SALÓN DEL MANGA DE BARCELONA 2017: reflexión en tres pasos

A estas alturas todos conocemos cómo transcurren esta clase de eventos frikis. Grandes espacios abiertos llenos de tiendas, algunos espacios con sillas para conferencias, un escenario más o menos apañado para los concursos de cosplays y una mini-zona de comida que, gracias al frikismo, cada vez tiene más comida oriental y menos occidental.

Muchas veces, cuando analizamos cualquier Japan Weekend o Expocómic o, por hablar de los más recientes, ComicCon o Madrid Gaming Experience, analizamos si el evento en cuestión responde a lo que esperábamos y si va mejorando conforme a las necesidades actuales. Algunos eventos aprueban con nota, otros…son la viva prueba de que no vale la pena pagar y hacer cola para entrar en centros comerciales.

La deconstrucción de hoy del Salón del Manga de Barcelona 2017 es una galería de fotos que nos ayuden a hacer un repaso en imágenes de esas cosas que ya son rutinarias en los salones y que, sí, son lo que esperamos, pero a veces se convierten en “uf, otra vez lo mismo”.

Primera parada: la cola para entrar

Este primer punto, que suele ser de los más polémicos, suele ir solucionándose en casi todos los salones con más o menos acierto. En parte la venta por internet tiene que ver, pero también en que, al reconocer el impacto social de estos eventos, se han ido trasladando a espacios cada vez más grandes. Las colas por ello se hacen más fluidas y, en el caso del Salón del Manga de Barcelona, que ya va por su XXIII edición, no es ninguna excepción.

En este caso, también ayuda a que en vez de abrir a las 10:00 abren a las 9:00 y eso, parece que no, pero ayuda. Recordemos los últimos Salones del Cómic tanto de Madrid como de Barcelona: ibas con las entradas impresas y aun así la hora de espera no te la quitaba nadie.

Entrevistando a la gente y luego leyendo las noticias se oían noticias contradictorias. Los primeros hablaban de que había menos gente, mientras que las cifras oficiales hablaban de records de entradas (aunque siempre dicen lo mismo, ojo). Si tenemos en cuenta que otros años no podías ni pasar, el hecho de que no sólo el domingo, sino también el sábado, se pudiera circular sin problemas, indica que un cambio sí que ha habido. Aun así, el miedo a que te reventaran la cámara estaba ahí, y si no, que se lo digan a Medardo Dia Cano, nuestro fotógrafo.

Segunda parada: las tiendas de merchandising

Posiblemente las tiendas aún no han encontrado motivación suficiente para instalarse en pueblos y ciudades pequeñas y casi todo lo que pueda satisfacer a un otaku se encuentre o en las grandes ciudades o en los Salones, pero, pese a que nuestro perfil suele ser el de una persona que gusta de mirar, tocar, comparar y charlar sobre los productos (sí, relacionarse también), internet está ahí para comprar aquello que queramos así que la justificación de ir a estos salones (y pagar por entrar) para comprar…es algo que aún me cuesta entender.

El merchandising actual: si el anime es de nicho, no encuentras nada; si no sigues a la moda, tampoco hay nada para ti.

Respecto al propio merchandising en sí, sigue siendo muy repetitivo. El asunto es más complicado que pensar que no hay oferta o no hay demanda. Ciertamente las tiendas van a traer aquello que crean que pueden vender y que les resulte fácil y rentable encargar, transportar y vender; pero la industria, con su modelo de consumo rápido no favorece que puedas adquirir variedad en los productos. Y menos en un mercado como el español.

El merchandising de series de toda la vida (Mazinger Z, Dragon Ball, Evangelion o Caballeros del Zodiaco) seguirá teniendo las cuatro cosas de siempre; y las series que ahora están de moda van, siempre con dos o tres años de retraso respecto a su publicación, dejando ver algún peluche o chapa en los Salones. Si la serie pega un pelotazo, como One Piece o Naruto, verás el mercado inundado de merchandising al respecto “en poco tiempo”.

Sí que hay un auge de los funkos divididos en dos tipos: los baratos, de hace años, de personajes que ya no están tan de moda; y los actuales, extremadamente caros.

Al final resulta que tienes dos pabellones enteros llenos de tiendas en los que nada es especial. Siempre es lo mismo de siempre. Demasiado de series de moda, y demasiada ansia por vender moda actual. Claro que siempre va a haber series nuevas y lo que se promociona es eso. Y sí, hay merchandising de las series de siempre para el público nostálgico que acaba yendo a los Salones, aunque sea un rato (o con la excusa de acompañar a los niños) pero luego ya no hay nada por lo que digas: “esto sí que está muy bien”.

Tercera parada: las actividades

Recuerdo que cuando iba a los Salones y no era para cubrir el evento solía hacerme un planning con todo a lo que quería asistir y siempre daba prioridad a las actividades. El tiempo que sobraba, si lo había, era para curiosear por las tiendas.

A día de hoy, vayas al salón que vayas, la cosa ha cambiado radicalmente. La gente entra y directamente se pone a mirar las tiendas y, si entre tienda y tienda hay un hueco con un mini-escenario y unas cuantas sillas se ponen a mirar de pie de qué estarán hablando ahí.

Los displays y estatuas

Es cierto que el mundo del anime y del manga es consumista y, ciertamente, de consumo rápido. Siempre nos vamos a sentir atraídos por lo visualmente atractivo pero el objetivo de estos salones era compartir la cultura y mirar figuritas no es precisamente conocer a nuestro país favorito. De hecho, ni siquiera encuentras ya salones como Expomanga o Expocómic dedicados a la literatura. No vas a encontrar oportunidades ni ofertas entre lo ofertado así que el público se centra en el merchandising, rascando la superficie y olvidándose de la esencia.

¿Qué sensaciones nos deja el Salón del Manga de Barcelona 2017?

En términos generales podríamos hablar de sensaciones positivas. La zona de restauración fluía rápida, pese a las mesas insuficientes para comer. La promoción de Mazinger Z tenía su sentido dada la cercanía de la película. El consulado japonés tenía un muy respetable stand y su presencia (también por esperada) atraía a mucha gente.

Salon-Manga-Barcelona-2017-XXIII-Generacion-Friki-Consulado-Japon

Nintendo tenía para él solito un pabellón entero que gustó a todo el mundo. Los accesos para disminuidos físicos eran correctos, las señalizaciones no tanto. Los displays-estatuas para hacerte fotos abundaban, aunque eran de “lo de siempre”: Caballeros del Zodiaco, Dragon Ball, Naruto

Es posible que el estilo de los Salones antiguos no vuelva y con ella la esencia también se pierda. No quiere decir que ahora no tengamos cosas buenas pero el estilo de consumo rápido nos impide disfrutar de las competiciones, las charlas o incluso de los concursos de cosplays. Quizás sea hora de reflexionar y preguntarnos, ¿qué es lo que hacía grande a esta cultura que nos apasiona?

Mi zona favorita, una sección en el primer piso llamada El espíritu de Japón

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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