LA CHICA ENMASCARADA: Las mujeres que no se aman a sí mismas.

Creo que, a la serie, simplemente, no la ves venir. Ojo, eso es bueno, pero también muy raro. Más de uno acabará pensando en si La Chica Enmascarada (Maseukeugeoil, 2023) le gusta o no. Quizás porque piensas que va a ir de una cosa y al poco cambia el tercio. Y sigue haciéndolo durante los apenas 7 capítulos que tiene esta primera (¿y…única?) temporada en un despliegue de originalidad que, podrá gustarte más o menos, pero sin duda justifica el éxito de la serie en Netflix.

Como suele pasar con los webtoon surcoreanos su adaptación a la pequeña pantalla siempre trae mucha polémica por la transmisión fidedigna que se haga del tono de esta. En el caso de Mask Girl, de Mae Mi, su conversión a La Chica Enmascarada ha cambiado su estilo vivaz y el camino de la autodestrucción, que tan patente está en todos sus personajes, se vuelve oscuro y tétrico a medida que la violencia (seña de identidad surcoreana) se va tornando más evidente.

Pero, ¿cómo de importante es para La Chica Enmascarada el tono que decida utilizar?

La premisa de la que parte la serie parece que no lo requiere y por su tráiler se intuye que es una historia de asesinatos con webcams de por medio, ¿verdad?

Kim Mo-Mi (Lee Han-byeol) siempre ha soñado con ser famosa a base de cantar y bailar, pero a medida que crece su rostro se desvela como vulgar y sus esperanzas se van al traste. En el 2009 tiene por el día una vida aburrida en una compañía de seguros, enamorada en secreto de su jefe, y por la noche se pone una máscara y gana dinero exhibiéndose en un canal de internet.

 

Una serie de sucesos conllevan que la vida de Kim Mo-Mi se trastoque y la serie va dando saltos (atrás y adelante) en el tiempo desde el 2010 (interpretada por Nana) hasta llegar al 2023 (Go Hyun-jung), mostrándonos los cambios en los protagonistas y nuevas motivaciones, que serán los detonantes de las diferentes tramas.

No importa lo que cambies fuera, si no has cambiado lo de dentro.

Estas motivaciones son lo que hacen realmente interesante a la serie. De primeras, La Chica Enmascarada es una crítica social hacia las apariencias, hacia la sociedad que margina a aquellos que no entran en sus cánones, e incluso a la falta de autoestima de las mujeres (siempre su peor enemigo) que las hace querer cambiar para agradar a los demás.

Mi propuesta hacia esta primera reflexión que plantea la serie es si estos personajes femeninos querían cambiar por ellas mismas o era por un complejo de inferioridad creado por sus semejantes. No hace falta ser hipócrita para llegar a los extremos de pensar que el aspecto no importa; hasta evolutivamente es una certeza que los más atractivos son los que sobreviven, es el mecanismo que la Naturaleza ha creado. Y la protagonista quería ser una idol, una cantante de éxito, quizás una estrella de la televisión o del cine y ella misma debía ser consciente de una forma objetiva de que no era lo que el público demandaba (que ahí estaría el problema real). Si La Chica Enmascarada parte de una premisa de crítica hacia la sociedad de la imagen y la apariencia es porque en el mundo real se ha dado excesiva importancia al físico.

Pero cuando ya te has acostumbrado a que la serie irá por ahí, todo cambia.

No digo que no se siga hablando de los estándares de belleza, ni del fracaso en la vida profesional, sentimental y personal, ni de la falta de amor propio, ni del bullying. La serie sigue retorciendo todos estos conceptos, exprimiéndolos hasta el extremo como si nos preguntara a los espectadores: ¿hasta dónde creéis que llegarán?

Pues hace que estos temas tengan cabida también, a lo largo de los años, en otros personajes que no son la protagonista, dando otros enfoques, algunos marcados por los cambios de época, otros simplemente por mostrar más caras de una moneda. La soledad, el acoso, las relaciones tóxicas padres-hijos… todo se va enredando magistralmente mientras mantiene ese tono de thriller de suspense y horror.

 

Pero incluye otros temas de gran importancia, originados todos a partir de los actos de gran violencia (física, mental, verbal, pasional…) que se dan en los primeros capítulos y que son tratados con contundencia. No con esa contundencia del que muestra una injusticia de forma evidente, sino con una guionización, interpretación y dirección magistral que te hace pensar: posiblemente, esto fue así.

Hablaba de que algunos temas, a medida que avanzan los años, se mantienen, pero otros se hacen más visibles al permitirlo las tramas.

La hipocresía en la religión, el abuso de poder, la misoginia, las trabajadoras sexuales, la sexualidad insana… la serie tiene tiempo para hablar de estos temas de una forma orgánica, acrecentados por las estupendas actuaciones del elenco de actores que son capaces de sacar lo peor del ser humano, siendo verdaderamente desagradables (Ahn Jae-hong, Coi Daniel, Park Jeong-Hwa, Kim Ga-hee, Han Jae-yi, Lee Soo-mi, Lee Seon-hee, Park Geun-rok y un espeluznante Lee Jun-young).

En otros artículos hablo también del problema de las expectativas de los padres. La madre de Momi, Shin Young-hee (Moon-sook) o la madre de Oh-nam, Kim Kyung-ja (Yeom Hye-ran) son claros ejemplos de esa ceguera paternal que crea problemas de autoestima en los hijos y los lleva a cometer actos inadecuados.

 

Este tema está muy ligado al de la venganza. De alguna manera, retorcida y sádica, La Chica Enmascarada da lo mejor de sí con este tema (y atención, porque si a partir de aquí la serie deja de interesarte, es que sólo estabas viéndola por el morbo facilón). La serie se convierte en un thriller muy loco donde cada episodio te sorprende, te revuelve por dentro y te deja con ganas de más. No es exactamente la historia de venganza lo que convierte este k-drama en adictivo, sino ese camino autodestructivo que emprenden la mayoría de personajes y que nos hacen preguntarnos si habrá redención para ellos al final o, tal y como nos ha ido sorprendiendo la serie, seguirá haciéndolo para ofrecernos una catarsis disruptiva e inesperada.

¿Es La Chica Enmascarada ese viaje que algunos de nosotros, necesitados de autoestima, deberíamos hacer?

A ver, si habéis sentido instintos homicidas, suicidas, o cualquier tipo de autodestrucción, este artículo no os va a servir para ayudaros. Hay especialistas, teléfonos de ayuda y mucha gente que os quiere. Y La Chica Enmascarada es una ficción que quiere llevar a sus personajes hasta el extremo. Pero sin duda es una buena reflexión para que todos entendamos que nuestros actos tienen consecuencias. Que si te reíste de un compañero poco agraciado, eso puede pasarle factura. Que si machacaste a tu hijo porque no sacaba notas perfectas, puede afectarle a su rendimiento futuro. Que si fuiste misógino con una mujer por el simple hecho de serlo, es normal que te vayan a considerar un ser humano de mierda.

La Chica Enmascarada es una gran obra dentro de los thrillers surcoreanos dirigida por Kim Yong-hoon. Un drama en extremo humano, una ficción interesante y adictiva llena de toques de humor negro que harán las delicias de los aficionados al género. Me gustaría pensar que, como es habitual en Corea del Sur, no harán una segunda temporada (salvo excepciones como El Juego del Calamar y alguna otra), pero uno de los problemas de las plataformas de contenidos es que no sabemos cuándo dejar reposar su material.