MI GRAN BODA GRIEGA 2: la familia siempre estará ahí para ayudar…e incordiar

Es raro a día de hoy encontrar comedias para todos los públicos que resulten realmente graciosas. En 2002 se estrenó “Mi gran boda griega” y, al tratarse de una película escrita por una novata, Nia Vardalos, y atacar el resabido tema de las bodas, generó pocas expectativas, aunque luego resultara un mega éxito con hasta una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Guión Original. A día de hoy sigue siendo una película agradable de ver pero su secuela, “Mi gran boda griega 2” ha generado el mismo problema: ¿qué tiene que ofrecer?

Pues ha resultado ser una película divertidísima. Cierto, vuelve a tratar sobre bodas, pero me atrevo a decir que es más divertida que la primera aunque su guión sea más simplón, y que encierra alguna sorpresa, cosa que, en el mundillo de las comedias románticas, resulta bastante difícil. Mi sugerencia es que, pese a que os anexamos abajo el trailer como siempre, os abstengáis de verlo. Por ello, sólo diré del argumento que, obviamente, habrá una gran boda griega, y que todos los personajes de la primera película (Nia Vardalos como Toula, John Corbett como Ian, Michael Constantine como Gus, Lainie Kazan como María, Joey Fatone como el primo Angelo, Gia Carides como la prima Nikki…) vuelven a aparecer, demostrando que, el plato fuerte de la primera película, la química entre los personajes, vuelve a darse.

Por supuesto, encontramos una serie de personajes nuevos que vienen a amenizar la película. Elena Kampouris es Paris, la “rebelde” hija de Toula e Ian, que no encuentra nada seductor el hecho de ser griega, con todo lo que ello supone y a la que el siglo XXI otorga argumentos para su independencia familiar. Otros secundarios (pena que no podamos decir “de lujo”) son John Stamos, Alex Wolff y Rita Wilson, pero ninguno de los tres consigue integrarse debidamente dentro de la trama.

¿Necesitábamos esta secuela?

La segunda pregunta que podríamos hacernos, y que surge siempre que aparece una secuela en el aire es: ¿necesitábamos otra película sobre esto? mi respuesta es: depende. Para todos aquellos que vieran (y revisionaran a lo largo de los años) la primera parte, esta nueva entrega trae mucha nostalgia y ganas de seguir las aventuras de la loca familia griega.

Como buena secuela deja un poco de lado a los personajes menos interesantes y se centra en destacar aquellos más divertidos. A aquellos nostálgicos les diré que tendrán lo que han venido a buscar, sin duda, puesto que se da el mismo sentido del humor, con un ritmo trepidante muy parecido a su antecesora, y sólo con las dosis justas de guiños a la primera película. Esto último es de agradecer porque la mayoría de las veces que visionamos secuelas, reboots o remakes, nos encontramos a directores y guionistas empeñados en contentar a los fans (véase si no, como ejemplo, la última de los jedis, “Star Wars: el despertar de la Fuerza“; una película hecha para fans) y muchas veces se olvidan de que tienen que hacer una película con su propio valor intrínseco.

Para aquellos nuevos, obviamente hay que visionar la anterior. Está claro que no es imprescindible pero, cómo no, muchas de estas películas basan sus bromas en las risas suscitadas con escenas de la primera película y sería una tontería perdérselos. Esto, no obstante, me lleva a aclarar que, pese a que es más divertida ésta que la primera, la original es mejor película que su secuela. Debemos entender que no sólo de chascarrillos vive una película (o debería) y “Mi gran boda griega 2” tiene poco que ofrecer como moraleja. La preciosa idea de que la familia siempre estará allí para ayudarte sigue estando ahí presente, pero lo único que aporta, aparte de dosis de modernidad (queráis que no, han pasado 15 años desde que se estrenó la primera parte) es la problemática típica de las parejas hoy en día, que muchas veces olvidan que, antes que padres, fueron novios, y se olvidan de vivir el matrimonio. Por supuesto, ahí estará también la familia para ayudar e incordiar.

¿Vale la pena verla?

En definitiva es una película de la que uno no sale decepcionado. Es demasiado correcta e ingenua para la sociedad de hoy en día, pero la mayoría de las películas actuales sobre bodas y despedidas de soltero son, aburridas las primeras y chabacanas las segundas, por lo que me parece una apuesta muy aceptable para pasar un buen rato y, ¿por qué no? comparar nuestra familia con esta gran familia griega y decidir si estamos satisfechos con cómo nuestra parentela está involucrada en nuestras vidas.

(6,5 / 10)