TOP GUN MAVERICK: bastante más que una película sobre aviones.

Las fechas me bailan un poco, pero estoy convencida de que no había nacido cuando se estrenó Top Gun y, sin embargo, debe ser una de las películas de aquellas décadas de los 80-90 de las que mejores recuerdos tengo, a veces por sus constantes one liners, otras por la sátira Hot Shot, otras porque, simplemente, aparecía el playboy del momento: Tom Cruise. En el año 2022 estrenamos la secuela, Top Gun Maverick que, aunque narra hechos sucedidos 30 años más tarde que Top Gun, se siente casi como un remake o un reboot de la película original, mejorándola en todos y cada uno de los aspectos. Esto, que es casi normal a nivel técnico, sorprende cuando hablamos de su historia y su guion.

El capitán Pete “Maverick” Mitchell (Tom Cruise) lleva toda su carrera negándose a ser ascendido para poder seguir trabajando como piloto de pruebas de la Marina de los Estados Unidos. Tras un aparatoso incidente con un prototipo, con cameo de Ed Harris incluido, Maverick es destinado a Top Gun para entrenar a un grupo de élite de aviadores de F/A-18E/F Super Hornet (un caza, vamos) con una misión tan urgente como suicida (como no podía ser de otra manera). Y me encanta que no se sepa quién es el enemigo, detallazo.

Yendo por partes, lo interesante de la historia es el reencuentro de Mav con su pasado a través de todos los jóvenes que ahora le odian, desprecian o admiran y a los que tiene que entrenar para elegir a los más aptos para la misión. No son las típicas secuencias dramáticas y lastimeras en las que se vuelve una y otra vez a los hechos acontecidos en Top Gun. Es casi refrescante que Bradley “Rooster” Bradshaw (Miles Teller) no odie a Maverick por la muerte de su padre, remitiéndonos no sólo a un cliché, sino a un recurso facilón; sino que tenga motivos que atañen a la propia película que estamos viendo en este momento.

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Algunas escenas son guiños a la original, pero tienen su propio valor intrínseco.

Y al igual que Rooster, el resto de los personajes establecen sus propias relaciones con Maverick de una forma más enriquecedora y personal, haciendo que Top Gun Maverick se pueda sentir como una película única y no como una secuela sacaperras. Es por ello que todos los personajes (Jennifer Connelly como Penny, Jon Hamm como el vicealmirante Cyclone, Val Kilmer como almirante Iceman, Glen Powell como Hangman…) son cada uno la dosis individual que permite a Mav reconectar con la realidad.

Por ello, la historia evoluciona en el sentido de que Mav tiene que enfrentarse a un reto para el que no se siente preparado. Tiene que cuidar de gente por primera vez en su vida; de alguna manera, tiene que madurar y ello significa salir de su zona de confort, enfrentarse a sus miedos y, no menos difícil, tanto cuidar como dejar que le cuiden. Así, a pesar de que no requiere un gran esfuerzo interpretativo por parte de Tom Cruise, ni de ninguno de los demás actores, Top Gun Maverick nos deja algunos momentos de especial sensibilidad para el espectador (algunos con muy buenos one liners semiocultos a modo de guiño). Las escenas de amor tan empalagosas de la película original ahora son una historia bien hilada en la que se entremezclan las conversaciones importantes, los momentos cómicos y los tiernos. La breve escena de Iceman con Maverick refleja la verdadera relación que ambos mantenían y una dignidad en el trato que es fruto de la verdadera madurez de quien puede entenderse sin palabras (atención al estupendo trabajo de las IA para con Val Kilmer). Hangman, por su parte, es el nuevo Maverick y la relación instructor-alumno es de las más sutiles de la película, pero de las más importantes al mostrar ese aprendizaje que hace el protagonista en su propia madurez.

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Espectaculares escenas de vuelo grabadas por los propios actores.

¿Pero esta película no era especial por su uso de la tecnología con aviones?

Ahí está la gracia, en que es más que eso. En Top Gun mostraron la escena del voleibol con todos los militares guapísimos y fornidos luciendo palmito, derrochando esa testosterona propia de las películas de la época. Maverick y la nueva película maduran, haciendo que la nueva escena de rugby (o el fútbol americano ese raro) sea un acto de cohesión de grupo y no de deleite visual con olas de fondo.

También da al espectador paz y un respiro de todo el despliegue técnico, por supuesto. Viendo a los jóvenes gozar de un momento de asueto no pareces tan consciente del miedo que todos ellos deben sentir ante la llegada del deber. Son militares, y esa mezcla de querer dejar un legado y la responsabilidad de la familia que muchos dejarían atrás en caso de morir es muy interesante. El director Joseph Kosinski y el amplio elenco de guionistas dejan claro que con Top Gun Maverick no acudimos sólo a ver un espectáculo de aviones haciendo piruetas imposibles y ello queda reflejado en el guion. Por eso las clases de Maverick son tan necesarias, por eso el rugby es tan imprescindible, por eso la lección de trabajo en equipo se machaca tanto a lo largo del film.

Y ahora sí, aspectos técnicos.

Es posible que jamás se haya hecho nada como lo que vais a ver con Top Gun Maverick. Estoy segura de que no hay mejores y más nítidas escenas de aviones volando o escenas de batalla como las que aquí se grabaron. No recomiendo a nadie (sobre todo a nadie que no sepa distinguir CGI de realidad) acudir a ver la película sin saber que todas las escenas realizadas por los pilotos dentro de los aviones son reales y están grabadas en pleno vuelo. No hay efectos especiales generados por ordenador, así que sí, aquello que sientes cuando ves las piruetas, cuando ves vibrar al piloto, cuando les ves sufrir las fuerzas G… todo eso es real a través de mucho esfuerzo, estudio y horas de metraje.

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Una sola toma, vuelo real sin CGI, todo el set roto. Valió la pena. Y ese pequeñito es Ed Harris.

El habitual entrenamiento del que estamos acostumbrados a leer que tuvieron que sufrir los actores aquí se hace totalmente realidad al tener que someterse a un duro entrenamiento aprobado por la Marina a la vez que aprender los rudimentos del arte de grabar por ellos mismos. Bueno, quizás para Tom Cruise no lo fuera, ya sabemos que es un friki de la velocidad, las motos y los aviones, pero posiblemente para el resto del equipo fue un infierno.

El sudor, la claustrofobia, la náusea constante… volar en un jet no tuvo que ser un juego de niños. Innovación tecnológica de primera línea y una preparación de los actores fuera de lo común. 800 horas de metraje reducidas a pura calidad en sólo 2 horas y 10 minutos. Si no estuve presente por razones obvias en el estreno de Top Gun en el cine, estoy muy contenta de poder decir que sí lo estuve en Top Gun Maverick.

Top Gun Maverick

8.3

NOTA

8.3/10

Destaca en:

  • El guion, sólido y elocuente.
  • Nivel técnico perfecto.
  • Las escenas en los aviones: nítidas, realistas, emocionantes.
  • La química entre los personajes, que no te la esperas.

Podría mejorar:

  • No han sabido desprenderse de todos los clichés (como tirar el manual, ejem).
  • Hay que dar ejemplo, amigos, hasta en el cine: Tom, ponte el casco cuando subas en la moto.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. Como novelista ha publicado La Ciudad que Olvidamos (2024) y está centrada en la publicación de nuevos títulos. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II.

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