Es complicado ser crítico con películas como “Maktub” que tratan sobre el tema del cáncer y que no se te echen encima por ser insensible, pero no quiero dejar de dar mi opinión sobre la película (que no sobre el cáncer) por ello, y como a todos, desgraciadamente, nos ha tocado de una forma u otra, seguro que tendremos algo que opinar y nuestra particular forma de ver este tabú social que son las enfermedades terminales.
En realidad, “Maktub” no trata sobre Antonio (Andoni Hernández) un adolescente rebelde con cáncer y muchas ganas de vivir; sino de Manolo (Diego Peretti), un hombre cuyo trabajo le repele (¿y a quíen no?) y cuya mujer, Beatriz (Aitana Sánchez-Gijón) e hijos, se alejan cada día más de él. Manolo sencillamente no sabe tratar con las situaciones que le rodean, y el encontronazo con Antonio le lleva a salir de esa rutina para empezar a preocuparse por la gente. No sólo se trata del chaval, también de su madre (Goya Toledo) a quién la idea de perder a su hijo le atormenta, del divertido pero solitario repartidor de comida (Jorge García), de su vecino (Enrique Villén) y de un sin fin de personas que siempre han estado a su alrededor, como su propia madre (Amparo Baró) y su compañera de residencia (Mariví Bilbao) y que nunca supo apreciar.
Así, “Maktub” vuelve igual que “Los Gremblins” o “¡Qué bello es vivir” todas las Navidades a nuestras casas desde el 2011 para que reflexionemos sobre si estamos haciendo lo correcto con nuestras vidas. No se trata de aceptar lo que se nos viene encima, sino de afrontarlo de la mejor manera posible. ¡Claro que hay que intentar solucionarlo¡ ¿Para qué llevarte mal con tu madre si puedes llevarte bien? Pero no intentamos rebelarnos contra una enfermedad terminal, sino no dejarnos llevar por la angustia y sacar el mejor provecho de ello.
Respecto a esto, es posible que la figura de Antonio (basada en hechos reales) sea la que menos me convence de todas. La singular enfermera (Rosa María Sardá) o la hermana de uno de los pacientes de cáncer (Laura Esquivel) son personajes creíbles, incluido el confuso y eternamente aturdido Manolo, pero me cuesta empatizar con este co-protagonista porque resulta artificial. Y ello me molesta. Porque todos conocemos enfermos de cáncer que han sobrellevado muy bien su enfermedad y la película se empeña en mostrarnos la lágrima fácil maquillada de adolescente rapero gracioso. ¿Qué es complicado sacar el tema del cáncer y hacer reír? Claro. Pues no lo intentes. Porque un homenaje a un chico se convierte en una pantomima con final previsible.
Se ve que “Maktub“( ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué ese nombre absurdo con una explicación tan cogida con pinzas?) en árabe significa “lo que está escrito“, pero podría haberse llamado “voy a copiar “Planta 4ª” a ver si nadie se da cuenta”. Y de paso meto actores internacionales como reclamo a los que permito momentos estelares, mezclado con componentes fantásticos. De alguna manera, es como si Manolo fuera Scrooge farfullando “paparruchas” en “Cuento de Navidad” (“A Christmas Carol”) y los demás fueran los fantasmas de las Navidades pasadas, presentes y futuras.
Interesante argumento, decentes interpretaciones…no funciona como Cuento de Navidad.
El que sí funciona es “Tokyo Godfathers“, pero si no os gusta la animación, ahí van mis 5 propuestas navideñas.
(5 / 10)
El trailer te lo vende como una comedia navideña…no es no tenga sus puntos pero…
Un comentario
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