Esta Japan Weekend de septiembre de 2021 ha sido el cuarto evento que celebra la organización desde que, tras las restricciones del Covid, se intentó volver a la normalidad. Los resultados son bastante satisfactorios, pero detrás de ellos hay mucho sufrimiento. ¿Podían celebrarse los eventos? Sí, pero con restricciones. Y ese “pero” está siendo diferente según la comunidad autónoma donde se celebrase la Japan Weekend (recordemos que los responsables de este evento únicamente organizan esta feria), con los continuos problemas de organización que ello conlleva.
Quizás porque todos hemos vivido cosas desde incómodas hasta terribles durante esta pandemia era tan importante la celebración de estos eventos dedicados al mundo nipón, lugares de disfrute, de celebración de una cultura que nos apasiona y, para muchos, el espacio donde dar rienda suelta a su medio de vida (que no modo, medio, muchos viven de estos eventos). Todavía con restricciones la Japan Weekend ha sido capaz de rescatar cosas que la hicieron famosa, reinventarse para ajustarse a las exigencias sanitarias y permitir que el público siguiera disfrutando comprando y compartiendo.
Comprar y festejar
Y no estoy exagerando. Aunque muchas veces hemos hablado en Generación Friki que la parte negativa de estas ferias era su carácter de centro comercial de pago, lo cierto es que los asistentes al evento deseaban en esta ocasión comprar en los puestos de artesanía que abarrotaban la casi totalidad de uno de los dos pabellones destinados a la Japan Weekend, así como disfrutar bailando, cantando y sintiendo que el chaval, cospleado o no, que está a su lado, tiene la misma sensación de libertad.
Por eso, esta Japan Weekend no ha tenido como eje principal conferencias o concursos, sino simplemente el poder pasear por los stands y ver, ya no a través de una pantalla o de la app de pago de turno sus objetos favoritos, sino poder volver a interactuar con ese vendedor que, ahora ya por fin, podía mostrar sus artesanías a un público ávido de compras.
Echarse atrás
Es obvio que muchos expositores se habrán quedado en el camino; no todo el mundo puede permitirse quedarse dos años sin trabajar y es más difícil de lo que parece adaptarse deprisa a las nuevas necesidades. Sin embargo, y dado que para muchos es su única fuente de ingresos, la Japan Weekend estaba abarrotada de expositores y, afortunadamente para ellos, la gente ha respondido positivamente.
La gente de fuera
Cosplayers, cantantes, mangakas… toda aquella presencia internacional que antes era una constante en las Japan Weekend ahora o no puede, o no se atreve a venir. Posiblemente, es una cuestión de tiempo, pero en esta edición en Madrid brillaban por su ausencia las estrellas internacionales, sobre todo las asiáticas.
También es cierto que con más de un año cerrados la economía no estaba muy boyante para poder hacer un despliegue de figuras extranjeras; los esfuerzos de la organización estaban dedicados a poder sacar el evento adelante a fin de poder realizar otro en las fechas previstas. Quizás por ello se notaba una escasez de medios en aquellas cosas que han considerado secundarias (como, por ejemplo, luces, pantallas, escenarios, etc), aunque, por contrapartida, sí que ha habido más presencia de invitados nacionales que, de otra forma, quizás no habrían conseguido tanta asistencia a sus presentaciones.
¿Cuál va a ser el camino a seguir?
Hablábamos con Israel Pinto, presentador del escenario principal (y uno de los organizadores de la Japan Weekend), que nos aseguraba que cada comunidad autónoma exigía un tipo de evento diferente. La calidad y cantidad de los stands de artesanía en Madrid nos indica el gusto desarrollado por adquirir merchandising de nuestras series, videojuegos o mangas favoritos.
Siempre intentando que nos sobre tiempo también a nosotros para ver qué novedades nos trae la feria, me quedo en esta ocasión con el arte de Hello Geek&Freak que, con sus delicadas y originales piezas de carácter friki y con materiales sensibles con el comercio justo, nos hizo recordar que a medida que nosotros crecemos, también lo hace el arte en la Japan Weekend y podemos adecuar nuestros nuevos gustos de la misma forma que lo hace un adolescente recién llegado al mundillo. Tuvimos ocasión de hablar con Eli Puig, la artesana que diseña y crea los tesoros de Hello Geek&Freak, totalmente de acuerdo con su filosofía de hacer una línea fina y discreta porque, como ella dice “¡hoy en día puedes ser friki y también ser elegante!”.
Quizás esta es la razón por la que seguimos defendiendo la existencia de ferias como la Japan Weekend: todos encontramos algo que nos gusta, que nos identifica y que nos hace sentirnos parte de una comunidad.
Muchísimas gracias por parar en nuestro stand y dedicarle estas palabras a mis piezas. Me alegra enormemente que os hayan gustado, ¡GRACIAS!