EXPOSICIÓN HOMO LUDENS: CaixaForum tiene que aprender sobre videojuegos.

Siempre es una buena noticia que los museos y centros culturales de este país ofrezcan contenido relevante para los fans de los videojuegos, ese ocio que tanto aporta a la sociedad actual y que, sin embargo, sigue estando tan vilipendiado. En esta ocasión, es una exposición llamada Homo Ludens: videojuegos para entender el presente, de la mano de CaixaForum de la que lo mejor que podemos decir es que está llena de buenas intenciones…pero que no ha sabido enfocar el tiro. El resultado ha sido algo similar a cuando un padre intenta imitar la jerga de su hijo y este le mira con cara de “papá, estás desfasado”.

Así pues, el mayor problema que tiene la Exposición Homo Ludens es su poca definición de su público objetivo; esa manía que tenemos hoy en día de intentar abarcar al gran público y que al final hace que buenas ideas se queden en el limbo, sin un lugar en el que asentarse. La gente que es fan de los videojuegos o que los consume de forma habitual verá Homo Ludens como insuficiente e irrelevante; sí, suscitará su interés (como a mí, por eso fui a verla), pero se verá desencantada por el nulo contenido de la exposición y su escaso discurso. Sí que es cierto que podría aportar reflexiones a aquellas personas que están tan desconectadas de la industria que lo verían con nuevos ojos, pero es que… ¡esas personas no van a interesarse en asistir a esta exposición!

Preguntas obsoletas, temas serios ignorados.

Durante los 45 minutos que te lleva recorrer con mucha calma los 6 espacios que conforman la exposición (15 minutos si vas ligero) vas pasando por distintos espacios que intentan centrarse en diferentes aspectos del mundo de los videojuegos. Son puntos de vista que a día de hoy suscitan curiosidad al gran público; algunos sobadetes, como: ¿qué son los e-sports?, y otros que ya por plastas resultan ofensivos como: ¿son los videojuegos peligrosos?

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¿Dónde están los niños? Donde se pueda jugar, por supuesto.

El problema de estas inquietudes que la exposición intenta lanzarnos es que no son siempre realistas con las verdaderas preocupaciones o temas que los gamers solemos abarcar en nuestras conversaciones (cuando nos ponemos serios, claro) y que abarcan temas como el crunch, las loot-boxes, la compra-venta de compañías, el sexismo… en definitiva, que la exposición parece hecha por alguien que no sabe mucho de videojuegos y no entiende cuáles son las cosas que verdaderamente preocupan de la Industria a día de hoy. ¿Acaso no se llama “videojuegos para entender el presente”?

Y digo todo esto a sabiendas de que la Exposición Homo Ludens comienza con buen pie. Nada más llegar te proporcionan un lanyard con una moneda con un NFC que debes posar encima de la respuesta que escojas a diferentes preguntas desperdigadas por la exposición. De esta forma, se intenta que te posiciones, que reflexiones por ti mismo después de ver cada contenido de la exposición y que te plantees nuevas preguntas. En este sentido es una idea estupenda, pero no está explotada y el formato de extremos (sólo opción A o B) genera segregación al obligarnos a posicionarnos en el blanco o negro de la opción. Muchas veces no estaba de acuerdo con ninguna de las dos opciones y no se me ofrecía ninguna más que apoyara mis verdaderas convicciones. El resultado (porque al final todas las respuestas generan un avatar según tu perfil de gamer) fue una sarta de tonterías que nada tenían que ver con las creencias o vivencias de los que asistimos (por poner un ejemplo, al más 2.0 de entre nosotros se le dijo que “pasáis un poco de lo digital”, entre otras lindezas).

Ludificación, gamificación y pocas conclusiones

Es rara la exposición que no tenga como fin último hacernos reflexionar sobre un tema en cuestión. Suele ser la máxima aspiración del artista e intenta llevarlo a cabo ya sea de una manera más evidente o más sutil. Homo Ludens es una exposición con buenas ideas, pero que pasa por encima de todas ellas sin profundizar. Sí, parece que quiere hacernos pensar, pero a cualquier fan de los videojuegos le dejará insatisfecho porque no hace reflexiones interesantes que vayan un poco más allá de lo obvio.

A este respecto, hay una colección de juegos indie que quiere hablarnos de la inclusión, discriminación, los colectivos lgtbi u otras minorías, y algunos problemas más del mundo real. Pero los juegos están muy mal escogidos y finalmente no se consigue llegar a conclusiones ni como medio, ni como industria, ni como movimiento social, ni como entretenimiento. Lo que se llamaría de toda la vida “una oportunidad perdida”.

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¿Qué vamos a mostrar? Las exageraciones, fruto de excesos de algunos jugadores.

¿Perdemos nuestro tiempo en ir a verla? Bueno, por 6€ por cabeza (gratis para menores de 16 años, cómo no) podéis ir a ver esa y la exposición de la planta de arriba. Se llama La Imagen Humana y es muchísimo más interesante, mejor planteada y llena de contenido más relevante. Se tarda como una hora en ver, recorre el tiempo y las culturas a través de las expresiones artísticas y, pese a no ser nada interactiva, te hace mucho más partícipe de la idea que desean mostrar.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. Como novelista ha publicado La Ciudad que Olvidamos (2024) y está centrada en la publicación de nuevos títulos. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II.

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