AMERICAN HORROR STORY: terror, ciencia ficción y todo lo que te apetezca

Jessica Lange, Evan Peters, Zachary Quinto, Neil Patrick Harris, Kathy Bates, Sarah Paulson, Lady Gaga…si, Lady Gaga. Cualquiera diría que se trata de una lista de invitados a los Globos de Oro (y en parte es verdad) pero lo cierto es que esa retaila de nombres no es otra cosa que una pequeña parte de los interpretes que aparecen a lo largo de las 6 temporadas de American Horror Story, serie que se estrenó allá por el 2011 y que no ha parado de cosechar premios desde entonces.

Hablar de American Horror Story no es hablar de una serie al uso ya que, para los que no lo sepáis, cada una de sus temporadas se desarrolla de forma totalmente independiente del resto, con una temática, unos personajes y una trama que cambian de forma radical cada año.

Esto no quiere decir que cada temporada sea un batiburrillo de chorradas raras porque sí, y a pesar de su aparente falta de sentido (sobre todo si las comparamos unas con otras), es sencillo darse cuenta de que los elementos que se nos muestran a lo largo de la serie siguen un patrón y tienen elementos en común: son grotescos, incómodos, horribles, perturbadores… cada temporada es una nueva cámara de los horrores meticulosamente construida, en la que elementos como espíritus, brujas, científicos nazis, fenómenos circenses o incluso aliens no sólo consiguen coexistir en un mismo universo, sino que consiguen hacerlo manteniendo una coherencia sorprendente.

Y antes de nada, y para que quede claro, todas las historias transcurren en el mismo universo, sí, pero salvo un par de cameos y referencias puntuales los sucesos de cada temporada no influyen de forma alguna en las demás (al menos de momento) y no tiene pinta de que los guionistas vayan a cambiar de opinión al respecto, ya que el formato actual funciona a la perfección y consigue mantener la serie fresca e interesante, ¿que no te gusta una temporada? Sin problemas, pasas de verla y ya probarás suerte con la siguiente, así de fácil.

Hasta ahora hemos tenido una casa encantada, un psiquiátrico, un aquelarre de brujas, un circo de lo extraño, un hotel muy jodido y una casa colonial a la que no os recomiendo acercaros ni un poquito.

Como veis los temas son bastante variados, y aunque puede que algunos no parezcan demasiado llamativos a primera vista os aseguro que la serie se las apaña perfectamente para darle las suficientes vueltas a la trama como para mantenernos enganchados durante los no pocos capítulos que componen cada temporada (pueden variar entre 9 y 13).

Pero ¿Merece la pena ponerse a verla? ¿Qué pretende American Horror Story?

La respuesta rápida es “Sí”, no estamos hablando de una serie al uso, sería sencillo encasillarla en el género de terror y olvidarnos del tema pero lo cierto es que si profundizamos un poco más nos daremos cuenta de que es mucho más que eso.

American Horror Story no busca el susto fácil ni darnos asco con repugnantes escenas gore (aunque haga ambas cosas), sino que es una serie que trata sobre la naturaleza humana y sus tabúes más oscuros, sus personajes, por norma general, no son gente sana y buena que se ve envuelta en situaciones terribles, como suele pasar en el género de terror, sino que suelen ser ellos mismos las fuentes de muchos de sus males.

Estamos hablando de personajes rotos, traumatizados y con profundos problemas emocionales y psicológicos de los que en muchos casos ni siquiera son conscientes. Temas como las obsesiones, las parafilias, la soledad, la desconexión con la realidad o el valor de la vida son una constante a lo largo de toda la obra, pero en lugar de presentarse de forma tradicional o metafórica estos temas son llevados al extremo, se deforman y retuercen sobre sí mismos, trasformando a los personajes que los encarnan en una aberración que no debería existir.

Contemplar sus acciones es incómodo, e incluso incorrecto, y es frecuente tener la sensación de que lo que estamos viendo esta demasiado mal y que deberíamos ponernos con otra cosa, no porque de miedo o sea asqueroso, sino porque atenta de forma directa contra muchos de los valores y creencias que damos por sentados.

#AmericanHorrorStory te proporciona la sensación de que estás haciendo algo mal viéndola Clic para tuitear

Y resulta especialmente curioso que todos estas sensaciones sean encarnadas a la perfección por el personaje interpretado por Evan Peters durante la quinta temporada: James March. El director del Hotel Cortez es un asesino descontrolado que rechaza toda convención social o relación con las leyes de los hombres, es un hombre que ha dedicado su vida al asesinato indiscriminado de forma premeditada, no porque este loco (que lo está) sino para destruir la máscara con la que la humanidad se ha disfrazado. Para March, los humanos y su civilización son un chiste sin gracia y las personas no somos más que un montón de monos que se han creído sus propias mentiras y han renegado de su propia naturaleza violenta y salvaje. El señor March no habla el mismo idioma que el resto de humanos del planeta, su mensaje es el caos y su moneda de cambio la tortura y el asesinato; es el cinismo más absoluto y el nihilismo más oscuro, es un personaje que encarna de forma brillante un ideal que ya hemos visto en psicópatas como El comediante o El Joker, aunque con su propio toque enfermizo y único.

Sumadle a todo esto una estética muy cuidada, un montón de referencias cinéfilas, un uso de la música ejemplar y  unas interpretaciones que van desde lo aceptable a lo excelente, con una Jessica Lange en estado de gracia y con una Lady Gaga cuya interpretación le valió un Globo de Oro y tendréis una serie nacida para triunfar.

Como veis estamos ante una obra que tiene mucho más de lo que aparenta y de la que se puede sacar mucha chicha si estamos atentos. Vale, no es Westworld, pero sin duda merece la pena perderse en su universo lleno de horrores y verdades incómodas.