La vida es un poco extraña. Nos hemos pasado los últimos 10 años esperando secuela tras secuela de las películas de Marvel y sus personajes, culminando todo su universo en un apoteósico final hace apenas unos meses. Por otro lado, hemos asistido a la trilogía de ESDLA y las infames El hobbit. Llegaron oleadas de películas sobre Harry Potter, Star Wars y algunas obras de fantasía de esas que sabes que no defraudan, y yo, sin embargo, siento como si me hubiera pasado toda esta década esperando la única secuela que me importaba y de la que no he dicho aquel consabido “¿por qué no han dejado la película como estaba?”, fruto de mi escepticismo hacia todo aquello que suele ser consecuencia de querer sacar pasta de un producto, y no del deseo necesario y justificado de seguir contando la historia, mostrando un respeto real hacia lo antes realizado.
Efectivamente, si hay una secuela que esperara con ganas y que ha sido más anunciada y luego retrasada que un juego del E3, esa ha sido Zombieland 2 (Zombieland Double Tap) o Zombieland mata y remata (sí, hay algunos títulos que simplemente deberían ser Nombre + Nº, que luego nos salen horteradas como las que acabo de ver en el cine: Maléfica: Maestra del Mal).
Afortunadamente, lo menos acertado de la película es su título, ya que nos encontramos con una digna sucesora de la divertidísima comedia post-apocalíptica del año 2009, en la que cuatro supervivientes, Tallahassee, Columbus, Wichita y Little Rock aprendían a soportarse entre sí mientras intentaban sobrevivir en un mundo plagado de no muertos.
Han transcurrido algunos años desde que aquellos desconocidos encontraran en cada uno de ellos a la familia que siempre quisieron y las cosas han cambiado bastante en el pequeño grupo: Tallahassee ha superado su obsesión por los Twinkies, Columbus y Wichita parece que han entrado en una fase madura de su relación y Little Rock ha crecido, está sufriendo una etapa tardía del pavo y ha decidido que quiere vivir su vida alejada de ellos. Cuando los demás se enteran, saldrán en su búsqueda, abandonando la comodidad y seguridad de la Casa Blanca.
Pese a que puede parecer una película basada nuevamente en los 4 personajes principales y un road trip como forma narrativa, Zombieland 2 se dedica constantemente a presentar nuevos y originales personajes que crearán tramas secundarias llenas de situaciones disparatadas y humor (del habitual y del negro).
Y es que esta segunda parte ha aprendido bien de las cosas que tanto gustaron de la primera película y las intensifica en Zombieland 2 con resultados tan sorprendentes como destornillantes. No es muy habitual, pero, como es en este caso, a veces te encuentras con una película que acumula tantos gags que te cuesta contenerte para no perder el hilo narrativo, resultando de ello una segunda parte mucho más divertida que la primera.
Obviamente, la cinta tira mucho de referencias para explotar el lado cómico, algunas que no necesitan de un gran conocimiento previo por nuestra parte, como son todo lo que rodea al universo de Elvis Presley, y algunas que, como mínimo, requieren algo de conocimientos musicales por nuestra parte. No obstante, la inclusión de referencias en Zombieland 2 no impide disfrutar de la cinta, siendo no obstante recomendable tener visionada la primera para no perdernos esa parte de referencias que provienen de allí.
Una de las partes bien explotada en la primera parte y mejor explotada aquí es la parte de las Reglas a las que es tan aficionado Columbus. Era sin duda un filón que necesitaba de una vuelta de tuerca que Zombieland Mata y Remata ha sabido proporcionarle.
La parte relativa a los zombies también ha tenido su vuelta de tuerca particular, no limitándose esta vez a mostrar encuentros o batallas con no muertos algo fantasiosas y macabras, sino mostrando un nuevo tipo de zombie que pondrá a prueba la unidad familiar (otra vez recurrente dentro de los temas a explotar por la película) y las Reglas de Columbus.
Respecto a las actuaciones, no hay ningún cambio dentro de las personalidades de los 4 protagonistas. Quizás esperaba algún cambio en Columbus, al haber alcanzado lo que siempre soñaba, o un radicalismo más grande en la manera de actuar y de expresarse de la joven Little Rock, pero probablemente lo que nos enamoró de la primera Bienvenidos a Zombieland eran las personalidades interpretadas por Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Emma Stone y Abigail Breslin (y la aparición de Bill Murray, claro), y simplemente se siente muy disfrutable la hiperbolización de sus caracteres al interactuar con los nuevos personajes: la repollo Madison (Zoey Deutch), el hippy Berkeley (Avan Jogia), la dura Nevada (Rosario Dawson), o los “dobles” de Tallahassee y Columbus, Alburquerque (Luke Wilson) y Flagstaff (Thomas Middleditch), respectivamente.
Era inevitable que, para que la secuela tuviera algún sentido, nuevos personajes y tramas tenían que ser incluidos. Ruben Fleischer dirige con maestría y humor ácido el guion escrito por Rhett Reese, Paul Wernick y Dave Callaham, con mejores resultados que los que cabría esperar. En un mundo cinematográfico saturado por películas y series de zombies es alentador ver cómo una comedia de este estilo triunfa hasta el punto de que durante 10 años gremio y aficionados se han esforzado en sacar esta secuela a la gran pantalla. Zombieland 2 ha demostrado que 10 años después sigue funcionando la misma fórmula inofensiva y simpática de humor + gore + personajes disfuncionales cuando los juntas para hacer frente a los zombies.
Zombieland 2
Destaca en:
- Digna sucesora de la primera parte: ofrece lo que te esperas
- Más divertida que la primera
- Los personajes secundarios aportan y mucho.
- Buen ritmo
Podría mejorar:
- A veces los gags se suceden con demasiada frecuencia
- El guion es lo que es, no es enrevesado ni pretende aportar más de lo que ya nos presentó el primero.
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