ASSASSINS CREED ODYSSEY: la historia de cuando los assassins quisieron ser witchers

Más de lo mismo, eso es exactamente lo que esperaba encontrarme con Assassins Creed Odyssey una vez superados los primeros minutos de juego y es que, por mucho que el público pida cambios, uno no reestructura un juego de la envergadura de Assassins Creed Origins para no volver a reciclar semejante colosal trabajo en, al menos, una o dos entregas más que amorticen el esfuerzo.

Así que, una vez más, y perdida la cuenta de cuantas veces lo he hecho en los últimos años, me senté a los mandos de una nueva entrega de la ultra prolífica saga Assassins Creed con las esperanzas mermadas, el hype al mínimo y la certeza de que en algún momento terminaría dejándolo por falta de interés o por simple tedio, como me pasó con Origins. Mi sorpresa fue cuando después de 50 horas de juego, sigo enganchado a Kassandra, a Grecia y a su maravilloso universo de guerra, mitología, filosofía y muerte.

No es el qué, es el cómo

Assasins Creed Origins tenía prácticamente todos los elementos que tiene Odyssey salvo un puñado de novedades y cambios. Sin embargo, por mucho que los ingredientes y las proporciones sean las mismas, los estofados de mi madre están mucho más ricos que los míos. Y es que parece que Assassins Creed Odyssey lo han hecho las madres de los autores de Origins, sólo para enseñarles cómo se hace un buen estofado con las mismas patatas.

Bayek fallaba como personaje; con una incesante búsqueda de venganza que a su vez dejaba un enorme reguero de cadáveres a su paso, convirtiéndose por definición en alguien mucho peor que su némesis y al que aún así la historia disfrazaba de sufridor y mártir justiciero. Kassandra (y el otro tío) son personajes mucho más fieles a sí mismos: matones a sueldo con pocos o ningún escrúpulo (esto depende de nosotros) que persiguen un objetivo y no les importa a quién o a cuántos han de llevarse por delante con tal de cumplirlo. Personajes que se construyen en unas bases mucho más sólidas y fáciles de encajar en cualquier contexto, lo que justifica casi cualquier acción que cometamos con los personajes por su simple contexto argumental. Es un trasfondo fácil para un juego de estas características, pues cualquier personaje enmarcado dentro de la definición de “cazarrecompensas”, o “soldado de fortuna” cae de manera automática en un espacio en gris en el que ni el bien ni el mal le incumben por definición, resultando así mucho más sencillo justificar acciones que con cualquier otro trasfondo resultarían incongruentes.

Más allá de si el juego capea mejor o peor la (perdón por la definición) disonancia ludonarrativa, Assassins Creed Odyssey sabe introducirnos de lleno en su universo. Y es que pocas ambientaciones son más apropiadas para un juego de estas características que la de la antigua Grecia, justo al comienzo de la guerra del Peloponeso, que inicialmente implicaba a Atenas y a Esparta.

Pasear por los campos, los viñedos, las costas, los acantilados y los bosques del archipiélago griego es increíblemente satisfactorio, regalándonos el juego algunas panorámicas realmente bellas, en uno de los juegos third party más potentes en este aspecto de toda la generación.

Argumentalmente es uno de los juegos más interesantes desde la segunda entrega, con un protagonista que se aleja de los arquetipos dramatizados y taciturnos para mostrarnos a una protagonista, Kassandra (y al otro tío) que desborda carisma. Un personaje desinhibido, seguro de su sexualidad (la usarás bastante) y con un buen sentido del humor. Alexios es básicamente la versión masculina de Kassandra, con las mismas cualidades pero mucho menos carisma; quizá sea por el estupendo trato que ha recibido el doblaje de nuestra heroína en la versión en español, pero personalmente Alexios me ha parecido un pelele frente al arrollador carisma de la espartana.

No hace sino enriquecer aún más el aspecto narrativo de la obra el hecho de poder encontrarnos con algunas de las grandes personalidades de la época, como ya es costumbre en la saga. Pero hay que reconocer que después de la Italia renacentista, esta Grecia es uno de los mejores lugares para encontrarnos con algunas de las grandes figuras históricas que influenciaron diferentes aspectos de nuestra cultura, como Hipócrates, Sócrates, Leónidas y un buen puñado más.

Adicionalmente, las mecánicas de juego se han visto potenciadas y ampliadas y, aunque el juego no nos obliga a cumplir ni con el 30% de las actividades que propone para acabarlo, algunas de ellas, como la guerra de facciones, o las batallas navales, son sin duda pasatiempos ligeros pero de una elevada calidad, que agregan una capa extra a un juego que con cada entrega se va acercando más al RPG de mundo abierto.

El combate también ha cambiado con respecto a la anterior entrega, sacrificando el uso del escudo en pro de darle más importancia al movimiento de esquive y a cubrirnos con nuestra arma en el momento preciso. Si el combate de Origins fue comparado con el de Dark Souls, sin duda a este Odyssey se le comparará con Bloodborne.

El resultado final, con los añadidos del barco, las conquistas, nuestra lista negra de objetivos a desenmascarar y cazar (lo pongo así para evitar spoilers), quizá quede mucho más cerca de lo que vimos con The Witcher 3 que de las clásicas aventuras de subterfugio de los Assassins. Assassins Creed ha sacrificado parte de su identidad y ahora camina más a la zaga del brujo de lo que ningún juego lo ha hecho hasta ahora, y creedme si os digo que esto es un halago.

Arrastrando viejos problemas

Por desgracia algunos problemas endémicos de la saga siguen estando ahí. Es increíble lo poco que Assassins Creed (y el resto de videojuegos en general) han avanzado en las dos últimas generaciones en materia de inteligencia artificial. En plena era de la IA, el Deep learning y la algoritmia autogenerada, los soldados de Assassins creed Odyssey se siguen comportando como auténticos idiotas, resultando esto en demasiadas situaciones absurdas en las que es demasiado fácil entrar corriendo, abrir los cofres de una zona restringida, quemar sus recursos, salir haciendo oídos sordos a todas las alarmas y con una docena de soldados detrás nuestro, todo esto sin recibir ni un impacto y con ninguna consecuencia ni penalización, pues en un minuto los soldados se han olvidado de lo que estaban haciendo.

Una situación anticlimática que por un lado proporciona una manera “injusta” de jugar, pues permite saltarse todas las invitaciones del juego a disfrutarlo de determinadas maneras, premiando un comportamiento anormal por parte del jugador, que consigue las recompensas de manera más sencilla “haciéndolo mal”. Un problema que da al traste con todo el universo del juego provocando una sensación desagradable producto de la dejadez de Ubisoft en materia de Scripting e IA.

¿Qué dice la prensa?

En este caso las reviews de la prensa estaban disponibles entre 4 y 2 días antes del lanzamiento del juego.

Assassins Creed Odyssey tiene un promedio de 8.3 en Metacritic otorgado por la prensa y un 5.8 otorgado por los usuarios.

Prensa nacional:

Meristation: 9.0

3DJuegos: 8.5

Hobby Consolas: 9.0

Prensa internacional:

IGN: 9.2

Game informer: 8.3

Game informer: 8.3

¿Qué dice Generación Friki?

En términos generales, Assassins Creed Odyssey ha sido una grata sorpresa que, aunque continuista en exceso con respecto a Origins, sabe bien encandilar al jugador para adentrarse en su universo y mantenerle en él durante muchas, muchas horas. Una obra superior en prácticamente todo a su predecesora que en general deja buenas sensaciones pero que aún tiene un amplio margen de mejora para futuras entregas. Esperemos que el próximo juego de la saga se mantenga suficiente tiempo en el horno como para presentar auténticas novedades y, sobre todo, una IA a la altura de los tiempos que corren.

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Assassins Creed Odyssey

7

NOTA GLOBAL

7.0/10

Destaca en:

  • La Grecia Antigua y su espectacular puesta en escena, impresionante.
  • Gráficamente el juego es intachable y muy sólido en cuanto a FPS.
  • Una cantidad de contenido inabarcable.
  • Mejora a Origins en todos los aspectos…

Podría mejorar:

  • …Pero no incluye novedades de peso y, en líneas generales, es demasiado parecido.
  • La IA roza lo absurdo en muchas (demasiadas) situaciones.
  • Los dichosos micropagos, ahorros de tiempo y pases de temporada.

About Adrian

Adrian Arribas es fundador de Generación Friki. Apasionado de los videojuegos, el manga y el cine desde la más tierna edad, también se encarga de redactar artículos para todas las secciones, aunque se centra especialmente en videojuegos, cine y eventos. Fuera de Generación Friki Adrian es desarrollador de software.

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