GENERACIÓN FRIKI EN JAPÓN: la cultura de los coches en Japón

Generacion-Friki-En-Japon-coches-Shibuya-Lamborghini-PORTADANo soy precisamente una amante de los coches. De hecho, me basta con que rueden y no me den problemas de funcionamiento para que cualquiera me parezca perfecto. Para que os hagáis a la idea, a día de hoy encuentro mi coche fijándome en su matrícula porque todos se me asemejan mucho entre sí. Sin embargo, cuando estuve en Japón, el tema de los coches me llamó tan poderosamente la atención que todo lo relacionado con ellos me interesaba. De hecho, ha acabado convirtiéndose en el post que estáis leyendo ahora.

Sin irnos por las ramas, lo que nos llamó la atención es que en Japón, sobre todo en las zonas urbanas, no hay apenas coches circulando. En un país tan tecnológicamente avanzado como Japón y con tan alto nivel de vida cuesta creer que dentro de los presupuestos familiares no se contemple la compra de un coche cuando, por ejemplo, en España, muchas familias tienen incluso dos.

En su momento me pareció algo cultural; si pensáis en Barcelona, tienen muchísima cultura de motocicletas, o si pensáis en Madrid ¿por qué hay tanto coche si podríamos usar motos y solucionar tantos problemas de atascos y aparcamientos? Pues llegué a la conclusión de que en gran parte era un tema cultural.

Sin embargo, no es así. Entre otras, hay tres razones por las cuales en Japón apenas hay coches: primero, están más concienciados con el ecologismo y la contaminación y sus políticas al respecto abarcan muchos más ámbitos que los de los coches (por ejemplo, apenas hay sitios para fumar en la calle, que es pública y de todos, pero en los locales, como tú eres su dueño, puedes decidir que sí se fume). Aún así, cualquiera que sepa de coches a un ámbito algo más internacional sabrá que en Japón prácticamente han desterrado cualquier tipo de coche que contamine y que no hacen como nosotros, que ponemos barreras, ellos van tras la búsqueda de políticas que ayuden a la proliferación de coches híbridos, de hidrógeno o eléctricos. Su cultura por el medio ambiente está tan arraigada que podéis respirar en pleno centro de Tokyo como si estuvieseis en medio de un bosque inmenso. Y eso por no hablar de la ausencia de contaminación acústica.

En segundo lugar, existe una red de transportes magnífica. Yo me sentía orgullosa del transporte público de Madrid hasta que llegué a los homólogos de metro, cercanías, tren y autobús de Japón y vi que sencillamente (frase que repetí allí y sigo repitiendo ahora) están a años luz de nosotros. Creo que esto podría merecer hasta un artículo aparte.

Y en tercer lugar, en un país donde se aprovecha el espacio al máximo y hay tantísima densidad de población, apenas hay lugares para aparcar. Ello provoca que, si no tienes parking en casa, no puedes tener coche (ver galería justo abajo). Ello, paradójicamente, provoca que en pequeños pueblos o en las afueras, quizás lugares más modestos o de renta supuestamente más baja, sea más fácil encontrar coches que en las grandes ciudades. Relaciónandolo con la primera razón, es fácil encontrar surtidores en las casas particulares, inversión que realizan los dueños del coche, concienciados con poner su propio enchufe en casa.

Y aún así, gran amantes de los coches.

Pues quizás porque tiene que haber de todo, pero no hay duda de que los japoneses son grandes amantes de los coches. Y no de cualquier tipo de coches. En nuestras ciudades, ver un coche de gama alta (matizo, alta-alta) no es frecuente, nos suele llamar la atención y siempre nos quedamos mirando. En Japón llama más la atención porque circulan pocos coches y los que lo hacen son joyitas reconocidas mundialmente. Ya sabemos que en Dubai van abandonando por ahí los coches, pero Japón me pareció el paraíso de los coches caros, ¡y los usan!

Y por supuesto están impecables. La cultura de la aversión por la suciedad llega hasta los coches y siempre van impolutos y, posiblemente por su baja tasa de criminalidad, sin bollos ni rallajos, y no sólo los coches caros, sino también los utilitarios y turismos.

Otras cosas de las que nos enteramos en Japón fue que, quizás por esa cultura de consumo tan feroz, es raro encontrar coches antiguos, es difícil que una persona tenga un coche más de ocho años, lo habitual es usarlo un tiempo y cambiarlo.

Y como hay cosas que sólo se pueden dar en Japón, el tema del tunning llevado al extremo (el Itasha) también tuvimos ocasión de verlo. Lo conocimos de cerca en el Madrid Otaku 2016 y tuvimos ocasión de ver pequeñas muestras del mismo durante nuestro viaje. Aún así, qué queréis que os diga…me quedo con el transporte más especial de Japón: ¡el gatobús!

*Os dejamos con dos galerías: coches en diferentes ciudades de Japón y coches en los concesionarios que nos encontrábamos por el camino. Siento la calidad de las fotos de los concesionarios, pero es evidente que tampoco podíamos decirles “eh, ¿nos dejáis entrar?” y algunas, dentro de su caótica composición, nos parecen muy bellas.

Concesionarios

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II

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