Me gustó mucho saber que el libro más antiguo de la literatura china era un tratado filosófico. Dào Dé jīng o Tao Te King (s.VI a.C) significa más o menos El Libro del Camino y la Virtud y sólo por eso uno puede tener la seguridad de que estamos ante un texto de gran profundidad. Su relevancia parte de los temas que trata, entre los que destacan los consejos a los gobernantes y las guías de conducta para la gente sencilla, convirtiéndose de facto en un tratado sobre la mejor forma de seguir un camino virtuoso huyendo de la autocomplacencia. En definitiva, su autor, Lao-Tsé, quiere mostrarnos el camino del Tao.
Y según iba leyendo la introducción de mi ejemplar de Tao Te King me iba dando cuenta de que este libro se acercaba más al Libro Rojo de Mao o al Hagakure de lo que yo suponía. Un libro de pequeñas sentencias que puedes (y debes) leer deteniéndote al término de cada una de ellas para reflexionar sobre los significados de la lectura.
Un texto complicado, reinterpretado, influido y confuso.
Sin embargo, Dios me libre de afirmar que se trata de un texto sencillo. Aunque se dice que su división en pequeñas sentencias o versos es fruto de un intento por facilitar su lectura y memorización, lo cierto es que su estructura interna es caótica y confusa, con pocos signos de puntuación (característico de la literatura en aquella época) y dejando en suspense dónde termina una frase y dónde empieza otra. Si ya era complicado de entender para los eruditos del país, imagino cuán difícil debió resultar traducirlo del chino clásico al castellano (o a cualquier otra lengua).
Pero Tao Te King ha pasado a la Historia como uno de esos libros que influye y es influido en otras religiones. En esta ocasión hace migas con el budismo, del que coge mucha de su filosofía, y luego influirá en el cristianismo. Esto es intrínsecamente bueno puesto que cuando alguien lee a día de hoy este libro es posible que caiga en el error de pensar que se encuentra ante un texto sobrevalorado y pretencioso.
Digo esto porque sus pasajes ambiguos, las múltiples interpretaciones que aparentemente se contradicen en cada máxima, el estilo sentencioso… son razones para pensar que Tao Te King es un compendio de poéticas frases, pero con poca sabiduría real.
Como queriendo rebatir este pensamiento, pero sin querer entrar en la practicidad que supone una filosofía ancestral, no podemos ignorar que tanto el taoísmo como el confucianismo comparten la idea del Dao o Tao. Un concepto que hasta entonces no se había podido definir bien, pero al que se le atribuyó propiedades similares al arché de la filosofía griega. Ambos conceptos dan un significado al comienzo del Universo, a la razón de su existencia. Un concepto que en la tradición judeo-cristiana podría atribuirse a Dios, como aquel que no necesita de otra cosa para existir.
Sin embargo, Tao significa literalmente El Camino, así que esta doctrina filosófico-mística trata de una búsqueda, en la que la sabiduría y la felicidad consisten en conocer el Tao y estar en armonía con él. Debería ser sencillo llegar a esta conclusión tras leer este breve libro de apenas 123 páginas, pero yo sólo me he quedado con unos conceptos vagos que intento desgranar en dos partes: aquellos que como el mismo Tao son volátiles, extravagantes, apenas pueden explicarse con palabras; y aquellos que uno puede aplicar en la vida diaria por ser simplemente una guía de conducta.
Y quizás aquí es donde me he encontrado, valga mi sorpresa, con la auténtica amenaza. No es extraño en filosofía encontrarnos textos que no nos agraden, o con los que no estemos de acuerdo. A veces los encontramos simplemente desfasados, pero otros nos parece que desafían esa libertad individual que hombres y mujeres hemos logrado con el paso de los siglos. Por supuesto, podemos mirar para otro lado. Todos sabemos la opinión que Aristóteles tenía del papel de las mujeres en la sociedad y sigue siendo considerado uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos.
El #taoísmo se caracteriza por la compasión, la moderación, la renuncia a la actuación humana y el rechazo a la violencia. #LaoTse #TaoTeKing Clic para tuitearNo, Lao-Tsé realiza sentencias particularmente incómodas por resultar sentenciosas. Todo aquel que se sale del Camino parece ser extremadamente indigno, lo cual convierte al autor en todo un pedante… hasta que se advierte tu tono escéptico, presente en muchas de sus máximas (excepto en las de la guerra). No obstante, se requiere mucha apertura de mente y resiliencia para no concluir que el autor sostenía una superioridad moral con cada sentencia de su libro.
Tao Te King pregona la supremacía de la nada sobre el ser, del vacío sobre lo lleno. Un sendero por el que llegar a la inmortalidad. Os cuento todo esto porque si analizar una obra de esta envergadura se me antoja imposible, no lo es tratar de que acometáis su lectura con la introspección de espíritu que requiere meterse en la mente de un hombre del s.VI a.C. Si habéis llegado a este punto de la lectura de este artículo sin un dolor de cabeza enorme os animo a que le deis una oportunidad y expreséis cuáles de sus sentencias os han gustado más, de cuáles creéis que podéis aprender para la vida diaria. Yo me quedo con la XXII, la XXXII y la LXVII.
Tao Te King
Destaca en:
- Aprende uno de primera mano sobre el taoísmo.
- Cubre muchas áreas sobre la convivencia humana de gran utilidad.
- Muchos de los valores que pregona son universales y atemporales.
Podría mejorar:
- Caótico, de estructura narrativa compleja.
- Da lugar a muchos malentendidos.
- A día de hoy no se ponen de acuerdo en la traducción de los conceptos principales.