TODO ESTÁ BASADO EN RELATOS DE STEPHEN KING

Cuando pensamos en Stephen King sin duda nos vienen a la cabeza algunas de sus obras más famosas de terror como Carrie (1974), El resplandor (1977) o It ((1986). Ciertamente su apellido hace honor a su fama porque casi es el rey del terror. Si te gusta el género, y ya has pasado por sus obras más emblemáticas, acabas echando el guante a Misery (1987) y a Dolores Claiborne (1993) en busca de esos personajes desgraciados y esos finales a menudo tan poco felices y que, ¿por masoquismo? tanto le gustan a nuestro escritor.

Yo no soy una gran aficionada a la literatura de terror, sin embargo, el otro día, revisionando una de mis películas favoritas Cadena perpetua (1994) me di cuenta de que está basada en un relato de Stephen King llamado Rita Hayworth y la redención de Shawshank incluido en su libro Las cuatro estaciones (1982); y fue en ese momento cuando me di cuenta de la grave crisis creativa por la que tiene que pasar el cine cuando un sin fin de películas ¡están basadas en relatos de Stephen King!

Sí, claro, era fácil recordar la película de Carrie (1976) porque Brian de Palma es un director muy reconocido, y lo mismo pasa con Stanley Kubrick cuando llevó en 1980 al cine El resplandor, pero si no llega a ser por un capítulo de Friends jamás habría sabido que había un relato de terror sobre un perro llamado Cujo (1981) sobre el cual se hizo en 1983 una película. Al final, entre la cultura popular, Halloween y la casualidad he podido darme cuenta de que Stephen King está hasta en la sopa.

No quiero decir con esto que no se lo merezca. Lo cierto es que King nos ha abierto la puerta (y la veda) a un mundo de fantasía, terror y hasta ciencia ficción que hasta entonces no tenía grandes exponentes, con excepción, claro está, de Edgar Allan Poe y H.P Lovecraft; pero aún así, estos sólo son conocidos por los amantes del género (y más recientemente por los amantes del cómic y videojuegos).

Había thrillers, y muchas estupendas obras de misterio y asesinatos (Dios bendiga a Agatha Christie) pero el mundo del terror cuando todavía no me dejaban leer a King se reducía a novelas detectivescas que sí, que daban miedo…porque era pequeña, pero poco más, y a los libros de Pesadillas que se pusieron de moda cuando estaba en el colegio. De hecho, estos libros han conseguido ahora que les hagan una película, que se estrena en unos días. Puede que el hecho de que salga Jack Black haga que vaya a verla.

Hace un par de años analicé Battle Royale sólo para darme cuenta de que tirando del hilo de las “inspiraciones”, todos (El señor de las moscas, Los juegos del hambre…) al final tenían su origen en otros relatos de Stephen King. No me di cuenta en su momento porque ambos los firmó con su pseudónimo Richard Bachman, pero se trataban de La larga marcha (1979) y El fugitivo (1982) las cuales, ¡por supuesto! también tienen sus versiones al cine. Y no, la segunda no es la película de Harrison Ford; la llamaron Perseguido (1987) y estaba protagonizada por Arnold Schwarzenegger. ¡Sí! La película clasicazo mamarracho con poca dosis de terror y demasiado de…bueno, pues del cine de acción que hace Schawrzenegger, y cuyas nulas similitudes con el tono del libro provocará que aquellos que conozcan la historia que se les saldrán los ojos de las cuencas. Sí, todo está basado en relatos de Stephen King, pero no cabe duda que en algunos la inspiración es bastante más leve que en otros.

Y es que no siempre van a salir grandes películas de los libros. Cuando estaba en el colegio vi una película recomendada por el videoclub y calificada de terror que se llamaba Thinner (1996). Me quedé con cara de ¿qué es esto? cuando la vi, pero hasta hoy no me he enterado de que, cómo no, está basada en un libro de King de mismo nombre del año 1984 que, espero, sea mejor que la película.

Y en mi camino por encontrar más películas y miniseries basadas en relatos de Stephen King me di cuenta de que no sólo en los años 80 y 90 se habían hecho películas de sus libros. ¿Quién sabe? en aquella época podían tratarse de homenajes y por eso había semejante abundancia; pero no, a día de hoy también se realizan, así que pensé que me faltaba la presencia de un actor que siempre está en todo proyecto que se hace: ¿Dónde estaba Morgan Freeman? ¡Ah! estaba delante de mis narices con Cadena perpetua, y resulta que también está en El cazador de sueños (2003), demostrando que lo que puede que sea un gran relato, llevado a la gran pantalla puede ser bastante mediocre.

Pero no todo es basurilla.

Con similitudes o no, Kathy Bates actuó magistralmente adaptando Misery en 1990 y Dolores Claiborne (que se tradujo como Eclipse total) en 1995, lo que me devuelve la fe en que no todo lo que hacen con las obras de este escritor sea sencillamente aprovechar el filón…o la falta de imaginación de sus guionistas. Por supuesto, también obras como La milla verde (1999) con Tom Hanks como cabeza de cartel nos hacen pensar en buenas adaptaciones, reforzándome en la sensación de que, si inviertes un poco (de aquí y de allá) puedes tener buenas películas.

Y es que, aunque lo conocido sean sus grandes obras, es en los relatos cortos recopilados en libros donde se ha encontrado la mayor cantidad de material para hacer films. Es el caso de Los chicos del maíz (1984), que si no os digo que forma parte del libro El umbral de la noche (1978) igual no sabéis ni que existe. Y ya no os cuento la película La rebelión de las máquinas (igual la conocéis como Maximum Overdrive, 1986, y cuyo trailer es la cosa más casposa que he visto en mucho tiempo. Casi me cuesta reconocer que el mismo King hizo el guión y dirigió la película.

No todo van a ser películas y series

También en el mundo de los videojuegos se honra a King. El famoso juego Silent Hill tiene una fuerte influencia sacada del relato corto La niebla (1985) que forma parte de un libro llamado Skeleton Crew, al igual que el mundo del cómic se realizó una obra llamada La torre oscura basada en la saga de libros del mismo nombre.

¿Qué aportaron al cine las adaptaciones de Stephen King?

El problema de las obras de King es su heterogeneidad de calidad. Hay obras con buena base, otras sencillamente malas, otras que empiezan bien y luego tropiezan sobre su propio pie una y otra vez, y otras que, o las leíste de niño y las revives por nostalgia, o es mejor que las obvies. Y con las películas basadas en sus obras pasa exactamente lo mismo.

Tengo la sensación de que algunas de las obras me lo cuentan todo a cámara rápida para que tengan una longitud adecuada, aunque sea a costa de comerse trozos que los puristas consideran imprescindibles: esas son las mejores obras (1408, por ejemplo), y otras que son malas, y encima horriblemente largas, como The Langoliers, La zona muerta, Los Tommyknochers, y aún así, las consideramos de culto puesto que muchas de ellas tienen su valor dentro del cine de serie B. (Os animo a ver la galería de fotos de abajo).

Pero algo tenían que aportar. Si haces más de 50 películas basadas en obras de King, alguna tendrá algo con lo que contribuir al mundo del cine, como es el caso de El cortador de cesped que sentó un precedente en cuanto a los efectos especiales por ordenador y vaticinó la llegada de la realidad virtual (que, curiosamente, llega este año), así como internet, y otras muchas cosas. Está incluido en la colección de relatos de 1978 que antes mencioné, llamada El umbral de la noche.

Otras, me dejan un poco estupefactas, como es el caso de Corazón en Atlántida 2001 (Low men in yellow coats) en el trailer se abraza demasiada gente como para ser un film de terror, y este hecho me hace llegar a una reflexión que espero que os perturbe tanto como a mí. Cuando voy a leer un libro de Stephen King no sé si me encontraré una comedia, un melodrama, un thriller o una historia de terror, la incógnita estará servida mientras no me lance a leerlo; pero para vosotros, que podéis elegir antes, el consejo que os doy cuando a partir de hoy veáis una película, es echar un vistazo primero a los créditos; probablemente, esa película esté basada en un relato del prolífico Stephen King.

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