OUTLANDER: ¿se han solucionado los errores de la primera temporada?

Cuando terminé la primera temporada de “Outlander” no pude menos que pensar que la serie, que tan agradablemente se ve, tenía tres fallos bastante importantes. Es evidente, os los voy a contar, pero creo que no incurriré en ningún spoiler por lo que podéis seguir leyendo; no es la primera vez que esperamos a ver qué tal va evolucionando una serie antes de volvernos fieles seguidores. Yo, por lo menos, llevo notando estos últimos años una avalancha de series que me recuerda que debemos de aprender de los japoneses y su torpedeo de animes, para hacer una buena criba.

Los crímenes de la primera temporada

Así, no voy a juzgar si estos tres fallos son causa suficiente o no para decidirnos a ver o no “Outlander“. El atractivo de ésta no se encuentra en la resolución de los mismos (y no, tampoco en el escultural cuerpo de Sam Heughan ni en las tetas de de Caitriona Balfe quién debe competir con Eva Green por enseñarlas alegremente en pantalla a la mínima ocasión) sino en una fascinante historia, una recreación estupenda de la Escocia de la época, y unas actuaciones muy realistas.

Sin embargo, los fallos siguen estando ahí; por un lado, nos deja con la incógnita total de qué pasa en la otra época, con su verdadero marido de 1945, Frank Randall (Tobias Menzies, quien también hace el papel del antepasado de Frank, Jonathan Randall). Claire atraviesa las piedras, se planta en 1743, conoce a Jamie Fraser (Sam Heughan) y, ¿quién dijo que la bigamia estaba mal? Y el caso es que no se ahonda para nada en qué pasa en el otro lado, en su verdadera época, cosa que no resulta demasiado creíble a nivel argumental.

Por otro lado, tenemos una primera temporada llena de sucesos que pueden cambiar la Historia…¡pero nadie se preocupa del efecto mariposa! Probablemente Claire, que bastante tiene con sobrevivir en un mundo completamente diferente del que conoce, en donde las mujeres son poco más que objetos (aunque ella viene de 1945..tampoco sé qué decir), no se preocupa mucho por ello. Es más, acaba pareciéndole estupendo cambiar la Historia; pero a día de hoy cualquier serie que se precie debería procurar tener esto más en cuenta. Ciertamente, mi serie española favorita a día de hoy (“El Ministerio del Tiempo“) no se toma muy en serio los “pequeños” cambios que va dejando por doquier, pero tampoco es su objetivo; sin embargo, en “Outlander” creo que sí deberían haberle dedicado un poco de guión a esta cuestión.

En tercer lugar, en determinado capítulo conocemos a otra viajera del tiempo, y la chica pasa sin pena ni gloria. No digo que haya que ahondar en su vida alejándonos de la trama principal, pero es que resulta que este hecho sí es de la trama principal. ¿Claire se encuentra con otra viajera del tiempo y no habla de ello en toda la primera temporada? Me pasé el resto de la temporada diciendo: ya, pero ¿y la viajera?

Una segunda temporada que cambia el tercio

Debo reconocer que mis primeras impresiones nada más empezar la temporada (basada en el libro “Dragonfly in Amber” de Diana Gabaldón) fueron que no entendía de qué se quejaba Claire. Siempre rodeada de un halo de tristeza cuando debería ser más feliz. La han amado dos hombres de manera tan extraordinaria que podrían llenarse varias vidas de cualquier otra mujer.

Lo malo es que me cae bien la mujer y el hecho de que en esta segunda temporada empiece a preocuparse por los tres problemas que he mencionado de la primera parte (o bueno, que los guionistas nos los presenten) hace que acepte con entusiasmo el cambio de registro. De las tierras altas (y bajas) de Escocia, a El Havre, en Francia, donde Claire, Jamie y Murtagh (Duncan Lacroix) empiezan una serie de conspiraciones con el fin de detener el levantamiento jacobita antes de que sea una realidad y así que este no acabe en el desastre que la Historia dice que fue, acabando con los escoceses y con su cultura Highlander. No se puede negar que se aprende mucho de Historia con “Outlander“.

Cosas que se mantienen, cosas que cambian

La serie sigue teniendo ese toque sucio, oscuro y maduro de la primera temporada. Probablemente es más sorprendente porque la vida en Escocia es más sencilla. La corte de Versalles y todo París en general está lleno de intrigas, y en eso no se diferencia mucho de los clanes escoceses y el ejército inglés, pero sí que la violencia y el sexo tienen un tratamiento diferente al llenarse de pomposidad, desenfreno y todas las novedades en materia de lascivia que empezaban a gestarse en aquella época. Lionel Lingelser es un estupendo Luis XV que nos transportará a una época sórdida y brillante a la vez. Frances de la Tour como la madre Hildegard también os resultará un gran personaje que os mostrará la otra cara de un ciudad podrida, y Mary Hawkon, la dulce amiga de Claire, será interpretada por Rosie Day, quién hará un gran dúo con Laurence Dobiesz (quién interpreta al hermano de Jonathan, Alex Randall), serán la cara idealista e inocente que toda gran historia de amor necesita.

Lo más interesante de esta segunda parte es que Claire tiene que ir tomando decisiones más y más difíciles. “Outlander” se presenta como una serie donde el poder es algo relativo, los traumas por los que se sufre son más reales que nunca, y la cotidianeidad de su vida se mezcla con problemas que le vienen demasiado grandes. Ciertamente no estamos acostumbrados a encontrar personajes femeninos tan fuertes e independientes en la televisión, así que tanto Claire como “Outlander” son un soplo de aire fresco para todo aquel que crea que nunca podrá estar a la altura de las situaciones. ¿qué le salva a Claire? no es la belleza ni la posición, es su ingenio, sus estudios, su interés por lo que le rodea y sus ovarios bien puestos. Está claro que si hubiera sido una nini no habría durado ni dos días allí. O quizás habría acabado en un burdel, ¿quién sabe?

Lo que sí sabemos es que la segunda temporada de “Outlander” ha resultado estupenda, lo suficientemente cerrada como para que la dejéis ahí…y lo suficientemente interesante como para que esa tercera y cuarta temporada que hace unas semanas nos confirmaban que sí se haría, nos deje con ganas de volver a presentarle nuestros respetos en cuanto se retransmita.