El afamado guionista de comics, Mark Millar vuelve a hacer aparición en esta web, esta vez con Superman, Hijo Rojo (2003), una obra que no deja indiferente a nadie.
La historia de Superman, Hijo Rojo plantea la posibilidad de que Kal-El hubiera caído, en lugar de en los campos de Kentucky, en el pueblecito de Smallville, en las estepas de Ucrania durante los años 30, lo que nos presenta a un adulto y formado hombre de acero, que trabaja para el hombre de hierro, Yosef Stalin, convertido en un superhombre comunista, arma propagandística y peligro para el estilo de vida americano, y por qué no decirlo, para el mundo entero.
El boy scout ya no defiende la libertad de los ideales americanos, pero tampoco seguirá los del comunismo, sino que cambiará y mutará para defender el valor de los trabajadores y habitantes del Telón de acero. Esto, por supuesto, supone un cambio increíble para la mitología de Superman.
Mark Millar es muy amigo de los superhéroes, y más concretamente de los nuevos superhéroes, (como ya comentamos en el artículo de Los Ultimates). Superman, Hijo Rojo fue su segundo trabajo después de Wanted, y cuando la serie fue publicada en EEUU fue un auténtico bombazo. Es normal dado que Superman, Hijo Rojo es de las primeras señales de DC dibujadas como respuesta a las tendencias de Marvel y para demostrar que ellos también tienen otros clientes y otro modo de ver las cosas un poco más adulta y sin reparos, no tan adolescente.
Todo el argumento esta presentado de un modo muy entretenido, escueto y bien explicado; sorprende que tan pocas páginas puedan contener un mundo tan rico. Las relaciones entre los personajes impresionan por su profundidad y la coherencia de los valores que defienden. Uno de los puntos que sirven como eje central de la trama es precisamente la evolución emocional de la relación entre Superman y Lex Luthor, que se va desplegando a lo largo del tiempo y, sin dejar de ser enemigos, muestran cómo los intereses y necesidades de mejorar el mundo colisionan de manera brutal, de mismo modo que lo hizo Estados Unidos con la Rusia Comunista.
Recordemos que Siegel y Shuster crearon a Superman como un héroe, un defensor de los valores en tiempos de la Gran Depresión, enseñando a los niños y no tan niños americanos el poder del valor y la fuerza de la imaginación. (Todo esto con unos tintes patrióticos que tiran de espaldas). Por ello Superman es conocido como el boyscout de los superhéroes, y por eso lo que Mark Millar ha hecho con su hijo no tiene precio y la sorpresa fue acojonante para los creadores de Superman. El héroe americano sirviendo para el tutor del comunismo, en contra de los valores americanos. Lo que son los tiempos…
En la trama no pueden faltar otros elementos de DC Cómics, versiones alternativas de nuestros conocidos Batman (que será en esta ocasión Batmankof), Wonder Woman, Lex Luthor, Lois lane y otros tantos personajes. Estéticamente Superman, Hijo Rojomuestra un estilo de dibujo más anguloso del que nos tiene acostumbrado el academicista comic americano; la inspiración viene de las esculturas modernas que servían como propaganda del comunismo de un trabajador orgulloso y férreo. De los dibujos se encargan Dave Jonson y Killian Plunkett, y a las tintas Andrew Robinson y Walden Wong; y Paul Mounts al color. Por cierto, si podéis mirad las portadas, son versiones de cartelería propagandística con muy buen acabado, precioso, simplista y efectivo.
Planeta DeAgostini publica en España una edición integra por un precio muy asequible, aunque ya tiene huevos que lo publiquen en España unos seis años después de que finalice la serie, pero bueno, esto es España, y en cuestión de cómics todo llega con lag.
Lo bueno es que en España nos ha llegado en formato One Shot (tirada única), por lo que no te tienes que perseguir tiendas para pelearte por terminar la serie. Conste que la publicación americana es de unos tres tomos, por lo que tampoco es muy larga.
Tal es la relevancia que consiguió Superman, Hijo Rojo entre los aficionados del cómic, que Marvel decidió que los diseños de trajes se incluyesen en el videojuego Injustice: Gods among us que, a su vez, y debido a la gran calidad de éste, ha terminado por ser historia de canon dentro de DC.
Como detalle de lo que significó la imaginería y los innovadores diseños, en Italia, la idea de un Superman rojo hacía tanta gracia (a quién no), que ellos mismos empezaron a imprimir camisetas con el logo de Superman Rojo, vamos que en lugar del pentagrama con la “s” están la hoz y el martillo, (muy acertado de hecho). Pero imprimieron estas camisetas sin consentimiento de los autores ni de Marvel, simplemente por el ideal comunista (y por lo chulo que queda), no por la obra a la que hace referencia. Así que claro, se comieron una demanda importante. Pero bueno, no hay nada que el mercado negro no pueda hacer si aún queréis una de estas camisetas. Y hablando del mercado negro, algún día hablaremos sobre cómo este se carga el cómic, y de los entresijos de la industria del cómic, a ver si seguís durmiendo igual.
Superman, Hijo Rojo es una obra gamberra e imprescindible que no deja a nadie indiferente, tanto para quien disfrute de las historias de la Guerra Fría como de Superman. Un cómic que goza de un acabado visual excelente, de un guión de la más alta alcurnia y además todo en un sólo tomo único. Una oportunidad de oro para disfrutar de una historia alternativa a la que nos propone la línea tradicional de DC y de Superman.
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