PARÁSITOS: yo por mi familia MA-TO.

Parásitos (Gisaengchung, 2019) ha ido conquistando premios a pasmosa velocidad. Quizás por ello los cines españoles han empezado a incluirla en sus carteleras, y yo he podido finalmente visionar la última película del director coreano Bong Joon-ho, autor de las controvertidas y maravillosas Okja y Snowpiercer.

Y lo que parecía por su tráiler una película de drama sobre la miseria, el paro y las diferencias sociales (que lo es, vaya esto por delante) se parecía más a una mezcla entre esperpento y vodevil, una tragicomedia de caraduras que se asemejaba en estructura y ejecución a las películas españolas de Alex de la Iglesia o la magnus opus de Pedro Muñoz Seca, La Venganza de Don Mendo.

Una sátira feroz sobre temas de actualidad con un argumento muy sencillo: los cuatro miembros de la familia Taek (interpretados por Song Kang-ho, Choi Woo-shik, Park So-dam y Jang Hye-jin) se encuentran en paro. Cuando el hijo mayor consigue trabajo de profesor particular en casa de los Park (interpretados por Lee Sun-kyun, Cho Yeo-jeong, Jung Ziso y Jung Hyeon-jun), se dan cuenta de que esta puede ser la oportunidad de su vida. Ambas familias comienzan una relación en la que continuamente se encuentran a ambos lados de una balanza sus diferencias y sus semejanzas.

Supongo que la gracia de Parásitos está en que se ha alejado de las producciones melodramáticas, esas que cuesta digerirlas y que lo haces porque el tema importa y tú no quieres parecer superficial, para darle toques de drama del bueno, algo de costumbrismo y mucho humor negro, con resultados espectaculares. Algo así como aprender divirtiéndote.

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Me muero de hambre, pero la Wi-Fi que no falte.

Pese a ello, no cabe duda de que Parásitos es una película muy amarga. La magia está en que no pretende hacerte sentir incómodo por ello. Muestras las desigualdades sociales, los problemas del día a día, las esperanzas, amores, traumas, etcétera, y sigue consiguiendo ser una película que deseas volver a ver. Y eso es un gran logro, porque Bong Joon-ho consigue borrar las líneas que separan el cine de autor del que es puro entretenimiento.

El marco intimista en el que se mueven los protagonistas (prácticamente la acción sucede entera en la casa de los Park), le da un toque de obra de teatro que favorece tanto la comedia de enredos como el drama más terrible. La sensación de que la tragedia está a la vuelta de cada esquina, de que cualquier cosa puede ser el desencadenante de algo mayor, te mantiene en vilo y le da profundidad a las figuras retóricas que el guion decide usar, destacando por encima de todas, la ironía. Simplemente, un uso muy inteligente del espacio fílmico y del lenguaje.

La pobreza moral, ¿la más importante?

De cara a los mensajes de la película, que son muchos, me quedo con la reflexión que me genera la ambigüedad moral de la película. La familia Taek sin duda no juega limpio, pero nunca tienen intención de causar daño a nadie. Cuatro personas en paro que subsisten de la caridad y quieren aprovechar la primera oportunidad real que les brinda la vida para obtener trabajo. En los tiempos que vivimos, con tantas familias entre nosotros carentes de lo más necesario para vivir, ¿podemos juzgarlos? ¿Dónde empieza y termina la dignidad, la caridad, la moralidad de nuestros actos? Mientras, pensemos que el director narra las circunstancias, nos cuenta la historia, nos presenta a sus personajes, pero nos deja libre albedrío para que juzguemos las actuaciones de todos ellos, porque, como dice el dicho, en todos lados cuecen habas.

Al final, el tema de la lucha de clases (quizás de una manera algo marxista) se encuentra impregnada en cada escena de Parásitos, de la misma manera que lo estaba en otras películas de Bong Joon-ho, y nos toca a nosotros juzgar (o no, porque por algo Parásitos es también puro entretenimiento) si queremos ser partícipes de la insolidaridad social. Bueno, la familia Taek no pide nada. Quizás sólo que la dejen convertirse en parásito.

Parásitos

8.8

Nota

8.8/10

Destaca en:

  • El ritmo y los diálogos, que la hacen muy entretenida.
  • Las actuaciones de todos los personajes.
  • La manera en que el director introduce los mensajes sociales.
  • Un sólido guion.

Podría mejorar:

  • El término “parásitos” no creo que se adecúe del todo a los personajes. Aunque quizás en España los llamemos caraduras..
  • El nudo daba para bastante más, no me extraña que quieran hacer una serie.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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