STRANGER THINGS 2: Algo raro sucede en Hawkins…otra vez

La primera temporada de Stranger Things cayó como una bomba sobre mi cabeza. Quizá fue porque pasaba por cierto momento de desencanto con las series, a veces tan repetitivas y predecibles, o quizá porque estudiaba una fórmula que además de original accionaba varios interruptores en mi cerebrito de friki, que hizo que absorbiera de principio a fin en una sola sentada, la primera temporada, cosa que muy, muy pocas series han conseguido.

Fuera como fuese, no fui el único al que Stranger Things se le quedó metida en la cabeza, llegándose a convertir en un pequeño fenómeno dentro de algunos círculos, pues es una serie que por su misma naturaleza nunca va a tener el calado que ha tenido Juego de Tronos, pero que, sin embargo, no por eso deja de tener un público fiel, entregado y ansioso de más.

Año y pico después del estreno de la primera temporada por parte de Netflix nos llega esta segunda parte en el mismo formato, esta vez con 9 episodios en vez de 8 y repitiendo el reparto de serie original casi por completo, con muy pocos añadidos. Quizá el más destacable sea el de Sean Astin, el jardinero más valiente de la Tierra Media (Samsagaz Gamyi, para los que no hayáis pillado la referencia), que interpreta el papel de Bob, el nuevo novio de una Winona Ryder que a su vez repite en uno de sus mejores papeles en años.

En la foto algunos de los nuevos fichajes para un reparto que funciona a las mil maravillas.

Stranger Things 2 no quiere ser más de lo mismo

Esta segunda temporada se abre en magnitud con respecto al tono intimista de la primera, repitiendo los tres arcos argumentales de la primera (el de los adultos, el de los adolescentes y el de los niños) pero esta vez entremezclándolos mucho más para conseguir nuevas situaciones e interacciones entre personajes. Este nuevo enfoque consigue algunos de los mejores momentos de la serie, destacando al personaje de Steve Harrington (interpretado por Joe Keery), que, sin querer dar demasiados datos, se descubre como uno de los personajes revelación de esta temporada.

Por otra parte, los hechos que se narran durante esta segunda temporada ya no son del conocimiento exclusivo de un pequeño círculo de personajes, participando los demás como meros espectadores o accesorios narrativos, sino que en la trama se ven envueltos la practica totalidad del reparto, ganando así el conflicto en escala y repercusiones.

Por desgracia esto trae algunos problemas a la hora de enfocar la historia, que a veces se siente algo dispersa y nunca llegamos a tener del todo claro algunos detalles, sobre todo con respecto al “malo” de la temporada, siendo éste en general demasiado metafórico y carente de matices o motivaciones, casi el típico malo maloso de serie de dibujos, vaya.

Probablemente el detalle que menos guste sea que el grupo de niños; protagonista en la primera temporada, ahora no lo es tanto y tiene que compartir metraje con otros personajes. Esta vez no son Mike, Dustin y compañía (aquí también tenemos algún añadido al reparto) los que llevan el peso de la narración, sino que como ya he dicho antes, esta se reparte mucho más entre los diferentes personajes.

La trama de Eleven (Once) no gustará a todos, sobretodo “ese episodio”.

Muchos echarán de menos el estilo íntimo y más cerrado con el que se desarrollaban los hechos en Stranger Things 1, pero los cambios en este tipo de productos siempre son de agradecer aunque no terminen de acertar del todo. No hay nada peor que una serie episódica anclada en el inmovilismo y en la que nunca termina de pasar nada.

La trama de Eleven, la más polémica.

Sin duda donde más discrepancia de opiniones ha habido ha sido con respecto a la trama de Eleven (Once en España), no solo por la forma de tratar al personaje y todo lo que le rodea, tratando de darle una catarsis que parece que nunca llega, sino también por “ese capítulo” que ha sido tan duramente criticado en general; y es que no es para menos, pues no sólo corta el desarrollo de la trama central de la serie de cuajo, sino que además el resultado es completamente anticlimático.

Afortunadamente todos estos problemas no son suficientes para empañar el resultado de esta segunda temporada de Stranger Things, que sigue siendo de una calidad incontestable, escalando posiciones hasta lo más alto en el top de las series actuales prácticamente sin despeinarse.

Las referencias a la cultura popular de los 80 siguen siendo constantes y maravillosas

Por supuesto siguen estando ahí las constantes referencias a la cultura popular de los 80, esta vez con guiños claros a Los Cazafantasmas, Star Wars, Poltergeist, Mad Max, algunos videojuegos de los arcades de la época… y otras referencias quizá no tan evidentes como El Resplandor, Indiana Jones o El Exorcista, entre otras muchas.

Finalmente, con la tercera temporada ya confirmada, pero sin fecha de lanzamiento concreta, tocará esperar algo más de un año para saber cómo continua una trama que queda mucho más abierta que en el final de su primera temporada, con numerosas incógnitas en el aire y en un momento que da pie a que de nuevo los hermanos Duffer puedan volver a sorprendernos con más referencias ochenteras, más Demogorgon y, en definitiva, más de Stranger Things. Esperaremos impacientes.

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Stranger Things Temporada 2

8

NOTA

8.0/10

Destaca en:

  • Los nuevos personajes aportan a la trama y son interesantes
  • La calidad técnica sigue estando por las nubes
  • Las referencias a los 80, pura nostalgia
  • La trama y el guion, a un nivel muy alto

Podría mejorar:

  • El arco argumental de Eleven
  • “Ese capítulo”
  • El “enemigo” no termina de convencer

About Adrian

Adrian Arribas es fundador de Generación Friki. Apasionado de los videojuegos, el manga y el cine desde la más tierna edad, también se encarga de redactar artículos para todas las secciones, aunque se centra especialmente en videojuegos, cine y eventos. Fuera de Generación Friki Adrian es desarrollador de software.

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