ALADDIN DE MEGA DRIVE: fenomenales poderes cósmicos en un espacio chiquitín de 16 bits.

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Nos encontramos a principios de los 90. Una época en la que las nuevas tecnologías apenas estaban empezando a salir del cascarón, las redes sociales no existían y el cine infantil estaba prácticamente gobernado por Disney. Nuestras únicas fuentes de dibujos animados eran el cine y los espacios infantiles que las cadenas de televisión dedicaban a este sector de la sociedad con una calidad, en algunas ocasiones, un poco deficiente. Por lo tanto, ir al cine era toda una aventura. Además, la fluidez de noticias era muy limitada. En aquellos años, si querías estar al tanto de las últimas novedades de cine o videojuegos, debías recurrir a revistas especializadas o creerte los rumores que oías de tu amigo que se lo había contado su primo mayor que había oído en el patio de su colegio a un chico que…

Cualquier adulto que vivió los primeros compases de esta década, dirá que guarda unos recuerdos entrañables de su infancia. Puedo afirmar que me siento orgulloso de pertenecer a esa generación.

En medio de todo este ambiente noventero viví yo. Como tradición anual de mi infancia, ir al cine a ver la película de Disney de turno era una obligación moral para todo amante del séptimo arte. Corría el año 1993 cuando aterrizó una cinta llamada “Aladdín”. Sobre ella pesaba la enorme losa de superar o, por menos, igualar el nivel que había marcado “La Bella y la Bestia” (1992) la Navidad anterior. La historia era de sobra conocida: un muchacho encuentra una lámpara de la que sale un genio y le concede tres deseos. Si alguien a día de hoy diese esa descripción del largometraje de Disney sería para desterrarlo al desierto de Agrabah. La película encantó a grandes y pequeños. Sus señas de identidad fueron unos personajes muy carismáticos, grandes dosis de humor (muchas de ellas anacrónicas), una BSO magistral y un ritmo vertiginoso durante todo el desarrollo. En definitiva, una aventura con letras mayúsculas. Además, el uso del ordenador para recrear la alfombra mágica suponía un avance técnico en el cine infantil. La empresa de Mickey Mouse lo había logrado otra vez.

El éxito de Disney en las salas de cine hizo que se lanzara al mercado de los videojuegos con entregas de sus películas más emblemáticas.

Disney estaba volviendo a vivir una nueva juventud en las salas de cine y quería conseguir lo mismo en un sector que estaba ganándose un lugar importante entre la población infantil: los videojuegos. Aunque ya disfrutaba de buenos juegos en las tiendas de sus personajes más queridos, como Mickey y Donald, fue el éxito de los grandes largometrajes el que les llevó a sacar nuevos videojuegos al mercado. Gracias al empuje de la película, decidieron lanzar varios juegos con dinámicas muy diferenciadas sobre los que destacaban dos: uno para Mega Drive y otro para Super Nintendo. Aunque con otras franquicias habían creado juegos muy similares para ambas máquinas, la guerra encarnizada entre las consolas de 16 bits dio lugar a numerosos temas de derechos vendidos a diferentes compañías. Los jugadores disfrutamos de esa batalla sin cuartel con una amplia oferta de posibilidades. Ahí estaba servida la discusión en el recreo del cole:

  • La mejor es Mega Drive.
  • ¡Sí, ya! La Super Nintendo le da mil vueltas.
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La pantalla del título invitaba a jugar.

Un juego brillante y dinámico.

Desde el primer momento que introducías el cartucho de “Aladdín” (1993) en la consola, sabías que iba a estar impregnado del espíritu de la película: humor para todos los públicos y música extraída directamente de la cinta, con composiciones de Alan Menken y Tim Rice, galardonadas en varios festivales destacando el Oscar de Hollywood a la Mejor Banda Sonora y a la Mejor Canción “Un mundo ideal”.

Las empresas responsables del juego eran Disney Software (“Castle of Illusion” en 1990 y “Quackshot” en 1991) y Virgin Games (“El rey león” en 1994 y “Toy Story” en 1995) ya que Capcon fue la responsable de la versión de Super Nintendo. La historia se desarrollaba en paralelo a lo que contaba el largometraje. A través de diez niveles presentados con textos e imágenes de los personajes, Aladdín intentaba conseguir el corazón de la princesa Jasmine y liberarla del malvado Jafar.

Las opciones de configuración del juego eran bastantes limitadas. Sólo encontrábamos tres niveles de dificultad que nos modificaban las vidas y manzanas con las que iniciábamos la partida. El resto de posibilidades eran las relativas a activar o desactivar la música y los efectos de sonido.

Nos encontramos ante un juego de plataformas (el género estrella de la época) con algunos toques novedosos en cuanto al movimiento del protagonista. El personaje de Aladdín es el único al que podíamos manejar durante el juego a excepción de su simpático mono Abú en las zonas de bonus. Los movimientos de Aladdín eran fundamentalmente andar, correr, saltar, trepar y balancearse. Como norma general, la acción más recurrente de los juegos de plataformas y, más concretamente, de Disney de estos años fue el ataque con el salto pero en el juego de Mega Drive no eran efectivos.

En esta versión disponíamos de dos armas, la cimitarra y las manzanas, para atacar a los distintos enemigos que nos encontrábamos por los escenarios.

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Había premio si te ponías las orejas de Mickey.

El trazado de los niveles era relativamente amplio. Mientras unas pantallas se limitaban a avanzar hasta el final en un desarrollo horizontal, otras optaban por ascender a niveles superiores para buscar la salida. Este aspecto dotaba de más diversión al desarrollo del juego. Las partidas eran dinámicas y atractivas para la vista por el colorido y animaciones que las imágenes nos transmitían. Podías jugar para terminar el juego o para extasiarte de los pequeños secretos que escondía el cartucho: columnas de Goofy, orejas de Mickey, consolas Mega Drive en la pantalla del genio…

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Los ítems daban vistosidad a la aventura.

Otra seña de identidad de la época eran los “ítems” u objetos especiales que nos íbamos encontrando por las pantallas para conseguir vidas, créditos, continuaciones, energía o, simplemente, herramientas para poder atizar a los enemigos. Obviamente, todos eran reconocibles figuras relacionadas con la película.

Pero no todo va a ser una marea de halagos hacia este videojuego. La mayor limitación que le encontraba es su jugabilidad. Aunque el control era muy certero, en ocasiones te dejaba vendido con unos saltos traicioneros o unos ataques demasiados lentos. Estamos ante la única salvedad de todo un conjunto de aciertos en un videojuego que se convirtió en un referente de aquellos años.

Si después de leer todo el análisis hay alguien interesado en adquirir el juego en formato físico, tiene que recurrir a tiendas o páginas webs de segunda mano y su precio oscila entre 15 y 20 euros.

Conclusión: “Aladdín” es un juego de plataformas muy completo para la época. Está muy bien adaptado por la fidelidad a la película y por el cuidado que se tuvo en su desarrollo para que el jugador se sintiera parte de ese mundo ideal con el que nos deleitó la película en las salas de cine.

Y para terminar, ¿puedo besar al mono? ¡¡¡Buahhhh!!! ¡Qué asco de pelos!

9 out of 10 stars (9 / 10)

 

 

 

About JaviMolocotino

JaviMolocotino es friki desde que se aprendió la intro de He-Man de memoria cuando apenas sabía hablar. El cine y los videojuegos corren por sus venas y no desaprovecha una buena conversación sobre estos temas. Se ilusiona, lo vive... y, en la medida de lo posible, incluye sus "frikadas" en el día a día a través de su blog juegodefrikis.wordpress.com.

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4 Comentarios

  1. Me encantaba este juego!!!!
    Yo lo tenía xa PC. Lo he estado buscando años después en alguna versión compatible con windows, xo no lo he encontrado.
    Sabeis dónde lo puedo conseguir?
    Gracias!!

    • ¡Hola luliduna!:
      Sabemos que a día de hoy es difícil encontrarlo en formato físico a menos que esté en tiendas o en webs de segunda mano (versión de Mega Drive).
      La versión de PC puedes encontrarla en emuladores o lo puedes jugar online directamente. Sólo tienes que buscar en internet.
      Si estás buscando otro juego de Aladdín para PC, puede ser “Aladdín: La venganza de Nasira”. También salió para PSX. Es un juego muy flojo.
      Esperamos haberte ayudado.
      Gracias a ti por escribirnos.

  2. Realmente muy grande, lo disfruté mucho en Mega Drive. Aunque siempre a la sombra del de SNES, claro…

    • ¡Hola Marc!:
      La versión de SNES era entretenida pero no llegaba a la fluidez y ritmo de su rival. Fue uno de los grandes duelos entre las versiones que tuvieron las máquinas de 16 BITS.
      Gracias.

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