MEDIANOCHE EN PARÍS: una mirada optimista al amor y a los años veinte.

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Es de sobra conocido por los amantes del cine la habilidad que tiene Woody Allen en crear y dirigir películas increíblemente dispares entre sí. Puede dejarnos maravillados con Annie Hall, intrigados con Match Point, o divertirnos ligeramente con Scoop. Esta vez, el también director de Vicky, Cristina, Barcelona regresa totalmente rejuvenecido, optimista y deliciosamente sencillo regalándonos una maravillosa comedia con toques de ficción llamada Medianoche en París (Midnight in París, 2011).

Gil Pender (Owen Wilson) es un guionista de Hollywood que está anclado en la rutina y en la monotonía de su trabajo. Está muy lejos de sentirse realizado con lo que hace y sueña con que algún día se convertirá en un aclamado escritor al que tomarán en serio. Su prometida, Inez (Rachel McAdams),no entiende y tampoco comparte los pensamientos y las metas del que será su marido, tachándolo en algunas ocasiones de inmaduro y ridículo. Aprovechando un viaje a París para visitar a sus suegros, Gil, buscará la inspiración en los callejones y en la gente de la denominada ciudad del amor.

Como si de Cenicienta se tratase, los paseos a medianoche del escritor le llevarán a la capital francesa en los años veinte, donde conocerá entre otros al novelista Ernest Hemingway (Corey Stoll), al ilustre pintor Salvador Dalí (Adrien Brody), a Adriana de Burdeos, amante de Picasso (Marion Cotillard); al escritor F. Scott Fitzgerald (Tom Hiddleston) junto a su esposa Zelda Fitzgerald (Alison Pill), al intelectual Paul Bates (Michael Sheen) y a la reconocida escritora Gertrude Stein (Kathy Bates). En ese mundo ficticio y onírico creado de principio a fin por Gil Pander, los artistas citados anteriormente, que dejaron su huella de una manera u otra en la ciudad, le ayudarán a encontrar la inspiración en su novela y le harán ver que el amor no tiene que ser, ni mucho menos, un complicado galimatías.

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Dalí dejando ver a Gil lo carismático que podía llegar a ser…

Woody Allen, nos presenta una comedia fresca, divertida, entrañable y tierna con escenas que nos adentran en los años veinte franceses a pesar de no ser esa la época en la que vive Gil, consiguiendo que los espectadores se hagan una mínima idea de lo que se hacía en aquellos años, de los pensamientos de los escritores y artistas, de la decoración de los bares, de la música y del estilo de vida de aquellos tiempos. Una vez más, Allen, nos muestra que lo sencillo y lo simple puede generar una increíble belleza. Y esto, es lo que pasa con Medianoche en París. La cinta no cuenta con un argumento complicado ni enrevesado, y los protagonistas tampoco tienen un pasado oscuro, trauma infantil o un secreto oculto y peligroso que por su bien nadie debería saber.

En lugar de eso, la película nos habla de las motivaciones, superaciones, metas de cada uno, y los sueños que todavía nos quedan por cumplir. Nos da un pequeño empujoncito para hacer lo que realmente queremos en la vida y no lo que se espera de nosotros. En cierta manera nos explica que nos arriesguemos y luchemos por los sueños y que no nos dejemos vencer por las cosas que no nos hacen felices o que no nos aportan nada; que de algún modo, saquemos la cabeza del agua y nos alejemos de la rutina y de la monotonía.

A través de Gil Pender, Woody Allen nos hace saber que la magia está en los pequeños detalles de la vida y en los lugares más inesperados que, si tenemos una idea en la cabeza, hay que darlo todo por llevarla a cabo, y que el amor debería ser algo optimista, sencillo y simple para las personas, y no algo doloroso y complicado como muchos parecen creer.

Medianoche en París consigue de sobra llevarnos a ese mundo idílico creado por el protagonista donde se lucha porque los sueños se hagan realidad.

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¿Qué haríais vosotros si Hemingway y Gertrude Stein pudieran leer alguna de vuestras novelas? Lo primero de todo, alucinar.

Si hablamos de las interpretaciones, tengo que decir que me sorprendí de una manera insospechada. Siempre he creído que Owen Wilson era un cómico más que un actor y que Rachel McAdams, era capaz de llevar a cabo cualquier papel a escena. Pues por mucho que me cueste reconocerlo me equivoqué con ambos. Woody Allen descubre a un actor sensible, auténtico y natural, dando lugar a una de las mejores actuaciones hasta la fecha de Owen Wilson sin lugar a dudas. Sin embargo, con Rachel McAdams me ha dado la sensación de que no estaba disfrutando de su papel, incluso podría aventurarme a decir que su trabajo me ha parecido insípido, carente de personalidad y algo monótono. Me pregunto si no le gustó demasiado estar bajo la dirección de Woody Allen.

Sea como fuese, Medianoche en París cuenta con, desde mi humilde opinión, merecidos premios en lo que al séptimo arte se refiere. Fue nominada en los Premios Oscar de 2012 a la Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión Original y Mejor Dirección Artística, ganando únicamente la estatuilla al Mejor Guión Original. En los Globos de Oro del año 2011 fue candidata a ser Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión y Owen Wilson optó a ser el Mejor Actor de Comedia-Musical ganando como en los Oscar el premio al Mejor Guión. Y por último, también recibió nominaciones al Mejor Guión Original en los Goya del 2011 y al Mejor Reparto en el Sindicato de Actores, esta vez no siendo ganador de ninguno.

Woody Allen nos ha regalado, a través de las hermosas calles de París, una película agradable y entretenida de ver en todos los aspectos posibles, haciendo que el espectador tenga una sonrisa de oreja a oreja en prácticamente toda la cinta. Una vez más, Allen nos demuestra, esta vez de la mano de Owen Wilson, que es capaz de hacer películas puramente sencillas y simples con una increíble carga de belleza y naturalidad en cada una de las escenas dando un punto de vista optimista del amor y de las pequeñas cosas del día a día.

Medianoche en París

8.5

NOTA

8.5/10

Destaca en:

  • Guión original
  • Belleza y naturalidad
  • Buenos personajes
  • Owen Wilson sorprende con su actuación

About Mel

Mel es fundadora de www.nuncajamasyyo.com. Cinéfila y seriéfila empedernida y lectora apasionada. Amante del rock, indie y la música de los ochenta. Disfruta con los juegos de mesa, adora la Senda Arcoiris del Mario Kart, y el Munchkin.

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3 Comentarios

  1. Simplemente maravillosa. Es una película que te deja con un gran sabor de boca, buen rollo y que te hace ver que luchando por tus sueños conseguirás lo que quieres. A mi también me sorprendió la actuación de Owen Wilson. Nunca me había gustado, pero aquí tuve que callarme la boca. Cumple con su papel con creces, también he de decir que me sentí totalmente identificada con su personaje, es taaaan yo xD En resumen, una preciosa película, simple, sencilla, con una ambientación inmejorable, y que encantará sobre todo a soñadores, como yo 🙂

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