Son muchas las películas, series, libros y videojuegos los que se han hecho relatando historias de la Segunda Guerra Mundial, y aunque es verdad que casi siempre se acaba volviendo a las cuatro historias más populares, este catastrófico momento de la Historia tiene tantos capítulos que todavía quedan unos cuantos por abordar.
Es el caso de la polémica subida al poder de Winston Churchill y sus decisiones acerca de cómo un Reino Unido casi derrotado decidió seguir luchando hasta el final, fuese cual fuese.
El Instante Más Oscuro (2018) nos traslada hasta 1940, momento en el que el grueso de las filas inglesas se hallaba acorraladas en las costas de Dunkerque (de hecho, Christopher Nolan, dirigió el año pasado una cinta con dicho nombre en la que se nos cuenta esta historia desde el punto de vista de los soldados) y de cómo Winston Churchill convenció al resto de los poderes para no firmar la rendición con los nazis.
Algo más que un biopic histórico.
El Instante Más Oscuro se centra en la figura de Churchill, interpretada por Sirius Black Gary Oldman con tal maestría que resulta prácticamente irreconocible, mostrando de una manera más que sobresaliente todas las facetas que hicieron famoso a Churchill, desde su increíble don con las palabras y sentido del humor, hasta su falta de empatía e inexistente tacto.
Y aunque Gary Oldman se come la cámara con una interpretación que sin duda es de las mejores del año y me atrevería incluso a decir de su carrera (y que le ha granjeado un Globo de Oro, de momento), El Instante Más Oscuro es más que Oldman y su deslumbrante papel de Churchill, ya que allá donde miremos vemos a grandes profesionales de la interpretación como Kristin Scott Thomas (Clementine Churchill), Lily James (Elizabeth Layton), David Schofield (Clement Atlee), o Ben Mendelsohn (interpretando al Rey Jorge VI y a quien pronto veremos en Robin Hood, Capitán Marvel y Ready Player One, casi nada) llevando a cabo unas encarnaciones realistas y muy fieles a sus homónimos históricos.
Un buen año para la historia del Reino Unido
En los últimos doce meses este fragmento de la historia se ha visto representado desde varios frentes, todos ellos de una calidad fuera de toda duda. El año pasado nos llegaba, como ya hemos hablado antes, Dunquerke, film que gira en torno a la operación Dinamo y cómo, casi milagrosamente, se lograron rescatar cerca de 300.000 soldados aliados de las costas francesas.
A su vez veíamos el estreno de The Crown, serie que gira en torno a la reina Isabel II, en la cual durante la primera temporada podremos ver los últimos días de Churchill como primer ministro y muchas menciones al periodo histórico que narra El Instante Más Oscuro.
Sin duda las tres obras han supuesto este año un tándem magnifico para comprender en toda su envergadura lo que supuso la figura de Winston Churchill para la Guerra y para el mundo tal y como lo conocemos hoy.
El Instante Más Oscuro es una cinta inteligente y ciertamente sutil en sus explicaciones, pues si bien deja claro su contexto desde el principio, requiere de atención por parte del espectador para brillar, pues es en sus detalles donde muestra lo mejor de sí misma, siendo parca en explicaciones, e incluso algo críptica si no contamos con ciertos conocimientos sobre la Segunda Guerra Mundial.
Puede ser que el film no tenga mucho que descubrirnos si ya conocemos esta parte de la historia y estamos al día de la vida, milagros y peculiaridades de un personaje tan ciertamente peculiar como lo era Churchill. En este aspecto quizá se pueda decir que aporta poco; sin embargo, aunque el material mostrado ya sea de sobras conocido, la calidad con la que se hace y el mimo puesto en la dirección por parte de Joe Weight, hace que merezca la pena revivir este formidable relato, pieza imprescindible de la historia moderna.
En el plano técnico, aunque El Instante Más Oscuro prescinde, en la medida de lo posible, de mostrar escenas bélicas o de acción, con la consecuente ausencia del espectáculo audiovisual que acompaña este tipo de planos, no está desprovista de grandes y bellos momentos, con un apartado musical y de fotografía que comunica mediante sus acordes y gamas cromáticas todo lo que el guion omite. Una bella sinfonía de planos elegantemente escogidos para hacer llegar al espectador unos momentos tan bellos como duros y trascendentales.
Quizá El Instante Más Oscuro no sea la cinta más entretenida del año (ni lo pretende), tampoco es cine de fácil digestión, ni la típica cinta con la que vaciar un rato la cabeza, es una de esas pelis con las que sentarte con alguien a debatir, una de esas que te hacen pensar en lo diferente que sería ahora el mundo de no haber sucedido determinadas cosas y, finalmente, una de esas a las que tus pensamientos vuelven de vez en cuando.
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