EL MENÚ: deliciosamente macabro.

No soy yo de ir al cine y quedarme con una sonrisa permanente en el rostro durante toda la película. A ver, la capacidad la tengo, pero que un film demuestre a cada paso que puede seguir manteniendo mi interés y a la vez irme tocando todas las fibras… ya es otro cantar. Felicidades a El Menú (2022) por conseguirlo. Pero igual os preguntáis, ¿por qué ha sido especial esta película para mí? Pues hay que remontarse un poco a mi pasado para ello.

La gente no sabe mucho sobre mí. Pero a veces, uso estas críticas para desvelar pedazos de mi ser (porque así soy de sentimental, qué le vamos a hacer). Yo me saqué la carrera trabajando de camarera. Sí, hice prácticas, suplencias en empresas, fui becaria en la propia universidad… pero grosso modo mi vida laboral se llenó de horas dedicadas al gremio de la hostelería. Me tocó la Crisis al terminar la carrera y seguí ganándome las habichuelas de camarera mientras me seguía formando “de lo mío”.

Y El Menú me ha tocado en la patata porque la sentí muy mía. No soy ninguna foodie (razón por la cual mucha gente verá esta película). Yo soy del sector servicios. Los de las chorrocientas horas semanales trabajando. Los de dar el mejor servicio, la mejor cara, los mejores modales. Me sentí totalmente identificada cuando me di cuenta de que El Menú no era sólo un thriller apasionante en el que los 12 privilegiados asistentes a una cena especial en una isla privada acaban siendo víctimas de una vendetta. La película era un enfrentamiento entre “nosotros”, sector servicios, y “ellos”, los que pagan, los que exigen, los que no valoran.

Igual que en una buena novela policíaca, desvelar demasiado de la trama suele ser un error. El argumento pasa por presentar a una adinerada pareja que viaja a un exclusivo restaurante para vivir una experiencia culinaria sin parangón. Pronto veremos que ella, Margot, interpretada por Anya Taylor-Joy, es la protagonista de esta historia, realizando un tándem perfecto con el otro protagonista de esta historia, que no es otro que Ralph Fiennes, interpretando al Chef Julian Slowik.

El estado anímico de la sociedad de hoy en día.

La premisa inicial es una sátira. Una primera lectura muy clara en la que las clases altas son puestas en evidencia usando una pedantería culinaria que, siendo fieles a la verdad, sí que existe en la vida real (lo es, de veras, lo he vivido).

La segunda lectura viene cuando aceptas que no estás ante una película de terror. No hay escenas angustiosas, gente corriendo por su vida, megalómanos o psicópatas aterrorizando con sus cuchillos mientras convierten su cara en una máscara de dientes gigantes y ojos abiertos. El Menú es más sutil en su uso del terror, menos perceptible, y por eso gustará menos a aquellos que han ido a ver alguna suerte de film lleno de casquería y gore. Y creo que su director, Mark Mylod, sabe muy bien lo que quiere contar. Y mantiene su intención de que siga siendo una sátira.

El-menu-2022-Generacion-Friki-Texto-1

Pero no todo es perfecto, ni mucho menos. Reírse, acusar o señalar las obviedades del carácter de los ricos es casi un cliché. No es que aburra, pero es declarar la parte por el todo de una lucha que se da en casi todos los ámbitos de la vida. Y aquí no hay lugar para mostrar todos los tipos de personas adineradas que pueblan nuestro planeta: en el menú de Mark Mylod el rico siempre es desagradecido, engreído, ignorante culinariamente hablando… y tampoco eso es mostrar la realidad.

Pero no es lo que menos me ha gustado de la película. Agradezco la crítica social, la lucha del Chef Slowik contra la desigualdad, el mal gusto (John Leguizamo y Aimee Carrero), la crítica culinaria desalmada (Janet McTeer y Paul Adelstein), la ostentación (Reed Birney y Judith Light), la pretensión y adulación (Nicholas Hoult) y la ignorancia y conveniencia (Rob Yang, Arturo Castro y Mark St. Cyr). Cada personaje de esos 12 elegidos para la cena encarna defectos de los adinerados en relación con la comida. Lo que no me gusta es cuando la crítica del Chef se convierte en pura vendetta. Una venganza a la que le falta cierta aceptación de sí misma, así como una conclusión más redonda de la que ofrece el final de la película.

La relación tóxica con el arte.

Ni siquiera el arte culinario, con la importancia que le damos los seres humanos al buen comer, está exento de resultar tan tóxico como cualquier otro arte. El Chef Slowik habla por boca de sus sous-chefs, sus sommeliers, sus cocineros y en general cualquier persona con una vida dedicada a la cocina. Es el portavoz de la razón en cualquiera de sus numerosas intervenciones durante la cena. El film llega a recrear una atmósfera palpablemente angustiosa cada vez que el Chef suelta una palmada y el resto de trabajadores funcionan como un ejército. Como un solo hombre con un solo pensamiento.

Pero hay una diferencia entre aquello que es importante para ti y cómo lo perciben los demás. La relación tóxica comienza, por ello, no cuando tú le das una importancia excesiva a lo que haces, sino cuando coartas la libertad de los demás para decidir si para ellos debe tener el mismo valor.

Lo interesante del asunto es la presencia de Margot para poner los pies sobre la tierra y bajar a todos de sus pretensiones y sí, lo hace con su vulgaridad, con su malquerencia. Porque no es que ella no encaje entre esos 12 comensales, es que ella misma se niega a encajar, mostrando también la peor cara de nosotros, el sector servicios: la ingratitud. Y la película también hace su pequeña crítica. ¿O no existe el dicho de que no se han de dar perlas a los cerdos?

El postre.

Creo que El Menú es una película por fin dirigida a un público adulto. Un thriller psicológico inteligente y poco sutil. Gustará a los gourmets, también a los amantes del drama, pero no a aquellos que se inclinan por los finales bien cerrados. Tiene unos toques de comedia, de humor negro, muy bien trabajados, y un ritmo sobresaliente. ¿Podía dar más de sí? Por supuesto, y estoy segura de que en ese sentido todos los críticos estaremos de acuerdo. Pero reconozcamos que una crítica social totalmente masticada tampoco es del gusto de todos los estómagos.

El menú

8

NOTA GLOBAL

8.0/10

Destaca en:

  • Interpretaciones sobresalientes.
  • Crítica social en muchas direcciones.
  • Mensaje de actualidad.
  • Funciona como thriller psicológico.

Podría mejorar:

  • No funciona como historia de venganza.
  • Requiere de un final con mensaje.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

También te puede interesar:

CAZAFANTASMAS: MÁS ALLÁ VS CAZAFANTASMAS: IMPERIO HELADO: ¿A quién vas a llamar?

Hacemos una comparativa entre las nuevas películas de los Cazafantasmas estrenadas en 2021 y 2024.

EL PROBLEMA DE LOS 3 CUERPOS (T1): la vulnerabilidad de la raza humana.

El Problema de los 3 Cuerpos es una adaptación que no convencerá ni a los fans de la novela de hard sci-fi, ni a los curiosos que se acerquen a por una buena historia.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Thumbnails managed by ThumbPress