SEX EDUCATION: nunca ha sido fácil ser adolescente.

El mundo es complejo y nuestra educación sexual también debe serlo. Es una simple cuestión de no simplificar uno de los temas más importantes de nuestra existencia.

Un instituto lleno de adolescentes en la edad del pavo es un marco perfecto para encontrar perfiles de todos los tipos, igual que la ficción los ha encontrado durante años al realizar series enmarcadas en cárceles, comunidades de vecinos, etc. Cuanto más grande es el espectro en el que se mueve la serie, más riqueza de personajes y personalidades y, por tanto, más diversidad de problemas a solucionar nos presentará cada capítulo.

Porque la trama central de Sex Education (2019) parte precisamente de la idea de que los compañeros de instituto de Otis Milburn (Asa Butterfield) tienen problemas sexuales y, como buenos adolescentes, no se atreven a tratarlos con el mundo adulto. Maeve Wiley (Emma Mackey) ve en la formación de Otis, hijo de dos prestigiosos terapeutas sexuales, la Dra. Jean F. Milburn (Gillian Anderson) y el Dr. Remi Milburn (James Purefoy), una excusa perfecta para ganar dinero, creando una clínica en el instituto donde el propio Otis será el terapeuta. Irónicamente, el protagonista se trata de un virgen socialmente inadaptado con muchos traumas a superar.

Una forma diferente de tratar el sexo: con naturalidad

La idea de Sex Education no es pionera, ya que la televisión ya ha tratado el tema de la educación sexual con programas o series que unieran el ludismo con la formación, pero sí que es la primera vez que, alejándose de series actuales como Élite o Deadly Class, o antiguas como Física y Química, Compañeros o Al salir de clase, toca con mucha frescura el tema del sexo, posicionándose como una serie divertida que trata temas serios.

Ello la aleja, pese a sus evidentes primeros paralelismos, con películas como American Pie, donde un grupo de chavales de instituto intenta perder la virginidad, mientras explora su propia identidad sexual. Todas ellas eran películas divertidas, muy locas, pero, al igual que cuando usamos el porno como fuente de información, provocaban más desinformación que otra cosa.Sex-Education-T1-Generacion-Friki-Texto-4

John Hughes, aquel veterano director, famoso por mostrar en la gran pantalla el mundo adolescente y sus problemas sin caer en los tópicos facilones que solían acompañar a estas producciones, es la inspiración para hacer de Sex Education toda una apuesta adaptada al s. XXI, sin perder la frescura de los institutos de los años 80. Ello provocará que todos aquellos que ya no somos tan adolescentes, podamos ver también la serie sintiéndonos bastante identificados tanto con la estética como con el ritmo.

Ello no quiere decir que la creadora de Sex Education, Laurie Nunn, no muestre su propia genialidad al tratar en una única serie temas que, cada uno por separado, habrían dado para ser abordados y estudiados de forma independiente con resultados muy satisfactorios.

El gran tema de la serie: la presión social

Y es que Sex Education es, ante todo y por primera vez, fiel a su título: educación sexual a través de una trama bien hilada, unos personajes maravillosamente bien construidos y unas interpretaciones acordes con lo que uno espera ver en una serie de carácter mixto (drama y comedia) como es esta.

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Y si en cualquier producción, ya sea serie o película, es importante que se trabaje bien cada personaje, en Sex Education es doblemente importante ya que cada trauma, problema o tabú a tratar está representado en cada estudiante que acude a que Otis lo trate; y cada personaje nos muestra, como mínimo, uno de los aspectos de que trata la serie, ya sea el bulling, el chantaje, el aborto, la masturbación, el feminismo, el ciberacoso, la sororidad, el vaginismo, las diferentes inclinaciones sexuales, el amor…y todo bajo el marco de la incomprensión padres-hijos que caracteriza a esta etapa de nuestra vida, de la amistad como pilar fuerte e hilo conductor de la trama, y del verdadero tema que trata la serie que es la presión social.

Si hay una etapa en la que la presión social se note con especial intensidad es la adolescencia. Los padres y profesores dejan de ser las principales fuentes del saber y el apoyo para ser sustituidos por los amigos y el círculo social en el que uno se mueve. Esto, unido al creciente interés que nuestro cuerpo y el de los demás provoca en nosotros mismos, trae como consecuencia una fuerte presión social por ser reconocido, valorado y deseado.

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Esta serie aborda el tema de la presión social con la importancia que ello merece, dando consistencia y razón de ser al hecho de crear una clínica de terapia sexual pseudo clandestina en el instituto. Es un marco también perfecto para que los jóvenes abran su corazón a sus problemas y sí, los progenitores en la vida real, como mudos espectadores, puedan aprender de ellos.

Pero la presión social sigue estando

Posiblemente, el punto más negativo que tiene la serie es que no deja claro que la sexualidad es un tema personal que cada uno debe llevar a su ritmo y a su manera. Si ser adolescente ya es de por sí bastante complicado, sumarlo al “agobio” de querer/tener que perder la virginidad o tener una vida sexual activa, ya sea solo o acompañado, no es algo que desmienta la serie. Dicho de otra forma, si esta fuera una web en la que diéramos consejos, me atrevería con este: adolescentes que veáis esta serie, sentíos cómodos con el ritmo que tengáis si eso es lo que habéis decidido.

Tomemos nota de este hecho con el personaje de Lily (Tanya Reynolds) que, aunque no es el único, sí es el ejemplo más llamativo de adolescente que quiere experimentar el sexo únicamente “para quitárselo de encima”, dejando de lado la evidente importancia de la madurez intelectual que debería requerir un acto como este, así como aquellos aspectos emocionales ligados a ello. Únicamente parece que importa la presión social o el absurdo estigma ligado a la palabra “virgen”.

La importancia de la auto-aceptación

Obviamente la serie va más allá de esto, y la presión social se encuentra en otras muchas áreas. Jackson Marchetti (Kedar Williams-Stirling) siente la presión de cumplir las expectativas de su familia, de su entrenador y de la escuela en ser campeón de natación; Aimee Gibbs (Aimee Lou Wood) quiere encajar en el grupo de “Los Intocables” y para ello siempre se mete en líos; Adam Groff (Connor Swindells) es presionado por su padre y constantemente humillado por no ser el hijo modelo que su padre (Alistair Petrie), por otra parte, director de la escuela, desea que sea; o Eric Effiong (Ncuti Gatwa), el mejor amigo de Otis, cuyo espíritu optimista no parece suficiente para lograr la identidad que desea para sí mismo.

No es que todos sean personajes inadaptados, pero sí que el marco que los rodea (negatividad, exigencia, disciplina, desafección problemas económicos…) hace que sus vidas sean más complejas que lo que sus problemas sexuales parece que muestren.

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Sex education es una serie atrevida, moderna, divertida, a veces incómoda de visionar y que trata temas importantes que, a la postre, nos afectan a todos. Muestra el batiburrillo de emociones que se esconde detrás de cada adolescente que no se siente a gusto con nada de lo que hace o con nadie de los que le rodean y, aun así, nos muestra una parte de los traumas que a veces se nos olvida: todos los tenemos, y no tiene porqué ser algo que nos impida ser felices en el día a día.

Sex Education

8.5

NOTA

8.5/10

Destaca en:

  • Trata el tema del sexo desde un punto de vista terapéutico, divertido y sano
  • Las interpretaciones
  • Es divertida
  • Buena ambientación, ritmo y diálogos

Podría mejorar:

  • Para querer mostrar una realidad social, se les olvida que la vida no es tan desvergonzada. Eso les hace ser soeces, por momentos.
  • A veces es demasiado (e innecesariamente) explícita.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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