LA FELICIDAD DE LA FAMILIA: cuentos para suicidarse.

Cuando uno quiere analizar la obra del japonés Osamu Dazai (nombre real Shūji Tsushima, 1909-1948) lo normal es que comience por Indigno de ser humano o quizás por El Ocaso; es decir, por alguna de sus dos novelas que tanta fama le reportaron. No obstante, el enfant terrible, como denominaban a Osamu Dazai, era un cuentista extremadamente prolífico y en esta obra La felicidad de la familia, se recopilan 8 de sus cuentos, que bien valen un análisis.

Suelo bromear mucho con la biografía de Osamu porque forma parte de esos genios que aparecen de vez en cuando por la faz de la tierra, pero que, incapaces de mantener la cabeza cuerda, viven en una constante agonía, una autocompasión y una inseguridad existencial que producen como consecuencia una obra literaria que hay que tomar en pequeñas dosis para no deprimirse. Así, cuando leemos La felicidad de la familia (recopilación realizada en 2017 por Isami Romero Hoshino en colaboración con Ednodio Quintero) no nos encontramos precisamente con cuentos para dormir, sino más bien cuentos para suicidarse.

Y aunque cuando hablamos de Osamu Dazai solemos centrarnos en aquel hombre que intentó varias veces suicidarse y por lo visto la vida lo retenía (yo lo habría tomado como una indirecta) como una de sus facetas más representativas, era el carácter del autor, tan propenso a las pasiones como a ir a contracorriente, lo que le dotaba de un humor ácido, negro, irónico, que le ayudaba a liberarse de sus demonios y a plasmar en estos geniales cuentos cómo concebía él que era el ser humano.

Así pues, estos 8 cuentos son el resultado del profundo conocimiento que tenía Dazai sobre las personas, y lo plasma en situaciones cotidianas, pero inmersas en aquellas circunstancias históricas tan duras que le tocó vivir (II Guerra Mundial y sus consecuencias, no olvidemos que era japonés) y que tantos conflictos existenciales le produjo. Por tanto, es habitual encontrar entre sus relatos temas como las secuelas de la guerra, el hambre, las penurias económicas, los sueños rotos, la incertidumbre de los jóvenes hacia el futuro, la sociedad en crisis…todos estos temas mezclados con las miserias humanas más clásicas: egoísmo, lascivia, angustia, individualismo, falta de responsabilidad y tantos otros temas que existencialistas como Kierkegaard o Sartre tocarían en sus obras. Personalmente, me resulta imposible leer a Unamuno, a Victor Hugo o a Valle-Inclán sin recordar ese poso pesimista con el que Osamu Dazai nos recibe en cada una de sus obras.

Aligerando la negatividad

No obstante, pese a que estos cuentos no son precisamente lo que llamaríamos “cuentos con final feliz”, sí que su lectura resulta amena y sencilla dado que Dazai tenía un estilo narrativo ligero, con descripciones simples que sólo pretendían poner en situación, y unos diálogos modernos que mezclaban realidad con surrealismo, como si de una película de Tarantino o Kevin Smith se trataran. ¿Qué hay más natural que hablar de la vida, la muerte y la panceta delante de un café? Pues así Dazai desgrana las historias, dejando su impronta de una manera para nada sutil: aclaro, él solía ser el protagonista de muchas de sus historias, y dejando el alma desnuda como diciendo al lector: así es, suena terrible, a veces vulgar, pero así es la vida.

La crítica de un poeta a una época que se terminaba

El hecho de que Osamu Dazai fuera uno de los máximos exponentes de la literatura japonesa moderna es causa y consecuencia de los temas que expone precisamente en sus cuentos. Algunos son críticas a costumbres tan arraigadas en Japón como la ceremonia del té o el sistema burocrático, otros hablan por sí solos de su bien conocida misantropía y otros hablan de la naturaleza femenina. Por supuesto, aquí sólo se analizan 8 de sus más de 200 cuentos (algunos todavía ni traducidos del japonés), pero suponen una buena muestra de la literatura de una época en la que los valores tradicionales se encontraban muy desprestigiados.

Esto último es la causa por la que su obra caló tanto entre los jóvenes nipones hasta tal punto de convertirse en una suerte de Elvis Presley de su generación. Melancólico, rebelde, desencantado de la vida, espero que la lectura de La felicidad de la familia os aporte mucho en qué pensar y pocas ganas de suicidaros.

La felicidad de la familia

7.2

NOTA GLOBAL

7.2/10

Destaca en:

  • Se lee rápido, son cuentos ligeros
  • Pese a estar influenciado por la literatura occidental, se encuentran grandes diferencias que lo hacen diferente, y por tanto atractivo

Podría mejorar:

  • Requiere algo de conocimiento del contexto histórico.
  • Creo que no habría elegido alguno de estos cuentos para esta antología.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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