STAR WARS IX EL ASCENSO DE SKYWALKER: A la quinta va la vencida.

No gustó. Poco más podemos decir de aquella Star Wars: Los últimos Jedi que Disney y Rian Jhonson nos entregaron hace un par de años. Critica y público chocaron en opiniones a la hora de valorar un episodio de Star Wars que, pese a su gran trabajo técnico, de dirección y riesgos asumidos a la hora de intentar algo diferente, fallaba estrepitosamente en el “qué” y en el “cómo”, con algunas ideas de bombero imperdonables y algunos detalles que hicieron que muchos fans la aborrecieran.

Y es que la saga de George Lucas, pese a venderlo todo en taquilla, no ha sido precisamente una saga regular en cuanto a la calidad de sus entregas, y el empeño de Disney en convertir Star Wars en una IP que dé al menos un taquillazo al año tampoco ha ayudado con esto. Sin embargo, parece que a la tercera (o la quinta, según se mire) va la vencida, y Star Wars IX: El ascenso de Skywalker (Star Wars: The Rise os Skywalker, 2019) es una película que pone todos y cada uno de sus esfuerzos en convencer al fan por encima de cualquier otra cosa.

Disney haciendo lo que mejor sabe hacer: no correr riesgos

Star Wars IX: El ascenso de Skywalker tiene todo lo que una peli de Star Wars debería tener: batallas de naves, peleas de sables, filosofía barata, droides graciosos, y un montón de planetas y razas que visitar y conocer detrás de cada escena. En este aspecto, J.J. Abrams se ha esforzado por dotar a la cinta de un ritmo absolutamente trepidante que nos lleva en un tour de force por una enorme cantidad de mundos, tanto conocidos como nuevos en los que maravillarnos con sus pintorescos habitantes, sus nuevas naves, y claro, los Porgs, que parecen haber sido los únicos supervivientes del legado de Rian Jhonson, uno que tanto Abrams como Disney se han esforzado en sepultar, dejando en pie muy pocos de los puentes que se tendieron en la segunda película de esta trilogía.

El olor a desenlace sobreviene desde la primera escena, un olor que le sentó tan bien a aquel Star Wars: Episodio III como ahora le sienta a Star Wars IX: El ascenso de Skywalker. Todo es más oscuro, más serio y más solemne, y con un componente dramático que estalla en cuanto la cinta levanta el telón y empieza a atar cabos sueltos (algunos mejor que otros).

Si algo bueno nos habían dejado las dos cintas anteriores de la saga, era esa interesante relación entre Rei y Kylo Ren (Daisy Ridley y Adam Driver), que aquí se ve reforzada y concluida de una manera muy satisfactoria. Nunca en la historia cinematográfica de la saga se había reflejado tan bien cómo la Fuerza son dos caras que pertenecen a la misma moneda, y cómo por ello los portadores de este poder se ven obligados constantemente a enfrentarse a las tentaciones del lado que no ocupan. En este sentido Star Wars IX: El ascenso de Skywalker se aprovecha de los cimientos que tan bien supo colocar su predecesora para ofrecernos un arco argumental (el de Rei) realmente interesante.

Ahora todo el grupo está unido, y he de reconocer que la química entre personajes esta vez funciona de maravilla. Ver a Finn, Rei y Poe (un John Boyega menos odiable, un Oscar Isaac decente) abriéndose paso a tiros por los familiares pasillos de un súper destructor, matando soldados y abriendo puertas corredizas es algo que tiene un sabor tan nuevo como nostálgico; es en ese momento cuando nos terminamos de repanchingar en la butaca y pensamos: “sí, esta peli sí que es Star Wars”.

Sí, esto es Star Wars, para bien y para mal.

Disney abandona de esta manera toda intención de hacer con Star Wars IX: El ascenso de Skywalker algo que no sea una cinta de Star Wars de manual, una que, además, está repleta hasta los topes de guiños a la trilogía original, tantos que a veces puede resultar hasta cargante, pero no debemos olvidar que por encima de cualquier otra cosa, la intención de esta cinta es más la de reconciliarse con su público que la de gustar a la crítica, así que aquí todo vale con tal de poder vendernos otra peli en uno o dos años.

Afortunadamente para todos, estos esfuerzos no dan al traste con la cinta en sus apartados más técnicos y, aunque su guion es lo que es: sencillo, directo y con muy pocas florituras, Star Wars IX: El ascenso de Skywalker se muestra correcta a todos los niveles, regalándonos una entrega espectacular en lo visual, con una gran banda sonora y un diseño artístico marca de la casa y que seguro no decepcionará a nadie.

Sin embargo, los detalles feos están ahí, los combates de sables podrían haber estado (mucho) más inspirados, el ritmo de la película es tan frenético que los personajes a ratos parecen pollos sin cabeza corriendo de una esquina a otra de la galaxia, y la escena de naves no tiene nada que hacer comparada con lo que vimos en Rogue One, por decir alguna. Seguimos teniendo momentos algo bochornosos aquí y allá (también marca de la casa) y demasiados gags, aunque alguno ha conseguido sacarme una carcajada.

En definitiva, es complicado ser fan de Star Wars y salir decepcionado de Star Wars IX: El ascenso de Skywalker; la nueva cinta de J.J. Abrams es todo lo que puede permitirse ser teniendo en cuenta el legado de “fracasos” que la ha precedido y la responsabilidad adquirida, por aquello de ser la última de la trilogía, de dejarlo todo resuelto. Una película que cierra de manera más que digna una trilogía que parecía abocada al fracaso. La pregunta después del cierre de esta saga es la evidente ¿y ahora qué? Parece que hay cierto cazarrecompensas que tiene la respuesta.

8.5

NOTA

8.5/10

Destaca en:

  • Recupera la esencia de la saga
  • Cierra todos sus arcos y, en general, concluye de manera satisfactoria

Podría mejorar:

  • Por momentos tira demasiado del factor nostalgia
  • Algunas escenas ciertamente anticlimaticas
  • Los combates, tanto de espadas, como de naves, no están a la altura de otras entregas de la saga

About Adrian

Adrian Arribas es fundador de Generación Friki. Apasionado de los videojuegos, el manga y el cine desde la más tierna edad, también se encarga de redactar artículos para todas las secciones, aunque se centra especialmente en videojuegos, cine y eventos. Fuera de Generación Friki Adrian es desarrollador de software.

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