BLINDSPOT: no es sólo un cuerpo tatuado más

Cada vez le exigimos más a las series de género policíaco, es un hecho. Ya no nos vale con relaciones amorosas entre compañeros, algún que otro muerto con implicación emocional con alguno de los protagonistas y capítulos autoconclusivos en los que hay que pillar al malo mientras el prota de turno supera el trauma de turno. Ahora necesitamos cosas un poco más complejas que justifiquen que se haga una serie, y no una película; que justifiquen la realización de la serie no por el carisma de sus personajes, sino por el argumento en sí mismo.

Sin embargo, es una serie más de policías, ¿o no?

Blindspot (2015) es una serie que acaba de terminar su primera temporada y que desde el comienzo nos dio buenas razones para creer que no sería una serie de polis más. Por ello, no es de extrañar que la NBC haya renovado para una segunda temporada, la cual se estrenará el 14 de septiembre de 2016. Sin embargo, la base de la que parte sí nos recuerda a cosas que ya hemos visto antes (series como Prison Break, pelis como Memento…) que hacen que cueste darle una oportunidad a algo que parece ya sobadete.

Y caeríamos en un error. Blindspot nos ofrece demasiados giros de argumentos, demasiadas facciones y demasiados secretos para ser una serie plana. Hasta sus historias amorosas son más complejas y menos evidentes de lo que a simple vista parecen.

Así pues, nos encontramos con una mujer (Jaimie Alexander) que es encontrada por el FBI desnuda y con el cuerpo lleno de tatuajes recientes. Sufre de una amnesia permanente producida químicamente por la Proteína de Interacción Zeta, inyectada en cantidades bestiales. Debido a ello, se le ha borrado toda la memoria narrativa. Sin embargo, la procedimental está intacta y a medida que van avanzando los capítulos descubrimos que la desconocida no es una simple civil y que su pasado, fuera el que fuera era, como mínimo, muy movidito.

Y todo el FBI, como locos, con la capitana Bethany Mayfair (Marianne Jean-Baptiste) al mando, y con un equipo especial liderado por Kurt Weller (Sullivan Stapleton) y apoyado por la doctora Patterson Leung (Ashley Johnson), y los detectives Edgar Reade (Rob Brown) y Tasha Zapata (Audrey Esparza), ahondan en los tatuajes con el fin de encontrar respuestas.

La situación habitual que encontramos en la serie es que investigan sobre los tatuajes y de vez en cuando surgen atentados, secuestros, problemas en general por la ciudad relacionados con ellos, como si fueran alarmas, como si los tatuajes fueran indicaciones de cosas que van a pasar, como si alguien intuyera que todo eso va a pasar y lo fuera tatuando para el futuro en el cuerpo de la chica.

Esos mini casos que ocupan cada capítulo son variados, complejos para ocupar sólo un capítulo, y siempre acaban teniendo una relación con el caso principal (chica tatuada) de una u otra manera. De cualquier forma, la trama principal intenta recuperar trozos de la memoria de la tatuada a medida que las escenas van provocando reacciones en ella que despiertan trozos de su pasado.

Hasta aquí la parte que resulta evidente, pero Blindspot tiene más cosas que ofrecer. A poco de empezar te das cuenta de que no son polis persiguiendo a los malos, solucionando casos y metiendo a los malos entre rejas, con un atractivo agente que comparte pasado con una guapa chica tatuada causando uno de los mayores enigmas de la serie ¿es ella su desaparecida vecina Taylor Shaw?. Las diversas facciones que componen la serie (que no sabemos cuáles son, ni cuántas son, ni si están entrelazadas) nos ofrecen soluciones que nos dejarán atónitos. Esto es así porque los casos no siempre se resuelven favorablemente. Hay mucha frustración, muchas muertes (en serio, muere hasta el apuntador) y no siempre sale todo como se espera.

El lado negativo de esto es la existencia de demasiados daños colaterales que a nadie le importan, cada vez que se acercan a una pista alguien muere, y no siempre es alguien que teóricamente “debía” morir. También tenéis que prepararos para muchos tiroteos. Si os gustan, no hay problema, pero quedáis avisados de que hay, como mínimo, uno por capítulo. Y de esos largos en los que, por supuesto, muere gente.

¿Y qué tal los personajes?

Cuando ves una serie con tanto diálogo como esta no puedes por menos de echarte a temblar si no empatizas con los personajes. En general puede que alguno no te caiga bien pero, quitando el protagonista masculino Kurt Welles, que es un poco Mary Sue, son todos personajes interesantes y, lo mejor de todo, muy realistas. ¡Ah! exceptuando a la persona encargada de la informática que prácticamente es DIOS porque SIEMPRE sabe cómo solucionar todo al más puro estilo House ¡oh, Dios mío, cómo no me he dado cuenta, si juntamos la pieza del archicuadrado potenusoarcaico con el equivalente tropezoide chiquilicondro todo encaja! ¡La solución la teníamos delante!

La gracia de los personajes de Blindspot, eso sí hay que admitirlo también,  es que los secundarios no son meros espectadores y sus vidas parece que enriquecerán la trama principal, manteniéndose así en la segunda temporada; aparte, muchos de ellos esconden secretos que hacen que la serie en general no se convierta en una ampliación de la trama de Castle en la que el protagonista pierde la memoria. Al final, está todo inventado, pero es la forma en la que lo cuentas la que determina que el resultado sea interesante.

Así pues, una cosa que no se suele ver en series de este tipo, las cuales se centran en los personajes principales y sus pequeñas tramas, es el desarrollo de los personajes secundarios. Es cierto que sus problemas suelen afectar o estar relacionados con la trama en general, siendo un desarrollo casi al servicio de la serie, pero no por ello deja de ser interesante ya que enriquecen el universo.

Este desarrollo también se ven en la competencia y malos rollos entre CIA y FBI; la CIA está llena de mierda por todos lados, con Carter (Michael Gaston, un habitual de series de éxito) como director adjunto y jefe de estos complicando las cosas y mostrando que las caras amables también pueden esconder mentes sin escrúpulos.

Blindspot es una serie policíaca llena de términos técnicos y científicos que no nos importarán. Seguiremos las aventuras de los agentes del FBI y de la desconocida que puede o no puede ser Taylor Shaw en la búsqueda de la verdad, en la resolución de los crímenes a los que les conducen los tatuajes y en la agradable sensación de que aunque creáis que sabéis a dónde llevará todo, como espectadores acabaréis sorprendiéndoos.

**Trailer-resumen del primer capítulo