Gastronómicamente me considero una persona sencilla, como casi de todo y, sobre todo, disfruto de la comida. Por eso soy capaz de disfrutar tanto de unos sencillos macarrones con tomate como de un sofisticado plato hecho con un compleja reducción de ingredientes y una fina mezcla de texturas y sabores. Esto se puede extrapolar a los videojuegos ya que, en el mundo del ocio digital, podemos disfrutar de obras simples y también de sofisticados y complejos juegos y, por supuesto, no todos los paladares están preparados para determinados sabores.
Octopath Traveler es el estofado de tu abuela
Después de sumergirme de lleno dentro del universo de Octopath traveler, he llegado a la conclusión de que, al igual que algunas recetas, lo nuevo de Square Enix no está hecho para determinados paladares. Y es que Octopath es un JRPG sin ningún remilgo a la hora de definirse como un juego eminentemente clásico, que busca al jugador que pasa de la treintena de años con unas mecánicas y apartado artístico herederas de los mejores JRPGs de Súper Nintendo. Un jugador con el paladar adaptado a la aspereza jugable de estos clásicos, uno que ha crecido con Breath of Fire, Romancing SaGa, Lufia o Dragon Quest y sabe exactamente lo que quiere y lo que echa de menos de estos grandes juegos.
En una entrevista de Eurogamer a Masashi Takahashi, el director del juego, este confesó que “no hemos tenido concesión alguna al público occidental”, también dijo que “como japoneses, queríamos hacer un juego que gustase a los japoneses, el rpg que a nosotros mismos nos hubiese gustado jugar”.
De estas declaraciones se extrae exactamente cuál es la esencia última de Octopath Traveler y por qué es lo que es; Octopath es un juego como los de Snes (con sus abundantes combates por turnos y su, en ocasiones, endiablada dificultad) no sólo porque trate de serlo, sino porque se ha hecho con el mismo público y objetivo en mente que cuando se crearon los hoy clásicos de culto Final Fantasy VI o Secret of Mana. En ese momento nadie pensó: “¿Crees que esto les gustará a los americanos?” o “creo que los europeos no entenderán esta escena” y en parte por eso, por estar impregnado de esa forma de expresarse y de contar historias tan íntimas, hoy Chrono trigger es un grande y no uno más.
Octopath Traveler no es solo un juego que quiere parecer retro, es un retrato de todos aquellos grandes juegos que aún permanecen en tu memoria, es la oportunidad de poder saborear de nuevo aquel estofado que te hacía tu abuela, quizá esta vez no esté hecho en una cazuela de hierro, sino en una moderna de acero inoxidable, y tampoco servido en uno de aquellos platos de cristal verde sino en una vajilla cerámica, pero el sabor es exactamente igual que el que tú recordabas, y eso es lo que cuenta.
La nostalgia en los videojuegos es un concepto que va de lo abstracto a lo concreto según la edad y la experiencia que tengas, pero es ese sentimiento que hacen que remakes como Crash Bandicoot o Spyro vendan como churros. También el mismo que hace que ahora todo el mundo odie a Sonic y que su único juego de éxito en casi una década haya sido uno de corte puramente clásico.
8 Personajes, 8 Historias, 8 tópicos
Es imperativo dejar claro desde el primer momento que, pese a lo que cualquiera pueda deducir, Octopath Traveler no es un juego que cuenta la historia de ocho viajeros, sino ocho viajeros que cuentan su propia historia. Siendo así que los 8 arcos narrativos de los que se compone el juego son independientes entre sí; pese a que nuestros compañeros de viaje sean los protagonistas de los otros 7 arcos narrativos, estos compañeros nunca intervendrán en una historia que no sea la suya, siendo relegados a compañeros de batalla cuya única función será enriquecer el sistema de combates y poder aprovecharnos de su “perk” especial asociado a su clase.
De ésta manera, podemos encontrar paralelismos con antiguos juegos de Snes como Live a Live, o Saga Frontier. Estilos clásicos de narrar historias que parecían condenados al olvido hasta que Octopath Traveler se ha arriesgado a rescatar un estilo narrativo tan peculiar e interesante como peligroso si no se lleva bien a cabo.
Y es que contar 8 historias sin una conexión clara entre ellas, casi como si de 8 juegos diferentes se tratase, es algo arriesgado, pues al final la cantidad de tiempo que se dedica a cada arco argumental es más limitada y, en consecuencia, el desarrollo de los personajes y de la historia pierde en profundidad, una consecuencia que inevitablemente le pasa factura a Octopath Traveler.
Tampoco ayuda el hecho de que algunas de las historias que se narran caigan en los tópicos argumentales del género hasta el más pequeño detalle. Quizá este hecho pueda pasarse por alto por la intención evidente de Octopath Traveler de ser un homenaje al rpg de los 16 bits, pero, con todo, al final las historias que resultan más satisfactorias y gratificantes son las que, de una manera o de otra, se salen de los caminos establecidos y tratan de ofrecer algo diferente.
Pero, como ya he dicho alguna otra vez, los juegos hay que aceptarlos por lo que son y medirlos en consecuencia, no podemos ponerle un 0 a Wolfestein por no parecerse a Far Cry (o viceversa), pues aun llevando los disparos por bandera, ambos tienen una filosofía diferente a la hora de acometer un género y, cada uno a su manera, hacen las cosas muy bien.
Lo mismo pasa con Octopath; un juego que contiene asperezas jugables, y tópicos argumentales de una manera deliberada, pues su objetivo es el homenaje y la evocación, con ninguna pretensión, salvo en lo artístico quizá, de aportar algo al género.
Un juego artesanal, con el buen hacer japonés
Y si en lo jugable y lo argumental la divergencia de opiniones puede ser tan variada como respetable, en lo artístico, sin embargo, la calidad de Octopath Traveler está completamente fuera de toda duda. A nivel musical cada pieza que compone su banda sonora es una enorme composición instrumental con tintes épicos que, aunque trata de ser acorde con las raíces del género, aquí no se busca tanto el homenaje como la excelencia, pues es el apartado musical el que imprime la fuerza necesaria para que las escenas dramáticas o de acción adquieran esos matices que este tipo de juegos necesita.
El segundo componente en este tándem artístico lo pone su inigualable apartado gráfico, deslumbrando con un estilo artístico que nos trae lo mejor de los 16 bits en un entorno pseudo 3D con sprites 2D e iluminación a tiempo real. Una mezcla tan audaz como increíblemente efectiva que dota a Octopath Traveler de una personalidad y carisma irrefutable. Y es que ver el juego en movimiento es toda una delicia que, sin dejar de evocar en ningún momento a los juegos de la época, nos deslumbra con increíbles efectos de luz, partículas, distorsiones, efectos de bloom y demás filigranas contemporáneas, consiguiendo en última instancia la mezcla casi perfecta entre lo antiguo y lo nuevo.
Y digo casi porque, incomprensiblemente, en determinados momentos el juego sufre de caídas de framerate, así como de ciertos defectos de clipping y otros errores gráficos que delatan cierta prisa por parte de Nintendo y Square Enix por tener el juego terminado a tiempo.
En cuanto al sistema de combates, éste es por turnos y (como es de esperar) los encuentros son aleatorios. Son dos detalles que probablemente supongan el mayor sesgo de público de todas las características del juego, pero que se antojan imprescindibles cuando se pretende ser fiel a las raíces del género. Sin embargo, una vez que nos metemos en harina con el sistema de batalla, descubrimos un sistema muy interesante, profundo y estratégico que nos pondrá a prueba en muchas ocasiones y que resulta tan desafiante como divertido.
Todos estos detalles y decisiones de diseño nos obligan a definir Octopath Traveler como un producto muy de nicho; un juego que destaca por su innegable belleza, por su acabado artístico y por su férrea convicción de ser un JRPG como los de antaño, sin concesiones que vayan más allá de lo técnico.
Conclusión:
¿Qué dice la prensa?
En este caso las reviews de la prensa estaban disponibles entre 3 y 7 días antes del lanzamiento del juego.
Octopath Traveler tiene un promedio de 8.4 en Metacritic otorgado por la prensa y un 8.1 otorgado por los usuarios.
Prensa nacional:
Meristation: 9.5
3DJuegos: 9.0
Vandal: 8.0
Prensa internacional:
IGN Japan: 8.8
RPG Gamer: 8.0
Destructoid: 7.5
¿Qué dice Generación Friki?
Finalmente, Octopath Traveler se sitúa como uno de esos juegos que resultan definitivos y definitorios en un catálogo como el de Switch, ya que no sólo viene a llenar un hueco en materia de género, sino que le proporciona variedad y calidad. Octopath Traveller es casi un sueño para cualquier treintañero melancólico y probablemente también la pesadilla de todo aquel que se atreva a aproximarse a él sin saber bien lo que se va a encontrar.
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Destaca en:
- Consigue lo que pretende: evocar a los grandes clásicos
- Su apartado gráfico, precioso
- Los combates: bien planteados y entretenidos
- Algunas historias son muy buenas...
Podría mejorar:
- ...otras son un tópico y resultan muy predecibles
- Se echa en falta más relación entre los personajes
- Algunos problemas técnicos.
Un comentario
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