DRAGONES Y MAZMORRAS: HONOR ENTRE LADRONES: 20 años para redimirse.

Cualquiera persona que viviera la experiencia de ver la infame (y a pesar de ello, de culto) película Dragones y Mazmorras del año 2000 (y sus secuelas, que las tiene) tembló cuando se anunció un remake o reboot o a saber qué era llamada Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones (2023). No nos confundamos. Cualquier cosa que hubieran hecho habría resultado mejor, pero la duda estaba, máxime cuando (nuevamente) no había un libro o saga en la que basarse. No existía una historia que adaptar. Había que adaptar un universo.

¿Qué es Dragones y Mazmorras?

Dragones y Mazmorras (Dungeons & Dragons o simplemente D&D) era y es un juego de rol. Sí, uno de esos que se juegan con dados, papel y boli. O más bien, EL JUEGO que creó, sentó y evolucionó las bases de los juegos de rol. En definitiva, el primero de todos.

El hecho de que cada historia, personajes, escenarios y duración fuera diferente en cada partida, con un director (el master) que narraba el juego y unos participantes cuyas acciones entraban totalmente en el campo de la interpretación de roles no auguraba que se pudiera hacer una película sobre ello. ¿De qué la haces? ¿De la partida de ayer? ¿De una que estás escribiendo que durará varias semanas? ¿De aquella tan épica que 20 años después sigues hablando de ella? ¿O de la serie de animación del mismo nombre de 1983 de 3 temporadas? Sinceramente, un isekai de unos niños tratando de volver a casa con las armas proporcionadas por el Amo del Calabozo no tiene mucho tirón.

Así que, sí, la opinión generalizada era que Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones iba a ser no sólo una mala idea, sino una mala película. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando descubrimos que no sólo aprobaba, sino que lo hacía con nota.

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Tanto si es en formato película como juego de rol una escena de taberna tiene que estar sí o sí.

 

Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones está ambientada en Los Reinos. Uno de los universos más populares creado como escenario de campaña por el diseñador Ed Greenwood desde el año 1985 en adelante. Posee su propia geografía, historia, religión, sistema de magia y, lo que es más interesante, un sinfín de razas que coexisten. En este marco se desarrolla la historia de esta película.

Un ladrón llamado Edgin Darvis (Chris Pine) y su grupo de amigos (Michelle Rodríguez, Sophia Lillis, Justice Smith, Chloe Coleman y Hugh Grant) cometen un atraco para recuperar una poderosa reliquia. Cuando el asalto fracasa se dan cuenta de que han despertado un mal muy peligroso y se han puesto en contra a la gente equivocada.

— 5 RAZONES POR LAS QUE JUGAR A JUEGOS DE ROL —

La historia es simplemente divertida. Con momentos trepidantes, el humor clásico de las películas de aventuras y un guion que, no por simple, resulta menos efectivo. Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones se adapta a los nuevos tiempos sin perder ni un ápice de ese carisma alegre que caracterizaba a las películas de acción y aventuras de los años 80 y 90 (aquello que hace nada ya dijimos que consiguió la serie de Willow) y le sobra tiempo para crear personajes como el dragón panzudo o el paladin Xenk (Regé-Jean Page) o escenas como la resurrección temporal de los guerreros o el escapismo de los espejos, simplemente geniales.

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¿Qué es una película de fantasía sin una mala-malosa y su magia?

 

Y sí, como buena heredera del concepto rolero a veces introduce elementos que pueden resultar MacGuffins y otros que de ridículos resultan graciosos, pero el sentimiento que generan es positivo, así que podemos concluir que lo que hace, lo hace bien.

Es cierto que no podemos hablar de estar ante algo rompedor. Los personajes, aunque tienen química entre ellos, son bastante planos. La acción, aunque ofrece buenos efectos especiales, no destaca por presentar una magia que nos vuele la cabeza. La historia tiene escasos momentos de sorpresa y nulos giros de guion.

Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones está dirigida tanto al público casual como al rolero clásico, sin por ello forzar a ninguno de los dos a que acepten al otro.

Pero la visión de los directores John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein está llena de cariño. Explota nuestra nostalgia, sí, pero lo hace de una manera orgánica y sin humillar (ya era hora) a los roleros ni a la gente afín a este universo. Esto es en parte (y ahí el fragmento negativo) porque no había ninguna intención de dar a conocer el juego de rol Dungeons & Dragons al gran público. Este acudirá al cine a ver la película totalmente ignorante del bagaje que hay detrás. Visualizarán una película palomitera, entretenida, con happy ending y poco más. Me atrevo a decir que el disfrute real (es decir, completo) será para aquellos veteranos en D&D que verán los huevos de Pascua cada poco y que podrán realizar una inmersión real en la fantasía del juego de rol. Como si Daley y Goldstein hubieran tirado los dados y cada decisión suya hubiera creado la película. Y el caso es que funciona.

Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones

7.4

NOTA GLOBAL

7.4/10

Destaca en:

  • Es tanto homenaje como apuesta en sí misma, y funciona de ambas maneras.
  • Respetuosa con la tradición de D&D.
  • Buenos efectos especiales y escenas de acción.
  • Mantiene ese toque ridículo que solía caracterizar a cualquier partida de rol en la que la herramienta principal era nuestra imaginación.
  • Nos encanta la dualidad entre Edgin y Xenk.

Podría mejorar:

  • Personajes planos.
  • Humor básico.
  • Sin el universo detrás no deja de ser una simple película de aventuras estilo blockbuster.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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