12 AÑOS DE ESCLAVITUD: luchando contra el racismo en el campo equivocado

Podría haber sido una película muy grande. (sí, sé que ha ganado un Oscar, pero aún así). LA película, con letras mayúsculas, sobre esclavitud; sin embargo, 12 años de esclavitud, en su afán de complacer a las masas, ser políticamente correcta y resultar comercial se ha convertido en una más de esas películas que rondan los temas de la igualdad, el racismo y la esclavitud. Resulta muy oportuno que, a pesar de estar basada en una novela de su mismo nombre escrita hacia el 1853, salga a la luz ahora. Criadas y señoras (2011), Django Desencadenado (2012), El mayordomo (2013), y otras más que han salido este año, unidas a las que salen en el 2014 con la muerte de Nelson Mandela, pasan a englosar la era de las películas sobre Georgia, campos de algodón y segregación racial . Creo que cuando fui a verla sólo pedí que fuera tan fiel como Amistad (1997), también basada en una historia real.

No es que me queje de que se trate este tema, es importante que la Historia se conozca, pero pasa un poco como con el Holocausto, las Cruzadas, la memoria histórica y cosas por el estilo. Es sencillo apartar lo verdaderamente importante y acudir a la lágrima fácil. Y es un poco lo que vemos aquí. Cierto, es una autobiografía. Solomon Northup habla de SUS vivencias, y lo hizo desde su punto de vista; el punto de vista de un afroamericano culto, con familia, virtuoso del violín, y sobre todo, nacido libre, que es secuestrado para ser vendido como esclavo a las plantaciones del sur de EEUU. En ese sentido la película es muy novedosa porque pocas abordan el tema así.

Quitando eso, la película podría haber dado más de sí. Al ser una biografía, esperaba algo del estilo de Diario de Ana Frank. Un relato intimista y más psicológico que físico. No sé si es cosa del director Steve McQueen lo de sensibilizar al espectador (y creo que todos sabemos que la esclavitud está mal, no somos tontos) con el desfile de latigazos, insultos y vejaciones varias, pero denota un empobrecimiento de la historia. Creo que Solomon Northup no pretendía eso cuando escribió su libro. Esto no es una telenovela barata; deberíamos de ser capaces de adoptar una postura crítica, olvidarnos de los actores que forman parte del circo de “12 años de esclavitud” (Paul Giamatti, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Slim Charles, Alfre Woodard, Bryan Batt y, por supuesto, nuestro vendedor de sueños Brad Pitt) y tomar nuestras propias decisiones sobre la situación que se vive, sin tener que apartar la vista asqueados ante violaciones y matanzas.

¿Se tratan todos los puntos de vista?

Por ello, hay que analizar todos los puntos de vista. Y eso es difícil. Primero porque la película no los aborda (mandingos, racismo entre los propios negros, los niggas, las huidas…), y segundo porque es complicado ser objetivo con un tema tan sensible. Es complicado mirarlo desde el otro punto de vista, desde la justificación que se le daba a la esclavitud, ponernos en la situación del amo, etc…, y no acudir, insisto, a la lágrima fácil; es decir, a no dejarnos seducir por escenas. Aunque sé que habrá quién declare morboso y sensacionalista un tema delicado como es este de mostrar las heridas producidas por latigazos, creo que deberíamos ser sensibles a las escenas de la película sin caer en los recursos dramáticos propios del género (película sobre esclavistas pre-guerra civil). Pero es que no todos los personajes tienen la misma calidad moral. El esclavismo es malo siempre, y en cualquier época, pero para entender las circunstancias hay que ponerse en el lugar y la mentalidad de los hechos. Incluso en 12 años de esclavitud encontramos detalles muy interesantes al respecto: blancos que opinan que la esclavitud es mala, blancos trabajando codo con codo con los negros…y encontramos diálogos brillantes dentro de esas escenas.

En fin, que la película es buena, pero tiene fallos y/o carencias gordas. Más simbolismo como el de la ruptura del violín, habrían enriquecido la película. La banda sonora de Hans Zimmer es demasiado minimalista. La película podría haber ganado por completo nuestros corazones con una banda sonora más adecuada; y desde luego, por mucho que esté basada en una historia real, una moraleja mejor que la de “salva tu propio culo” habría sido más acertada.

Aún así, hay que darle la enhorabuena por sus estatuillas. El Oscar a Mejor Película no se concede más que una vez al año y había mucha y buena competencia. Me gustaría poder decir que apoyaba la candidatura de nuestro actor protagonista pero no es así. Su actuación es más que buena pero no la creía merecedora del Oscar. Quizás si su competencia hubiera sido otra…pero si nos ceñimos a que sólo puede haber un ganador, no se lo habría dado a Chiwetel Ejiofor por muy bien que interpretara a Solomon Northup. En cambio, me alegro mucho por el Oscar a Mejor Actriz de Reparto para Lupita Nyong’o, apenas un par de apariciones en la gran pantalla y parece que dará mucho que hablar; y también por el Oscar a Mejor Guión Adaptado. Ese sí entraba en mi quiniela. Al fin y al cabo, creo que ese era su plato fuerte.