Mi primera sensación con Pobres Criaturas (Poor Things, 2023) era que nos encontrábamos ante una recreación de la historia de Mary Shelley, pero si Viktor Frankenstein hubiera decidido ocuparse de su Criatura. El desfigurado doctor Godwin Baxter (Willem Dafoe) resucita en secreto a Bella (Emma Stone) y, con la ayuda del aspirante a doctor Max McCandless (Ramy Youssef), van observando su evolución. Pero cuando Bella comienza a sentir curiosidad por el mundo exterior y se fuga con el crápula Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo) para vivir la vida loca, me di cuenta de que Pobres Criaturas es una reinterpretación de la historia de Pinocho.
Pinocho es un ser creado por Geppetto, un hombre solitario y amable que le lanza de cabeza al mundo nada más nacer. Sin una distinción del Bien y del Mal se junta con malas compañías, provoca las desgracias de sus seres queridos y sí, vive muchas aventuras. En Pobres Criaturas el director Yorgos Lanthimos (responsable de la grandísima La Favorita) y el guionista Tony McNamara (quien adaptó la película de una novela de Alasdair Grey) quieren mostrar una visión pura y objetiva del mundo y por ello dotan a Bella de una mente de infante, los únicos en este mundo que todavía no se han podrido por dentro gracias a su completa ignorancia de los problemas y las miserias del planeta.
¿Qué pasaría si de repente te desaparecieran todas las restricciones sociales? Que serías Bella.
Es una forma tan buena como cualquier otra de ofrecer una opinión sobre las cosas alejada de los convencionalismos sociales. Como niña que es, Bella sólo tiene instintos egoístas y sus reacciones ante aquello que no le permiten son el llanto, la violencia y la rebeldía. A medida que va adquiriendo experiencia y herramientas de comunicación Bella es capaz de ver el mundo con otros ojos. Su mente analítica, herencia de la educación proporcionada por el doctor Godwin, mezclada con un desconocimiento total de las normas y convenciones sociales son la clave del discurso de la película, siendo así que cada debate que sostiene Bella con sus interlocutores (los ya mencionados, así como otros secundarios: la anciana pasajera Martha Von Kurtzroc – Hanna Schygulla, su seductor amigo Harry Astley – Jerrod carmichael, la prostituta Felicity – Margaret Qualley o la madame Mrs. Prim – Vicki Pepperdine), la mayoría enfocadas en lo que puede o no puede hacer, genera nuevas preguntas en ella y, por ende, también en nosotros, los espectadores.
No hay que entender estas dudas como filosofía de la dura. Algunas cosas son perogrulladas, peeero… otras son de esas que damos por sentado y nunca nos hemos planteado si había otra manera de proceder o pensar. Por eso, Pobres Criaturas se concibe como el viaje de autoconocimiento, empoderamiento y liberación sexual de Bella, aunque en demasiadas ocasiones sólo muestra la búsqueda de placer hedonista de la muchacha (como si de su adolescencia-juventud se tratara), hasta llegar a una especie de madurez intelectual en la que le da por leer libros compulsivamente, para luego volver al sexo, ya sin una función narrativa.
Pero todo esto es una farsa. Esta especie de historia feminista en la que la mujer decide sobre su vida en general y su cuerpo en particular está escrita (y adaptada, y dirigida, y co-interpretada) bajo el prisma de los hombres. Es la visión de la sexualidad con una mirada bastante pervertida y demasiado banal. La rica vida interior que podría tener Bella en ese viaje, primero masturbatorio y luego lleno de relaciones sexuales, está reducido a un exhibicionismo vulgar, a un mosaico colorido y variado en el que, por primera vez desde que tengo memoria, una actriz consagrada como es Emma Stone se muestra completamente desnuda, para mayor deleite de todos los hombres que construyen esta fantasía. Todo lo cual hace que yo me pregunte: ¿está disfrutando Bella de sus momentos de sexo o todo son escenas rodadas para el placer hedonista del espectador? Un espectador que cada vez exigirá escenas más al borde de lo necesario para una película a la que ya le sobra metraje como para querer invertirlo en otra nueva y extravagante escena de sexo.
A los detractores de estas afirmaciones les invito a que recuerden que esta Criatura steampunk, este Pinocho de época victoriana, es una niña en el cuerpo de una mujer. Y las escenas de folleteo, masturbación y prostitución resultan francamente perturbadoras cuando uno no cae en el engaño visual que es el hermoso cuerpo de la Stone y se para a pensar que hasta para el humor negro tiene que haber una señal de Stop.
Pobres Criaturas quiere mostrarnos qué ocurriría si nos deshiciésemos de nuestras convenciones sociales y mostrásemos al ser primigenio que llevamos dentro. Un ser instintivo, visceral, egoísta y hedonista.
Así que el viaje de autodescubrimiento que tendría que haber sido conocer la naturaleza humana y el funcionamiento del mundo sólo se percibe en pequeños momentos a lo largo del film (el descubrimiento de una hermosa ciudad como Lisboa, por ejemplo), mezclados con otros de insustancial contenido como son verla comiendo pasteles, escuchando música o bebiendo licor. Cosas que, como es lógico, ya conocía de la mansión de Godwin. Y luego montones de escenas de sexo.
Pobres Criaturas es una fantasía extravagante y arriesgada. Quiere involucrarnos a todos en su fiesta en la que todo tiene que destacar. Así, la fotografía usa un ojo de pez, primeros planos extremos y mezcla colores en blanco y negro con estridencias cromáticas. El vestuario hace lo mismo con sus paletas de colores en oro, lima o rosa, vistiendo a la protagonista con lo más kitsch que puede encontrar en el armario. Y así con el resto de apartados, haciendo que la vuelta de tuerca peque de demasiado exagerada. Afortunadamente, los elementos funcionan, se autocontienen de alguna manera y nos ofrecen una historia que podemos asumir. Una historia sin duda extraña y que, al no servir para la introspección, es menos útil de lo que desearíamos, pero que te hace pasar un buen rato en el cine.
Pobres Criaturas
Destaca en:
- Un interesante universo rico en detalles.
- Las actuaciones del elenco en general y de Emma Stone en particular.
- La historia funciona como reinvención de Pinocho.
- La posibilidad de reflexionar acerca de un mundo sin convenciones sociales.
Podría mejorar:
- El falso empoderamiento femenino.
- La excesiva cantidad de escenas de sexo sin objetivo narrativo detrás.
- La extravagancia de la película a veces le pasa factura.
3 Comentarios
Pingback: GANADORES OSCARS 2024: la gala de los selfies. - Generación Friki
Pingback: NOMINACIONES OSCARS 2024: estoy cabreada, como siempre, sólo existen cuatro películas. - Generación Friki
Pingback: NOMINACIONES GLOBOS DE ORO 2024: ¡Atención! Tenemos cambio de paradigma. - Generación Friki