Cuando me leí El Problema de los Tres Cuerpos en 2016 (año en que Ediciones B la publicó en español) recuerdo que pensé que esa novela de Liu Cixin era carne de serie y que, además, iba a ser la mejor forma de no confundir personajes. Recuerdo que fue una de las pocas ocasiones en las que tuve que ir con papel y boli anotando los nombres de los protagonistas y sus relaciones con el resto. Me dio un poco de vergüenza admitir que todos los nombres de ascendencia china se me antojaban iguales. Ahora sé que no fui la única. Y en este momento ha llegado Netflix poniendo sobre la mesa la primera temporada de El Problema de los 3 Cuerpos (2024) provocando una ola de quejas en China por la americanización (que no occidentalización) de sus personajes. Podría ir más allá y tratar el tema de la inclusividad forzada, con esos “Cinco de Oxford” que parecen los Power Rangers, pero entonces este análisis de El Problema de los 3 Cuerpos se convertiría en un quejumbroso panfleto y nos desviaría de lo maravilloso que es encontrar hard sci-fi en televisión. Y lo complicado que resulta llegar a las masas con ella.
El título de la novela y, por tanto, de la serie, hace alusión a un problema de mecánica orbital (actualmente sin solución) en el que se trata de averiguar posición y velocidad de tres cuerpos, con indiferencia de su masa, que se ven atraídos entre sí. Variaciones en los datos provocan respuestas radicalmente diferentes. No es que esta primera temporada trate en exceso esta idea ni su extrapolación a otros campos sociales, pero creo que el objetivo de los guionistas David Benioff y D.B Weiss (los creadores de Juego de Tronos) era aproximar la historia en general, probablemente para acercar al gran público a la serie, parándose sólo lo justo y necesario en la problemática matemática.
Y esta decisión que, aunque un poco decepcionante, encuentro lógica, creo que va a pasarle factura por donde menos se lo esperaban los creadores. Los fans de la hard sci-fi van a encontrarse con una serie un poco mainstream; una serie de personajes que parece que lo importante no es tanto el problema al que se enfrentan como las relaciones de unos con otros. El resto de los espectadores, que no entienden la ciencia ficción si no hay naves espaciales y acción, tampoco conseguirán diferenciar esta serie de otras del género y quizás han llegado a ella porque tres de los actores de Juego de Tronos estaban incluidos en el elenco (John Bradley-West, Jonathan Pryce y Liam Cunningham). De alguna manera, puedo afirmar que El Problema de los 3 Cuerpos ha perdido bastante de su esencia por el camino.
Sin embargo, a los pocos capítulos de empezar la serie observas que han cogido elementos del segundo libro, El Bosque Oscuro (la trilogía de El Recuerdo del Pasado de la Tierra consta de los ya mencionados y un tercero: El Fin de la Muerte), adelantando acontecimientos que eliminan la tensión y la intriga (y el interés, que vaya, menudos spoilers para los que no hayan leído el libro), pero que también simplifican la historia. Ahora podría haceros una sinopsis bastante simplona de la primera temporada que casi borraría de un plumazo todo el interés que los fans de la saga habían depositado en la serie.
Una mala decisión en la China de los años 60 provoca que en la actualidad un grupo de científicos tenga que enfrentarse a una raza alienígena que viene a la Tierra con intenciones poco amistosas.
Vamos, argumento poco interesante se mire por donde se mire.
Pero como lo importante es el cómo, no el qué (y yo me he leído el libro y sé que la cosa no va por ahí) pues seguimos adelante, que sólo son 8 capítulos.
Condensar es bien. Eliminar el enfoque sociocultural es mal.
Recuerdo la primera parte del libro, con su Revolución Cultural y la criba de los científicos como angustiosamente densa. Magnífica y horrible. El primer capítulo de El Problema de los 3 cuerpos resume en unos pocos minutos la idea principal y lo hace de manera brillante. Un comienzo potente que auguraba ritmo, complejidad y fidelidad a la historia original. Esto termina cuando llegan los Cinco de Oxford (Jess Hong, Jovan Adepo, Eiza González, John Bradley y Alex Sharp) a hablar de lo humano y lo divino. Mientras, el poco ortodoxo oficial de inteligencia Da Shi (Benedict Wong) investiga los suicidios de brillantes científicos de todo el mundo. Entre romances y folleteos la serie va adquiriendo un tono de thriller policíaco extraño con toques de fantasía.
El origen de los fanatismos y las sectas.
La parte más interesante para mí es la creación de la sociedad terrestre al servicio de los extraterrestres, llamados San-Ti, a cargo de Mike Evans (Ben Schnetzer/Jonathan Pryce). Este ecologista reconvertido a magnate petrolero gracias a una herencia es la parte más cínica de la historia. Como buen relato de ciencia ficción no podía faltar la crítica ecologista, pero resulta irónico que el antaño salvador de aves en peligro de extinción haya decidido poner el futuro de la Tierra en manos de los San-Ti mientras él pone todos los recursos de sus beneficios petroleros a las órdenes de los alienígenas. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que el personaje de Mike ha cedido la responsabilidad de mejorar la Tierra a otros y, en su fanatismo, se ha creado un Dios que toma las decisiones por él.
Honestamente, El Problema de los 3 Cuerpos no es la serie que me esperaba. Es cierto que me hubiera resultado muy denso que toda esta primera temporada hubiera estado dedicada a hablar del entrelazamiento cuántico, de la investigación de nanomateriales o de los sistemas afectados por el problema de tres cuerpos, pero reducir la parte más científica a una conversación de bar y al último capítulo de la temporada me parece esperar muy poco de la inteligencia de los seres humanos por parte de Netflix. Tampoco he empatizado con los dilemas morales planteados, que son de Perogrullo, ni las actuaciones me han enloquecido. ¿Da para segunda temporada? Espero que sí, porque han abierto el abanico sin dudarlo entre spoilers y tramas, pero van a tener que esforzarse mucho para que la balanza no se incline de forma definitoria ante la adaptación china del año pasado (Three-Body Problem), que no la he recomendado al empezar el análisis… pues mira, por no desviar la atención de lo que estábamos, pero vamos, que en la CCTV y WeTV podríais verla y ya terminar de poner a caldo a esta versión de El Problema de los 3 Cuerpos que no pasa del aprobado justico.
El Problema de los 3 Cuerpos
Destaca en:
- La facilidad con la que explican los conceptos científicos.
- La escena del barco en el Estrecho de Panamá es terroríficamente espectacular.
- Occidentalizar a los personajes hace más fácil su reconocimiento…
Podría mejorar:
- …pero la inclusión forzada estropea esta idea.
- La manía de Netflix de hacerlo mainstream se ha cargado la profundidad de la historia.
- Los primeros capítulos carecen de buen ritmo.
- El spoiler que es soltar cuál es el problema de los 3 cuerpos.
- Actuaciones, en general, anodinas.