HOLLOW KNIGHT: el Dark Souls de los Metroidvania

Hoy en día el género indie se ha convertido en la cantera de ideas de la industria del videojuego, aportando conceptos y nuevas mecánicas que posteriormente hemos visto implementadas en títulos de mayor envergadura. Sin embargo, el género indie no sólo es una cantera de ideas, sino también el último bastión de determinados géneros que, ya sea por su limitado número de seguidores o porque sus mecánicas no terminan de encajar en lo que entendemos por títulos triple A, se ven relegados a existir únicamente dentro de las constreñidas paredes de los juegos independientes. Con todo y con eso, creaciones como Hollow Knight siguen dando lecciones de cómo, con unos recursos humildes, se pueden desarrollar auténticos imprescindibles del videojuego.

Hollow Knight toma prestadas sus mecánicas directamente del género Castleroid / Metroidvania, en el que, con un desarrollo en 2D, nos adentrarnos en un pseudo laberinto que va multiplicándose en envergadura y complejidad según desbloqueamos habilidades con las que poder acceder a áreas nuevas.

De esta manera, Hollow Knight hereda algunos elementos que han hecho grandes tanto a Metroid como a Castlevania, como sus puntos de guardado, sus difíciles bosses, y algunas de las habilidades más características de sus protagonistas. Sin embargo, en otros muchos aspectos Hollow Knight bebe de títulos más recientes como Dark Souls.

El género Metroidvania es uno de los mejores surtidos dentro de los juegos de mediano y pequeño presupuesto; sin ir más lejos ahí tenemos joyas como Ori and the blind forest o Shadow Complex. Sin embargo, pocos títulos han llegado a tener la jugabilidad tan refinada y el control tan bien medido del juego de Team Cherry, y es que ponerse a los mandos del pequeño protagonista de Hollow Knight es toda una delicia, con un control que nunca traiciona y que nos permite calcular al milímetro cada salto, golpe y esquiva; de esta manera, nunca sentiremos que hemos muerto en ese salto por falta de precisión o que el personaje no ha reaccionado correctamente a nuestra orden de esquivar al enemigo de turno.

El Dark Souls de los Metroidvanias

Esto es algo importante, porque otra de las características clave de Hollow Knight es su exigente dificultad. Aquí no existen las pociones de vida y los puntos de guardado están muy distanciados unos de otros, normalmente separados por algunas habitaciones bastante peligrosas, ya sea por sus enemigos o por unas plataformas algo traicioneras. Para recuperar vida tendremos que intercambiarla por energía, y ésta sólo se rellena eliminando enemigo; de esta manera, el juego nos obliga a exponernos a situaciones de riesgo si queremos rellenar una mermada barra de salud.

Tampoco ayuda el hecho de que los huecos en los que podemos equipar los diferentes artefactos que iremos encontrando y que nos otorgan diferentes habilidades son realmente escasos, teniéndonos que pensar muy mucho la “build” que queremos utilizar y a sabiendas de que no la podremos cambiar hasta que no lleguemos al siguiente punto de guardado.

Por otra parte, los jefes del juego pueden llegar a ser terriblemente difíciles, no imposibles, claro, ya que todos obedecen a unos patrones predeterminados de ataque y movimiento que podemos memorizar, y creerme si os digo que aprenderse de memoria dichos patrones y un “timing” con los controles casi perfecto será muchas veces nuestra única opción para vencer un combate.

Finalmente, si morimos (que lo haremos y bastante) apareceremos en el último punto de guardado en el que hayamos descansado, teniendo que volver a por nuestro cadáver, ahora convertido en enemigo, para vencerlo y así poder recuperar el dinero perdido. Si por casualidad morís en este trayecto, ir despidiéndoos de vuestra pasta, pues el cadáver que dejéis sustituirá al anterior.

Artísticamente glorioso

Pero si por algo brilla Hollow Knight es por su excelente trabajo artístico. El diseño de escenarios, personajes, enemigos, animaciones y efectos visuales está en perfecta sintonía, no sintiéndose ningún elemento fuera de lugar o contexto y destacando por su acabado de altísimo nivel. Su aparente estética cartoon sólo es una manera de suavizar una atmósfera lúgubre, oscura y opresiva que nos sumerge hasta lo más profundo de un abismo para encontrar los horrores que en él habitan. Es sin duda un oscuro universo que, de una manera u otra, nos recuerda a las obras de From Software.

Y si los gráficos son excelentes en su contexto, el sonido, en especial su banda sonora, es el componente que pone un broche de oro para terminar de afinar una ambientación excelente.
Las melodías, por lo general tristes y melancólicas, consiguen construir un ambiente lleno de misterio, descubrimiento y peligro. Consiguiendo así Hollow Knight transportarnos a un olvidado reino de bichos, antaño grande y glorioso, en el que ya sólo queda ruina, herrumbre y un mal que anida en su más profunda oscuridad. Un reino que crece hacia abajo y en el que, cuanto más nos sumergimos, más peligroso se torna, pero a su vez más respuestas nos va ofreciendo.

Respuestas en una historia parca en palabras que se va construyendo muy poco a poco y que, sin ser especialmente enrevesada ni sorprendente, consigue siempre empujarnos un poco más allá.

Aun así, estamos lejos de hablar de un juego perfecto; algunas veces morir es demasiado frustrante, los puntos de guardado están realmente muy alejados, lo que no propicia las partidas rápidas, y en muchas, muchísimas ocasiones, no nos quedará más remedio que “peinar” todo el mapa en busca del siguiente punto por el que continuar. Esto es un detalle que está bien al principio, cuando las dimensiones del escenario están contenidas, pero del meridiano de la partida en adelante puede desanimar bastante tener que recorrerse media docena de zonas para saber por dónde seguir. A este respecto, bien es cierto que el juego te da herramientas, como chinchetas que podremos colocar en el mapa, pero se nos antoja insuficiente en las últimas instancias del juego.

Finalmente, Hollow Knight es un juego que en ninguna de sus versiones supera los 15 Euros y que se amortizan casi desde el minuto uno. Muy pocos juegos atesoran semejante calidad/céntimo, un imprescindible del género que falla en muy poco y que se disfruta especialmente en plataformas como Switch, pues tanto la versión TV como portátil rayan un nivel y fluidez fuera de toda duda, convirtiendo a Hollow Knight en un gran compañero de viaje.

Hollow Knight

8.5

NOTA

8.5/10

Destaca en:

  • Los controles son súper precisos
  • Su apartado artístico
  • La banda sonora

Podría mejorar:

  • Los puntos de guardado están demasiado separados
  • No saber por dónde tenemos que seguir frustra, sobre todo de media partida en adelante

About Adrian

Adrian Arribas es fundador de Generación Friki. Apasionado de los videojuegos, el manga y el cine desde la más tierna edad, también se encarga de redactar artículos para todas las secciones, aunque se centra especialmente en videojuegos, cine y eventos. Fuera de Generación Friki Adrian es desarrollador de software.

También te puede interesar:

BALDURS GATE III: cómo pasar de juego de nicho a juego de culto.

La sensación de jugar a Baldurs Gate 3 es la de sentir que eres tú quien está al volante de la trama, es posiblemente lo más parecido a una partida de D&D con tus amigos y a su vez es una increíble lección de jugabilidad, diseño, sistemas emergentes y de cómo debería de ser un RPG, uno de verdad.

HOGWARTS LEGACY: porno para Potterheads.

Es evidente que Hogwarts Legacy es fan service para los potterheads, pero tiene calidad por sí mismo y es muy disfrutable.

3 Comentarios

  1. Hollow Knight NO ES UN DARK SOULS EN 2D, malditos periodistas.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Thumbnails managed by ThumbPress