Recordar, si queréis que vuestros infantes crezcan sanos y frikis, empezar a disfrazarles ya.

¿Quién dará la campanada este año como mejor juego?

En general la película es más densa, lenta y emocional que las anteriores, pero se hace muy entretenida, y eso a pesar de su guión previsible.

En "Los Juegos del Hambre: en llamas" vuelven a recuperar, ya que no la "novedad" de la historia, sí la razón de ser del libro: mostrar la lucha por la libertad de los distritos oprimidos por el Capitolio.

A mí es que los tíos, cuando os ponéis barba, ya me parecéis todos iguales, y con un disfraz de Jon Nieve es aún más complicado.

La personalidad de Jessica Rabbit se podría resumir en una famosa frase de la película "Yo no soy mala, solamente me han dibujado así".

La historia comienza bien, pero acaba desvelando un guión bien hilado pero muy flojo. No hay giros interesantes, no hay móvil, hay muchísimas lagunas en la trama, y siempre estás esperando que aparezcan subtramas que, en realidad, no hay.

"si Hitler levantara la cabeza..." está claro que la institutriz se habría callado la bocaza.

Entre el Salón del Manga de Barcelona y Halloween se me antoja que este octubre está lleno de posts inusuales

Disfraces de Halloween frikis tanto de niños como de adultos, para cosplayers pros y para amateurs que sólo quieren echarse unas risas.

Vamos de polis es una comedia que sólo busca entretener; consigue más empatía con el espectador porque rebasa los límites de lo legal, sin llegar a ser extremadamente irreverente y/o absurda.

Nuestro Cosplay de la Semana va dedicado a todos aquellos disfraces de temática friki que podríamos usar en una fiesta de Halloween

Manolo sencillamente no sabe tratar con las situaciones que le rodean, y el encontronazo con Antonio le lleva a salir de esa rutina para empezar a preocuparse por la gente.

En El proyecto de la Bruja de Blair el punto está en no tomarla como una película más de adolescentes gritando y corriendo como cobayas puestas de crack y speed. A la vez.

Casi me sentiría decepcionada si Neil no apareciera en escena bajando de un balancín desde el techo al ritmo del contoneo de soberbias majorettes.