A la gente le encanta comparar los superpoderes de unos y otros héroes en busca del más fuerte; hasta les gusta mezclar universos en pos de establecer un top 10 de megafuertes (sí, nosotros también lo hicimos), pero a mí me gustaría en esta ocasión hacer una diferenciación entre unos tipos de superhéroes (o héroes) y otros en base a un concepto que a la postre resulta ser muy simple: la barrera de la muerte.
Unos matan y otros no
Sí, esa es la idea resumida. Ahora ampliemos. La idea me vino porque hace nada terminé de ver Daredevil, hice un poco de masoquismo y seguí viendo SuperGirl, y hoy he empezado a revisionar Arrow antes de ponerme con la quinta temporada. Y me di cuenta de que muchos del os superhéroes eran parecidos en su forma y objetivo, es decir:
– Trabajan en las sombras (o sea, de noche)
– Llevan trajes molones que ocultan sus facciones
– Tienen pasados turbios
– Quieren hacer de Nueva York, Gotham, Starling City, etc un lugar mejor
Pero si el estilo de vida y forma de hacer justicia pueden ser parecidos (con muchos matices) a la hora de ejercer ésta los medios cambian. Algunos superhéroes no quieren cruzar la barrera de la muerte y ejecutar a los malos. Algunos lo consideran un mal necesario, otros parece que están deseándolo, y otros se torturan de tal modo con ello que su trauma daría para una serie entera.
Por supuesto, también deberíamos de incluir aquí a los antihéroes. A veces incluso esta propia barrera de la muerte se estipula en materia de héroes y antihéroes, siendo los primeros aquellos que ven justificada la muerte de los enemigos o negándose a ello para seguir ostentando el título de “héroes”, y los antihéroes, aquellos que matan y sufren por ello, o que precisamente por hacerlo son considerados antihéroes o, dicho de otra manera, anarquistas con principios.
¿El fin justifica los medios?
Este artículo pues es una llamada a la reflexión acerca de esa frase de Maquiavelo tan famosa que dice que el fin justifica los medios. Es fácil (y siendo un superhéroe aún más) pensar que los honorables objetivos justifican acabar con la vida de seres humanos cuando éstos nos parecen nocivos para la raza humana.
No pretendo con ello poner en un ring al héroe y al antihéroe, sino que nos planteemos, al igual que Spiderman se lo tuvo que plantear en su día, que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y que si realmente existieran, ya no los superhéroes, sino la gente con habilidades especiales, deberían plantearse si deben cruzar esa barrera de la muerte en pro de proteger a los indefensos y de impartir justicia.
Por supuesto, esa reflexión primero la tenemos que hacer nosotros a modo de introspección, pero al final ponemos en manos de personas con más poder y autoridad que nosotros las decisiones del mundo. ¿Acaso el presidente de los EEUU no tiene el poder de decisión final sobre las maniobras militares? Pues, ¿qué pasaría si tuviésemos un dios con capa entre los hombres? La duda iría más allá de querer tenerles “localizados” como querían hacer y/o hicieron en Watchmen, la patrulla de Los Vengadores (la saga de Civil War) o los X-Men. La responsabilidad de acción es algo que, aunque te impusieran las leyes, tendrían que tener claro desde el principio estos superhéroes como credo personal. O acabaríamos enfrentados con ellos por puro miedo a su poder y su falta de código ético.
Y porque antes o después todo Batman encontrará su Joker. Un malo maloso, del tipo que sea, que no cejará en su empeño y al que, si quieres detener, tendrás que matar, ¿o no? Pero la tesitura estará ahí. Y no siempre, aunque tú hayas cruzado esa línea por decisión propia, tendrás el apoyo de los que te rodean. El mundo del cómic está rodeado de inspectores de policía que se posicionan en ambos bandos. James Gordon tiene más fácil apoyar a Batman porque éste no mata, aunque actúe fuera de la ley; pero Quentin Lance tuvo más difícil estar de acuerdo con los métodos poco ortodoxos de Arrow.
Quizás me he centrado en esta era de héroes nuevos, personajes con oscuros enfoques y, ¿por qué no? adaptados a los tiempos que vivimos. Quizás este artículo y esta reflexión es necesaria porque tanto novelas gráficas como películas son más crudas pero, ¿deberíamos por ello volver a recuperar la época dorada y happy de los superhéroes? ¿o quizás este enfoque oscuro es una necesidad?
Batman v Superman nos demostró que incluso entre los propios superhéroes hay bastante “molestia” por los métodos de luchar contra el mal que tienen algunos, pero no se puede negar que existen en el panorama algunos meta humanos o dioses a los que no hay forma de toserles. Yo es que sencillamente no me imagino al Doctor Manhattan haciendo “sólo un poco de daño” o a alguien deseando escuchar el “Hulk aplasta” cuando nuestro amigo verde pierde el control.
Sí, definitivamente, y aunque haya academias de héroes que van surgiendo últimamente, cuando algún ser, ya sea extraterrestre o humano, descubre que tiene poderes, y decide usarlos en pro del bien, posiblemente lo que tenga que preguntarse sea: ¿traspasaré la barrera de la muerte? ¿qué tipo de superhéroe quiero ser?
De todos los comic que he leido, es en esta miniserie marvel donde se plantea este dilema entre muchos superheroes. OPERACIÓN: TORMENTA GALÁCTICA
Un saludo.
Muchas gracias por la información!! lo buscaré. Un saludo