los intereses ecónomico-políticos y el pacifismo-antibelicismo.

Y es fácil entender, viviendo el momento histórico en el que estamos, en el que los partidos políticos disgregan en temas como el aborto, la eutanasia, los derechos humanos, la igualdad de género, y en general temas que ponen de manifiesto el valor del ser humano como ente individual, cómo Dalton Trumbo ponía de manifiesto en su libro (a veces, casi, casi, sin posicionarse), los temas más relacionados con la dignidad del ser humano y su relación con los intereses políticos y económicos, pero el llegar a la conclusión de que todo esto parte por adoptar una política antibelicista, es ser ya muy contundente.

El antibelicismo, que tantos movimientos ha generado, tantos pacifistas corearon en tantas manifestaciones, tantos artistas impregnaron en sus obras, tantas gargantas suplicaron con la voz que el protagonista de nuestra novela, el jovencísimo Joe, no podrá pedir nunca. Ese antibelicismo que Los Suaves tan bien retrató en la canción Ourense-Bosnia y que a día de hoy me sigue poniendo los pelos de punta.

Johhny cogió su fusil no intenta tirar de la metáfora sutil para hablar del antibelicismo. Directamente nos habla a través de los pensamientos de un chaval que, creyendo en una especie de macabro sueño americano, se alistó para servir a su país y acaba mutilado y con la dignidad perdida, para siempre atado a una cama de hospital. No hay romanticismo en ello, no hay metáfora sutil a descifrar. El mensaje es alto y claro: la guerra genera muertos, la guerra destroza vidas, hogares, sueños y, en el caso concreto de nuestro protagonista, viola todos los derechos humanos al enfrentarnos a un caso muy concreto ante el que el sujeto sufridor no puede hacer valer su opinión sobre su propia vida.

Ahonda en la psique del soldado destrozado por la guerra

Es cierto que profundiza poco en los porqués, pero tampoco los necesita, de la misma forma que no requiere de una denuncia directa ya que los hechos hablan por sí mismos y el monólogo del pobre soldado herido en cuerpo, alma y mente no deja lugar a dudas. La lectura de Johnny cogió su fusil no es complicada de entender en ese sentido y permite entender perfectamente por qué marcó el pensamiento de aquellos americanos que crecieron con la Segunda Guerra Mundial (recordemos que se publicó en 1939).

En general, se trató tanto de un libro tan progresista como polémico. No sólo por los temas que trata, sino por el momento histórico tan concreto en el que se publicó, con la caza de brujas que se estaba viviendo en los Estados Unidos en ese momento y la propia “adhesión” de Trumbo al grupo de los Diez Hostiles o Diez de Hollywood.

Y, aun así, no se trata de que miles de madres escribieran cartas para que se reeditara Johnny cogió su fusil con el intento de convertirlo en el símbolo que obligaría a las autoridades a firmar la paz. No era un libro sólo en contra de la guerra, sino en contra de la obligatoriedad de servir en una guerra que ni se entiende, ni se tiene por qué aceptar como legítima (partiendo del supuesto ahora mismo de que eso exista).

La verdadera grandeza de #JohnnyCogióSuFusil es su capacidad para hacernos reflexionar sobre las funestas consecuencias de las guerras. Clic para tuitear

Tenía razón Dalton Trumbo en que cada uno interpretaría su libro a su manera. No es lo mismo el concepto que tenemos en España que en EEUU de guerra, ni de alistarse en el ejército, ni de servir a la patria. La Historia nos condiciona, pero también nuestro carácter, nuestra forma de entender la vida y el valor que le damos a la vida humana. Pero al final, como decía Metallica en One, la canción que escribió inspirada en este libro, “No puedo vivir, no puedo morir”, nuestra atención se centra en la lástima que nos inspira Joe Bonham y nos hace reflexionar sobre qué habríamos hecho nosotros de ser cualquiera de los personajes que integran la novela. Esa es la verdadera grandeza de Johnny cogió su fusil, su capacidad para hacernos reflexionar. Quizás ya no podemos hacer nada por los cientos de miles de Joes mutilados en camas de hospital, pero nos ayudará a tomar conciencia de la necesidad de vivir en un mundo en paz.

Johnny cogió su fusil

8.2

NOTA

8.2/10

Destaca en:

  • Un tema interesante y que sigue de actualidad
  • Pese a su crudeza y densidad, es un libro cuyo contenido es fácil de entender.
  • Su relevancia histórica.

Podría mejorar:

  • No es exactamente entretenido.
  • Su crudeza echará para atrás a muchos.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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