GOTHAM: analizando la evolución de la serie

Ya en la recta final de la primera temporada me tomo un respiro para analizar Gotham, continuando el trabajo que realizó Luigifreak dándonos a conocer la serie. Yo partía de la idea de una serie continuista con la obra de Christopher Nolan (sí, simplemente porque era lo último que había salido); es decir, algo oscuro (ahí he acertado), turbio, gótico (obvio) y sobre todo que mostrara con muchos indicios que Batman está por llegar. Nada más lejos de la realidad.

Como dijimos en su momento, “Gotham” es una serie de personajes y guión. No necesita grandes puestas en escena, que las tiene, puesto que la fuerza está en los diálogos e interacciones de unos con otros. Algo que, a menos que te encuentres con una sitcom, no abunda mucho a día de hoy.

Sin embargo, poco de Batman tenemos en Gotham como no sea la recurrente idea de que realmente se necesita al Caballero Oscuro para poner orden. Pocas veces veremos una ciudad tan corrupta, malvada, interesada y criminal como Gotham, y con tan pocos deseos de cambiar.

Yo siempre tengo en la cabeza a un James Gordon delgadete (rozando lo famélico) con un bigotito de esos de la época de nuestros padres, así, cortado a cepillo, y con gafas. Casi un administrativo más que un duro detective. Y Gotham me devuelve una imagen totalmente diferente a la de las películas, videojuegos y cómics mostrando a un tío bueno (es un tío bueno) duro de pelar y sin traumas infantiles que le hayan hecho ser como es. Sencillamente es un tipo íntegro en una ciudad que despacha policías como si fueran sellos usados. Y eso hace que su tarea sea doblemente peligrosa…y estimulante para nosotros, espectadores.

Ben Mckenzie desarrolla un personaje con un aura peligrosa. Una especie de duro Russell Crowe mezclado con el escrupuloso Guy Pearce en sus papeles de poli bueno/poli malo en la genial L.A Confidencial. De hecho, ¿no os da la sensación de que Gotham es una serie policiaca basada en el mismo mundillo que L.A Confidencial y El Padrino? Con algunas diferencias, claro, puesto que se basa mucho en el estilo de las series de hoy: cada capítulo avanza en la trama principal (en este caso asesinato de los padres de Bruce Wayne, mafias, evolución de los malos que luego representarán los grandes retos de Batman, presentación de futuros aliados…) a la vez que surgen “pequeños” asesinatos que los detectives James Gordon y Harvey Bullock deben resolver. A veces estos crímenes implican a la policía de Gotham, y otras veces son aislados, pero siempre trepidantes, asemejándose a las tramas de series como Castle, sólo que sin los chascarrillos. Si algo queda claro en Gotham es que nuestro protagonista es un tío al que no le gusta bromear.

Sin embargo, eso no impide que nos enamoremos de él o de otros personajes. Otro que nos deja con la boca abierta cual cuenco de palomitas es Robin Lord Taylor, en su papel de Oswald Cobblepot. Seguramente a día de hoy sea el gran favorito de todo seguidor de la serie, aparcando esa imagen de “El Pingüino” que teníamos como un tipo gordo y estrafalario (perdón, eso último sigue siéndolo), para pasar a ser este grimoso ser delgaducho de moral tan confusa. No es que sea laxa, sencillamente (y eso nos encanta) es que no sabes qué esperar de él.

Otro de los personajes protagonistas sorpresa ha sido precisamente el único que no pertenece al mundillo de Batman. La mafiosa Fish Mooney (Jada Pinkett Smith), carismática, peligrosa, inteligente, ambiciosa y sólo lo justo y necesario de sensual para que no pensemos que estamos sólo ante una cara bonita. Yo dudaba sobre la inclusión de un personaje nuevo supongo que por purismo, pero desde el primer capítulo, e in crescendo desde entonces, ha ido demostrando que merece toda la atención que le estamos dando, haciendo que no mostremos atención a otros personajes femeninos como Bárbara o la doctora Leslie (Morena Baccarin).

Destacar también a un Sean Pertwee como Alfred Pennyworth que le hace una competencia estupenda a Michael Caine, cuando ya nadie creíamos que habría mejor mayordomo de Wayne que nuestro leal viejecito. El Alfred de Gotham es un curtido ex marine, canoso pero de mediana edad, en forma, y al cual los acontecimientos que ocurren en torno a su joven señor le hacen adoptar posturas más activas que a las que nos tiene acostumbrado el tradicional. Y esto, lejos de ser blasfemo, enriquece al personaje.

Quizás lo único que a cualquiera que vea una serie en la que muere media docena de personas por capítulo (así a ojo) es saber que, ya que es “precuela” de Batman, algunos personajes no morirán. Jim Gordon, Harvey Bullock, Bruce Wayne, Alfred Pennyworth, Oswald Cobblepot, Bárbara Kean, Carmine Falcone….están con nosotros desde el principio y lo que debemos recordar como importante de ellos es su evolución en la serie, no saber si morirán o no. Otros, como el por ahora joven asistente del Fiscal de Distrito, Harvey Dent, van apareciendo en escena, haciéndonos saber que, aunque algunos personajes desaparezcan, no nos quedaremos sin protas. Algo así como en Juego de Tronos.

Pero no os penséis que esta es una serie de grandes estrellas. Cada pequeño papel, destacando los de los personajes más jóvenes del reparto, están pensados con mucho cuidado para que no empañen las actuaciones de los que tienen más texto, haciendo que el peso esté gratamente bien repartido.

Espero con ansias el siguiente capítulo, pero estoy tranquila porque hace poco anunciaron que habrá una segunda temporada y lo cierto es que estábamos un poco escamados. Gotham es una serie con una audiencia fiel (y seguramente friki) pero no es el megaéxito que se esperaría de una serie sobre el superhéroe Batman y su entorno. Sin embargo, nosotros la consideramos una apuesta segura, una serie completa y rotunda, trepidante y con las dosis adecuadas de todo para satisfacer a todos los públicos.

El mismo trailer que la otra vez, pero en inglés. Creemos que el doblaje de Gotham es excepcional, pero aún así podéis querer verla en versión original.