SOMBRAS DE MORDOR: Bat-Assassins-de-los-anillos

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Cuando me enteré de que EA preparaba un juego llamado “Sombras de Mordor” y que sería el principio de una franquicia me alegré mucho. Y es que siempre se le llena a uno el corazón de esperanza por esta maltrecha industria cada vez que una gran productora anuncia un juego que no es una secuela, precuela, homenaje o remake de algo.

Sombras de Mordor” (en realidad su nombre es “La Tierra media, Sombras de Mordor” pero creo que ni su padre lo llama así) es un intento por parte de EA de crear una franquicia nueva, pero ya sabemos cómo se las gasta la peor compañía de EEUU, así que para no arriesgar e ir a lo seguro ha decidido meter su nuevo juego bajo la franquicia de “El señor de los anillos” y asegurar las ventas, sobre todo ahora que la tercera peli de “El Hobbit” está al caer.

¿Y de que va “Sombras de Mordor“? Pues trata de un Montaraz llamado Talion que busca venganza por el asesinato de su familia junto con el fantasma de un antiguo Elfo amnésico. En un paraje silvestre-industrial como es Mordor, Talion acecha desde las alturas a los pobres orcos mientras los aniquila con ataques sigilosos en un juego de mundo abierto. Pero no os creáis que Talion es manco en combate abierto, su facilidad para machacar pieles verdes está más allá de toda duda, y se sirve de todo tipo de poderes y tretas para apuñalar, desmembrar, empalar y desollar a los fieles y abnegados súbditos de Sauron.

Pocos minutos llevaba a los mandos de “Sombras de Mordor” cuando me dije a mí mismo: “Tío, esto ya lo he jugado”. Y es que la sombra del murciélago es alargada amigos, Batman ya me había enseñado antes cómo matar sigilosamente; también había aprendido de él las mecánicas del combate, los contraataques y los remates, a marcar enemigos y a cambiar puntos de experiencia por habilidades. Además, resulta que lo que Batman no me había enseñado ya lo tenía memorizado de las horas pasadas con Ezio en “Assassins Creed“: esconderme en los arbustos acechando, trepar a las atalayas para descubrir territorio, hacer el “salto de fe”, cruzar las calles de lado a lado por cuerdas que alguien ha puesto ahí sin ningún propósito… en fin, para qué seguir. “Sombras de Mordor” es meter la saga “Arkham” de Batman, “Assassins Creed”  y el anillo único en una coctelera y agitar fuerte, ¿Esto es malo? Sí… y no.

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¿Os suena de algo?

El juego nos propone movernos por la región de Mordor, bastante discretita en tamaño, con nuestro Assassin Montaraz cumpliendo misiones secundarias y otras que harán avanzar la historia. Iremos desbloqueando poderes y armas, y poco a poco también se irá destapando la interesante historia de nuestro amiguete Elfo, bastante interesante y bien encajada dentro de la mitología de “El Señor de los Anillos“.

Gráficamente queda patente desde el minuto uno que estamos frente a un juego “intergeneracional” pues aunque en PS4 y Xone los gráficos son suaves, sólidos y muy definidos, les falta ese toque de complejidad y meticulosidad del que hacen gala los juegos desarrollados específicamente para la “next-gen”. Tampoco ayuda que Mordor sea un sitio tan monocromático y que ofrezca la variedad visual de un camión lleno de peras, que si bien el juego bebe del fantástico diseño artístico de las películas de la sagrada trilogía, a las pocas horas estaremos hasta las narices del barro, las estructuras orcas, las rocas y en general del inhóspito y yermo paraje que es Mordor, (al que por otro lado, recordábamos mucho más oscuro y volcánico) y lo visualmente estéril que resulta todo.

 Jugablemente “Sombras de Mordor” está muy a la altura, como no podía ser de otra manera viendo sus estupendos referentes. El juego es divertido y Tilion se mueve con la agilidad de Batman un montaraz bien entrenado; los escenarios son suficientemente complejos y además cuentan con diferentes elementos que podemos usar a nuestro favor, como las bestias salvajes  (mecánica copiada de la saga “FarCry” ), los muros destructibles, las colmenas de abejas y demás menesteres. Moverse por Mordor dando caza a nuestros enemigos sin ni siquiera cumplir ninguna misión, ya es de por sí algo muy entretenido.

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Solo falta el Bat-movil

Y aquí aparece la mecánica estrella de “Sombras de Mordor“: el sistema “Némesis”. El juego genera de manera aleatoria y orgánica una serie de generales orcos, que gracias a un algoritmo son siempre diferentes entre sí, que lucharán entre ellos por alcanzar rangos más altos dentro de la jerarquía del ejercito de Sauron. Si un general Orco mata a otro asumirá su puesto y se hará más poderoso. Si un orco cualquiera nos mata a nosotros pasará a ser general y se mofará de habernos matado la próxima vez que nos encontremos con él. De este modo, el estupendo sistema “Némesis” añade un fabuloso entretenimiento y un elemento de calidad y originalidad al pastiche que es “Sombras de Mordor“,  siendo el mejor “generador aleatorio de misiones” que hemos visto en un juego de este tipo.

Contaremos además con una más que buena localización y doblaje al castellano, con la participación estelar del doblador original de Gollum, tirando en sus líneas de guión de clichés como “el amo bueno”, “mi tesoro” y “Gollum conoce un camino más oscuro y secreto” que harán las delicias de todos los fans de la saga de Tolkien.

Sombras de Mordor” es un juego que copia, copia mucho y de manera descarada, pero su estupendo sistema “Némesis” y que el juego es divertido al fin y al cabo, lo salvan de la mediocridad. Y es que amigos, un sistema de juego pulido, una historia bien hilada y un apartado técnico sólido no se encuentran hoy por hoy en todos los juegos, así que no nos queda más que darle un OK a la obra de Monolith y EA y esperar que en la próxima entrega sean más variados, originales y , en definitiva, más atrevidos.

7.5 out of 10 stars (7,5 / 10)

 

About Adrian

Adrian Arribas es fundador de Generación Friki. Apasionado de los videojuegos, el manga y el cine desde la más tierna edad, también se encarga de redactar artículos para todas las secciones, aunque se centra especialmente en videojuegos, cine y eventos. Fuera de Generación Friki Adrian es desarrollador de software.

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