Generación Friki
Siempre analizamos los combates medievales que tienen lugar dentro de España, la tradición aquí es muy fuerte y tenemos suficiente con los eventos que genera este deporte, cada vez más en alza.
No obstante, esta vez nos trasladamos a Carcassonne, en Francia, para asistir a un torneo que incluía a luchadores rusos, franceses, españoles y portugueses y que prometía ser realmente espectacular, llamado Championnat de Béhourd y que se realizaba dentro de la Ciudadela de Carcassonne (razón también por la que se le llama Tournoi de la Citadelle o Torneo de la Ciudadela) en un anfiteatro permanentemente habilitado para eventos llamado Théâtre Jean-Deschamps y que está bellamente enmarcado por el castillo por tres de sus lados.
Un castillo como Dios manda.
El Castillo de Carcassonne es el que marca la primera diferencia. Ciertamente, en términos generales, no tiene nada que envidiar a nuestros castillos españoles; sin embargo, a la hora de conseguir espacios donde celebrar los eventos, es más complicada la cesión, puesto que se trata de fortalezas protegidas y es tan importante un buen sitio donde practicar el combate medieval como proteger todo lo que le rodea.
Así, el Castillo Medieval de Montearagón, en Huesca, se alzaba orgulloso, pero en ruinas, mientras se sucedían fuera los eventos; Burgo de Ebro sólo tiene el nombre de medieval, los combates tenían lugar en la plaza de toros del pueblo en unas y otras ocasiones; pero, como para rebatir que los combates sólo se realizan en espacios no demasiado magníficos, ahí tenemos el Castillo de Belmonte, posiblemente, uno de los mejores conservados y con un espacio muy grande para todos los torneos que se quieran celebrar.
Normalmente este Castillo de Carcassonne es un lugar turístico abierto al público como cualquier monumento histórico, sólo que en esta ocasión sí había que pagar entrada para acceder a él. Se trata de un edificio enorme y, al igual que el de Belmonte, en muy buen estado de conservación y que representaba, por la ubicación y extensión de su “patio de armas”, el emplazamiento perfecto para que se desarrollasen los combates.
No había feria medieval
No es que sea imprescindible, pero nada hay mejor para la recreación histórica que añadir una feria medieval. Esto, en términos generales. No obstante, para aquellos que crean que están acudiendo a la Feria de El Álamo o a cualquiera de dichas ferias, no debemos olvidar que el combate medieval es un deporte, por lo que no nos debe extrañar si, quitando el aliciente de tener un castillo de fondo, no tenemos puestos de comida, cetrería, juegos tradicionales o un campamento. Se trata sólo de la disciplina deportiva.
El evento deportivo no ha cambiado
O sí. La mayor diferencia con los eventos españoles era el escaso tamaño de la liza que aportaba Carcassonne, excesivamente reducida para las necesidades de un deporte donde, como podréis ver hacia el final del vídeo que os anexamos, se producen combates de “todos contra todos” o melés.
En Carcassonne este evento tiene lugar cada uno o dos años, lo lleva una federación francesa y la disciplina se llama “Behourd”. Los combatientes se especializan en un arma: espada, escudo, lanza…y el objetivo sigue siendo tirar al contrario al suelo.
Aquí nos encontramos con otra gran diferencia. Muchos de los combates que veréis en el vídeo son de rusos contra franceses (y menuda tunda se llevaron los franceses) y parece haber una cautela innata por atacar y un empeño en prescindir de las espadas y alabardas para, no se sabe muy bien cómo, convertir el combate medieval en artes marciales, donde las armas eran más instrumentos para agarrar al adversario, que armas para golpearles con ellas.
Es posible que echáramos en falta algo más de fiereza en los combates, aunque el público francés no parecía estar de acuerdo, dado lo mucho que se emocionaban.
En el vídeo veréis una recopilación de combates de 1 vs 1 , 5 vs 5 y melé. Quiero recalcar que, pese a las diferencias con los torneos españoles, el evento estaba muy bien organizado, el espacio estaba muy bien habilitado y sí, ríete tú de las gradas que montamos aquí en España. ¿Nos damos un paseo por Francia?
NO MUY RECOMENDABLE. Lo siento, pero, aunque la parte de espectáculo ecuestre no estaba del todo mal, el resto del contenido era ese tipo de relectura de la Historia totalmente desviada, a favor de los cátaros, y absolutamente en contra de cualquier cosa que huela mínimamente a católica. Lo cual, después de 7 siglos y sin suficientes datos históricos contrastables, es toda una temeridad, que hasta los niños de primaria cuestionaron durante el tour. PRESCINDIBLE.
Hola, RRuiz
Lamento que no te gustara el torneo, aunque el artículo es del 2018 y no sé si año tras año acudes a este evento y no ha variado nunca (para mejor). Si es el caso y todos los años caen en los mismos errores, estoy contigo, es una lástima el poco rigor histórico.
Un saludo y gracias por opinar.