LA DIPLOMÁTICA (T1): el difícil camino de la comunicación.

Creo que la única información que poseía de La Diplomática (The Diplomat, 2023) era que el coprotagonista era Rufus Sewell, a quien yo recordaba de una simpática película del 2001 llamada Destino de Caballero donde hacía de villano de manual. No es la mejor forma de comenzar la reseña, pero lo cierto es que no tenía muchas esperanzas puestas en una (oootra) serie de suspense sobre (ooootra vez) EEUU y su política exterior. No puedo decir que esté saturada de series del género, tiene más que ver con el belicismo estadounidense, que me da una pereza horrible.

Pero bueno. Estudié Protocolo en su momento, también Comunicación, soy de las que piensan que las guerras son una mierda y me interesaba saber qué tal se les daría a los yanquis hablar de diplomacia. Los noruegos y su Occupied lo hicieron de maravilla…

Una primera temporada de 8 capítulos de 50 minutos de duración cada uno (segunda temporada confirmada) en los que seguimos a Kate Wyler (Keri Russell, que ya controla las series políticas después de The Americans). Una diplomática acostumbrada a zonas de conflicto armado que es enviada por Estados Unidos a Reino Unido con el fin de mediar en un conflicto internacional a raíz del misterioso bombardeo de un barco británico. Mientras intenta salvar su matrimonio con el también diplomático Hal Wyler (el mencionado Rufus Sewell), Kate se dará cuenta de que las crisis internacionales pueden darse independientemente de que el país se encuentre en guerra abierta o no.

Me encanta la sinergia entre los dos protagonistas. Russell y Sewell hacen un papel fantástico como matrimonio diplomático y fue lo que me enganchó desde el primer momento. Cuando vi House of Cards entendí que en política (por lo menos en series políticas) es imprescindible que la pareja sentimental de turno tenga una compatibilidad y entendimiento por encima de la media. Con independencia de cómo evolucione esa trama, el respeto y el apoyo incondicional del uno por el otro parecen clave tanto para la historia como para la credibilidad de cara a los espectadores. Y, aun así, os confieso que lo que me atrapó fue su naturalidad. Eran creíbles como matrimonio, con sus tira y afloja constantes.

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Todo el mundo piensa que los diplomáticos son gente estirada y esquiva. La Diplomática quiere mostrar otra cara.

 

La Diplomática cuenta para terminar de hacernos creer en la relación entre Kate y Hal con un guion muy elaborado que siempre parte del hecho de que tenemos que confiar en esos 15 años de relación que, como cualquier otra, sólo podemos entrever, pero no comprender del todo.

Este mismo guion es el que clasifica a La Diplomática como serie compleja, adulta, con un humor oscuro y no para todos los públicos. Es cierto que toca temas habituales para los americanos y que para los extranjeros es fácil perderse entre nombres, conflictos, sistemas políticos, etcétera. En esta ocasión, han involucrado a Gran Bretaña, así que, lejos de hacerlo más fácil, resulta más difícil porque mezclan sistemas.

No obstante, ello sólo significa que, si te gustan las series de suspense político estilo Homeland, Gaslit o Scandal (sí, he elegido estas tres porque están protagonizadas por mujeres, igual que La Diplomática), la serie que hoy analizo te encantará porque lo tiene todo para enganchar. Protagonistas carismáticos y muy humanos, secundarios con buena sinergia (David Gyasi, Ato Essandoh, Georgie Henley, T’Nia Miller, Ali Ahn, Rory Kinnear, Michael McKean…), una trama atractiva al estar llena de giros inesperados, una producción de alta calidad, una banda sonora envolvente y una temática actual y relevante.

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Muchas reuniones, como buena serie política y de comunicación.

 

Todos estos detalles (personajes, trama, producción, música, temática) se entretejen a un ritmo vertiginoso aumentando la sensación de que no es una serie que puedas ver mientras chateas con el móvil, necesitas prestarle toda tu atención. Como punto negativo, si en algo falla el guion es en transmitirnos totalmente la idea de lo que está pasando, saltando a veces con ligereza a otros asuntos. Llega un momento en el que británicos, estadounidenses, rusos, iraníes y otros se entremezclan mientras se abordan temas de política internacional en escenas de gran tensión. Y esto, queridos lectores, no es algo que deba hacerse deprisa y corriendo o el resultado puede parecer frívolo.

No hay nada frívolo en la diplomacia, no lo tomemos como tal.

Hay un momento hacia el final de la temporada en el que Hal Wyler da un discurso acerca de la importancia de la comunicación. Nos pasamos esta primera temporada envueltos en un estilo glamuroso y sofisticado que hace que pensemos que diplomáticos, CIA, políticos, prensa, jefes de gabinete son lo mismo, cuando no lo son. A partir de ese discurso te das cuenta de que hay dos bandos: los que trabajan para el ámbito de la política y los que lo hacen para la diplomacia.

En la serie, el bando político es ambicioso, poderoso, pero también vulnerable y con problemas personales de difícil solución dadas sus prioridades. El lado diplomático, por su parte, es inteligente, eficiente, reservado y sus secretos hacen que sus personalidades sean más caóticas de lo que quieren aparentar. Todo unido crea un elenco de personajes donde la ambición es muy discreta, pero las alianzas lo son aún más. Por mi parte, estoy deseando ver hasta dónde serán capaces de llegar, manteniendo esa elegancia de atmósfera, ese equilibrio en las relaciones y, como ya veréis, ese carisma divertido y exasperante que rodea a Kate y Hal.

Una primera temporada muy satisfactoria que consigue hacernos creer que el mundo de la diplomacia es tan complejo como memorable si somos capaces de ver más allá de la fantasía creada en torno a la figura del diplomático. Si la segunda temporada sigue por este camino y corrige sus errores (recordad: lo de la frivolidad) Netflix puede contar conmigo para seguir viéndola y sí, la veo como seria competidora en los Globos de Oro de la próxima semana.

La Diplomática

7

NOTA GLOBAL

7.0/10

Destaca en:

  • La sinergia entre Kate y Hal.
  • Los temas de gran actualidad e interés.
  • Sabe enganchar con su mezcla de guion, personajes, ritmo y producción.
  • Bien por su mensaje a favor del diálogo y la comunicación…

Podría mejorar:

  • ….Mal porque vuelve a poner a los yanquis como los salvadores del planeta y a justificar y legitimar todas sus acciones.
  • Es fácil perder el hilo de lo que está pasando por el ritmo vertiginoso.
  • Es una serie de diálogo y, por lo tanto, ligada al potencial de los actores. Creo que todavía pueden dar más de sí.
  • Aunque sea en loor de la trama (mostrar lo valiente que es Kate), no se debe frivolizar con temas que incluyan la vida y la muerte de seres humanos.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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