PAN. VIAJE A NUNCA JAMÁS: reinvención fallida de nuestra infancia

Todos conocemos la historia de Peter Pan, un niño que vivía en un lugar de ensueño en el que las aventuras con piratas, indios, sirenas y cocodrilos estaban a la orden del día. Todos hemos soñado con poder volar por los cielos de nuestra ciudad y terminar ayudando a Peter a burlarse del temible Capitán Garfio. Todos dejamos la ventana abierta por si su sombra se colaba de noche y teníamos que cazarla en algún cajón. Todos vibramos de emoción con las películas de un icono de nuestra niñez, de aquel que no quería crecer. Todos nos hemos sentido como Peter Pan pero ese que salió de la mente del gran James Barrie. Sin embargo, no todos hemos visto nuestros recuerdos reflejados en la gran pantalla con Pan. Viaje a Nunca Jamás (2015), el último intento de llevar al cine la más que conocida historia de nuestro héroe de infancia.

La historia nos sitúa en un Londres desolado por la guerra y el racionamiento de alimentos. En medio de este panorama tan hostil, pasan sus días en un orfanato un buen número de chicos bajo los crueles tratos de un grupo de monjas. Entre ellos destaca Peter (Levi Miller), un joven dispuesto a escaparse y así, buscar a su madre, y Nibs (Lewis MacDougall), su mejor amigo. Una noche, tras unas extrañas desapariciones, hace guardia para descubrir el origen del misterio. Pronto se verá embarcado en la aventura de su vida cuando empiece a trabajar en unas minas bajo las órdenes del fiero pirata Barbanegra y junto a un joven James Garfio buscarán la forma de escapar.

De todo el grupo de actores que forman esta película, hay que destacar a Hugh Jackman al que siempre recordaremos por la saga X –Men (2000 – 2014), Van Helsing (2004) o Chappie (2015). Llega a conseguir una caracterización muy creíble logrando casi que las más fieles admiradoras del actor se olviden de su atractiva figura con aquella chaqueta blanca en Australia (2008). Se mete en el papel de su personaje y llega a contagiar ese punto de locura que muestra a lo largo del metraje. No es su mejor interpretación pero cumple con las secuencias y las saca adelante. El resto del elenco (Garrett Hedlund, Rooney Mara, Levi Miller, Jack Lowden, Amanda Seyfried, Cara Delevingne…) cumple sin llegar a emocionar, empatizar o simplemente convencer al espectador.

#HughJackman destaca en #Pan consiguiendo una caracterización muy creíble. Clic para tuitear

Puede que uno de los aspectos que se salven de la cinta sea su apartado técnico. La gama de colores juega un papel fundamental durante el desarrollo. Colores grises y ocres dejan paso a una gama mucho más colorida cuando el protagonista llega a Nunca Jamás donde los azules, verdes y amarillos de todas las tonalidades despliegan toda su vitalidad. Por otra parte, cabe destacar la fuerza visual de los planos. Son tomados desde unas perspectivas muy interesantes cargando la escena de sensaciones. Alguno de estos planos se lleva usando en el cine desde películas como Pearl Harbor (2001) pero gozan de un protagonismo especial en la acción. Sin embargo, una carencia significativa en este sentido artístico y técnico son los efectos especiales, los cuales se debaten entre una dualidad: hay escenas o secuencias en las que funcionan muy bien y animan a querer seguir avanzando en la trama pero otros como, por ejemplo, los pájaros de Nunca Jamás parecen sacados de una película con diez años de antigüedad.

Toda esta declaración de intenciones por hacer de Pan una película distinta es precisamente su mayor error. Quiere en todo momento marcar unas bases propias sin descuidar las raíces que hicieron único a Peter Pan. Es por eso que la historia no termina de cuajar y personajes como Garfio quedan totalmente desaprovechados en un entorno que habría sido el eje fundamental de la acción. También hay que comprender que es una labor más que complicada superar el cuento clásico de Disney, Peter Pan (1953), la continuación de una historia como Hook (1991) o, incluso, llegar al nivel de una de las últimas versiones que han llegado, Peter Pan. La gran aventura (2003).

Para finalizar, es importante destacar que no queda claro si es una película para niños o para adultos. Diálogos y personajes están más dirigidos a personas que crecieron con las aventuras de Peter Pan pero la decoración queda destinada a unos chavales que pueden disfrutarla por las situaciones rocambolescas que se suceden. Aunque la lucha entre la vida adulta y la infancia quedan bien delimitadas en los personajes, no llegan a separarse de un modo claro. Por si fuera poco, el excesivo metraje tampoco ayuda mucho a decantarla de un lado u otro mostrando situaciones propias de películas de súper héroes. Peter es mucho más que eso.

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Pan. Viaje a Nunca Jamás viene presentada en un bonito envoltorio para ocultar su verdadero trasfondo: reescribir la historia de Peter Pan de una forma poco afortunada. A los pequeños que busquen aventuras y risas les encantará pero defraudará a los padres que quieran iniciar a sus hijos en la leyenda del niño que no quería crecer. A ellos habría que aconsejarles que sigan el camino: “segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer”.

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