EL FENÓMENO STARCRAFT: se acaba una era

Starcraft-homenaje-PORTADAMuchos de los que ahora nos encontramos enmarcados en la Generación Friki crecimos decidiendo si era mejor la Mega Drive o la Super Nintendo, asombrados por la ausencia absoluta de bugs en los juegos o soplando inocentemente dentro de la ranura del cartucho para ver si tiraba mejor. Pasaban los años y, dentro de los jugones, creamos como un apartado especial en el que destacaban por encima de todos nuestros amigos frikis unos muy concretos: los gamers. Eran aquellos que jugaban en PC y competían en juegos de estrategia y sí, también de shooters. Fueron años gloriosos. Quedábamos en los cibers y jugábamos al Counter Strike (1999) los más paquetes, y al Quake (1996) los más pros. Y lo simultaneábamos con juegos de estrategia como Age of Empires (1997) y Command & Conquer (1995).

Pero todo cambió cuando surgió el StarCraft (1998). Ese mismo año había salido el Half Life y yo no le di mucha importancia al juego de estrategia. Blizzard no significaba mucho para mí en aquellos momentos, quizás porque mis manos diminutas no me permitían llegar a muchas teclas y me sentía a gusto con los juegos de disparos (cosa que ahora se ha invertido). No sé yo si mi madre me hubiera enseñado mecanografía con 8 años si hubiera intuido en qué iba a invertir mi tiempo dale que te dale a las teclas del ordenador.

Starcraft-Homenaje-Texto-1
Aquí os presento a las tres razas. Nos darán muchas horas de felicidad.

Pero me encantaban las historias bien hiladas, y StarCraft me demostró al poco que tenía todas las papeletas para convertirse en mi juego favorito (con permiso de Tetris). S.XXVI, tres especies que luchan por dominar el Sector Koprulu, allá donde se va terminando la Vía Láctea. No fue su argumento lo que me conquistó, sino la humanidad (gracioso que use este término) de sus tres razas, lo fuertemente ligada que llegué a sentirme con sus historias, primero con los Terrans, exiliados humanos, después con los Zergs, insectóides y tremendamente asquerosos, y recientemente con los Prottos, seres antropomórficos con habilidades psiónicas que se habrían llevado genial con los Jedis.

Y el mundo se salvó, te guste o no

¿Reconocéis la canción? Se ha elevado como himno gamer y yo sentía muchas veces que no llegaba a entenderlo. Cuando jugué a Beyond two souls sabía que podía haber escogido otras opciones, cuando juego un Assassins sé que después viene otro, cuando hecho una pachanga a un shooter luego puedo echar otra…en definitiva, no siento como si el juego se terminara.

Y con StarCraft me iba pasando lo mismo. Me estremecí con StarCraft II: Wings of Liberty y reconozco que lloré con StarCraft II: Heart of the Swarm y no, no fue por los zergs muertos, que también daba penita lo de que fueran usados como carne de cañón, sino por la historia de Kerrigan con Jim Raynor (joe, ¿quién no?) pero no sentía que aquello se hubiera acabado.

Starcraft-Homenaje-Texto-2
¿A que es adorable? Una base Terran donde nuestros VCS recogen mineral y gas vespeno.

Sin embargo, ese vacío del que hablan tanto los Protoss me inundó cuando terminé la campaña de StarCraft: Legacy of the Void. Claro, la terminé a media tarde, no era de madrugada que podría haberme ido a la cama a soñar con un Sector Koprulu unido o cosas de esas, no, eran las 17:00 y me quedé sentada delante del ordenador pensando “y, ¿ya está?”. Porque sí, estaba contenta porque el mundo se salvó, pero triste porque aquel juego que llevaba años jugando se había acabado.

Cierto, tengo el multijugador, y aunque el panorama actual de los E-Sports haya provocado un desplazamiento del StarCraft a una segunda posición a favor de los “MOBA” como Heroes of the Storm, el infame League of Legends (LOL) y el aceptable Dota 2; sé que seguirá siendo uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos, y un referente en cuanto a juegos de estrategia en tiempo real y que podré jugarlo cuando me dé la santa gana. Es más, habiendo salido justo ahora esta expansión, es de entender que supondrá un acercamiento del juego al tipo de jugadores que ahora coquetean con otros E-Sports y espero que con ello vuelva a resurgir con fuerza.

#StarCraft es un referente en cuanto a juegos de estrategia en tiempo real Clic para tuitear
Starcraft-Homenaje-Texto-3
Una de las escenas clásicas: Tychus y Jim de birras en el bar

Porque si hay algo que muchos de nosotros, viejunos gamers, notamos, ya no sólo en cuanto al pro-gaming sino a los juegos en general, es un descenso de la dificultad, fruto también de que los jugadores no quieren retos reales. StarCraft, aunque te ofrece la posibilidad de jugar la campaña en 4 niveles de dificultad diferentes, mantiene arriba el listón de la dificultad. No tienes nada que hacer en el multijugador on line si eres un manta. Si me dices que podrás con esto porque eres bueno al Call of Duty sólo obtendrás carcajadas por mi parte.

El fenómeno StarCraft ha ido más allá, por supuesto, del mero juego. Cómics, peluches, progaming, jeje, canciones, merchandising en general…ahora sí podemos adquirir cosas chulas, y supongo que podremos seguir haciéndolo porque, aunque haya terminado la historia, seguirá habiendo más StarCraft de otro tipo; no obstante, sé que pasarán años (y años, y años, que estamos hablando de Blizzard) para ver algo más. Si buscamos algo más cercano, no olvidemos que se han anunciado nuevas miniones con Nova, nuestra sarcástica fantasma terran.

Si algo se puede decir de StarCraft, es que es un juego complejo.

Starcraft-Homenaje-Texto-4
El Consejo de Guerra de los Protoss. Detallismo, funcionalidad y muchos buenos momentos tras importantes decisiones a tomar.

Otra de las causas por las que StarCraft es un juego notable es por su excelente sistema de balanceo. Cierto es que los jugadores nos hemos pasado la vida hablando de que si los Protoss están over, o si ahora lo están los Zergs, que qué pasa con los Terrans que ganan siempre, etc, pero en general son tres razas muy equilibradas y, a través de su sistema de parches, Blizzard ha ido consiguiendo que ninguna tenga ventaja respecto a la otra, haciendo que siempre tengas ganas de jugar porque no se verás ni niños ratas ni cheteros, lo que lo convierte en un juego para caballeros y damas. No hay más que recordar que todas las partidas empiezan con un GL HF (Good Luck, Have Fun) y terminan  con un GG (Good Game).

Y su complejidad abarca precisamente todas las razas, porque al final, desde que salió el primer StarCraft, nos hemos visto obligados a probar todas las razas durante las campañas, no hay otra, aunque, reconozcamos que, al final somos hombres y mujeres de honor y acabamos volviendo con nuestra raza. ¿Qué no? ¿Qué tú juegas con todas? Vale, está bien, pero desde luego no creo que acabes en los Mundiales de Corea. Es un juego que, como ya he dicho, requiere una especialización muy grande y si tenemos que tomar una primera estrategia, mi consejo es decidirnos ante todo por una raza.

Uno de los personajes más ricos, interesantes y complejos que ha parido el mundo friki:

El legado que nos ofrece StarCraft

A lo largo de los años jugando StarCraft he tenido oportunidad de visionar un mundo en el que los humanos no somos precisamente los niños bonitos. Cierto, es historia de superación, de amistad, de honor, de supervivencia, y de muchos valores que, aunque pugnan en ese Universo por desvanecerse, siguen estando ahí para que hagamos uso de ellos. Hay seres vivos buenos y malos dentro de los Zergs, los Protoss y los Terrans, pero vuelven a ser nuestras decisiones las que podrán hacer de ese Universo algo mejor.

Sí, los Terrans nos siguen pareciendo estúpidos, que no aprenden de sus errores, que siguen enzarzados en guerras civiles constantemente, víctimas de sus pasiones y egoísmos. Los Zergs nos parecen directamente “el malo del juego”, crueles, sanguinarios, devoradores tanto literal como metafóricamente. Los Protoss nos parecen místicos, con sus enseñanzas morales acompañándonos todo el juego, siendo a veces amigos, a veces enemigos, resultándonos chaqueteros. Pero, al final ¿quién es el bueno? ¿quién el malo? StarCraft es la lucha del Bien contra el Mal y aquellos que aspiran a vivir en paz y armonía, sin importar de qué raza o facción sean, acabarán por unirse contra el enemigo común que, ya lo quieras llamar Sauron como en El Señor de los Anillos o Amon, nos pondrá a prueba a nosotros, jugadores, para que estemos listos, tanto para la batalla, como para la paz.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

También te puede interesar:

POBRES CRIATURAS: cuando Emma Stone se convirtió en Pinocho.

Pobres Criaturas quiere mostrarnos qué ocurriría si nos deshiciésemos de nuestras convenciones sociales y mostrásemos al ser primigenio que llevamos dentro. Por el camino peca de ser demasiado extravagante y kitsch.

DUNE 2: El miedo es todo lo que tenemos.

Lo más sensato que puede decirse de Dune 2 es que potencia los aciertos de la primera parte y no deja crecer (aunque tampoco fumiga) sus errores.

5 Comentarios

  1. Ha acabo una era, me identifico con tu experiencia. Gracias por compartir. Me quedé pensando en cuando por primera vez jugué SC y ahora que me he enfocado en jugar su segunda parte, tantas cosas que han pasado.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Thumbnails managed by ThumbPress