SALÓN OTAKU DE SALAMANCA 2017: discreto pero con encanto

Salamanca es una ciudad preciosa, quien la haya visitado podrá dar buena fe de ello, pero cuando nos olvidamos de los monumentos y las diversiones para turistas nos encontramos con una urbe que se queda algo parca de opciones a la hora de satisfacer a un segmento muy concreto de su población: los amantes de la cultura friki.

Por suerte las cosas están cambiando y no puedo evitar alegrarme cuando compruebo de primera mano como cada vez se le da más importancia a un colectivo que ha sido excluido durante años.

Es el segundo año que el Pabellón Multiusos Sánchez Paraíso da cobijo al Salón Otaku de Salamanca y debo decir que, pese a las limitaciones que trae consigo el celebrarlo en una ciudad tan pequeña, el resultado final ha sido lo suficientemente satisfactorio como para querer volver el año que viene.

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La entrada el evento, originalmente enmarcada por cosplays.

Algo que está claro es que el evento no puede compararse con otros de mayor magnitud como el Japan Weekend Madrid, sobre todo desde el año pasado, que se realizan en el Ifema, no se disponen de los mismos medios y el discreto tamaño de la ciudad desemboca en una asistencia mucho menor de la que nos podemos encontrar en los “pesos pesados”. El Salón Otaku de Salamanca sorprende precisamente por eso, porque a pesar de ser un evento relativamente pequeño consigue su propósito, transformándose en todo un baluarte para los otakus locales, que encuentran en el Salón un lugar donde pasarlo bien con personas que comparten sus mismos intereses en un espacio preparado para la ocasión ¿no es eso de lo que va todo esto al fin y al cabo?.

Es precisamente eso, el ambiente, lo que más destacaba de un salón que sin estar atestado, tampoco estaba vacío, y en el que se podían disfrutar de todas las opciones que se ofrecían sin tener que movernos a través de una marabunta de humanos que se mueven como pollos sin cabeza. Había sin duda una sensación permanente de buen rollo, asegurada por una buena disposición del personal. Tampoco hay que hacer colas para entrar, aunque el hecho de no ser gratis, ni siquiera para los cosplayers, puede tener algo que ver con la falta de multitudes.

Y ya que hablamos de los cosplayers, sí que debo decir que me sentí algo decepcionado con la ausencia de gente disfrazada en general. No me malinterpretéis, no es que no se animase nadie (de hecho había algunos trajes realmente impresionantes, podréis verlos en la galería que publicaremos en unos días) pero sí que eché en falta ver a más grupitos disfrazados mientras recorría los stands de la feria. Quizás el permitir la entrada a los cosplayers de forma gratuita (aunque fuese solo un día) sería el empujón adecuado para que más gente se animase a participar en el evento y debería ser un tema a considerar de cara al año que viene.

Stands y Actividades

Lo que no me acabó de convencer es la distribución general de los puestos y actividades, así como la variedad de los mismos. Ya he dicho antes que estamos hablando de un evento con limitaciones obvias, y que el espacio en el que se realizó el mismo no es precisamente grande, pero me resulta difícil no pensar que se podría haber organizado todo de otra forma.

Para empezar, el tema de las actividades. Sí, suficientes y con posibilidad de participar en ellas con relativa facilidad pero con unos espacios habilitados para ello que resultaban algo precarios y caóticos, sobre todo si tenemos en cuenta que el aforo no era particularmente elevado y que parecía haber personal más que suficiente para gestionarlo todo sin problemas. Con esto me refiero a que el área de videojuegos competitivos, pese a contar con una distribución más que aceptable y un buen número de consolas disponibles, parecía estar dominada por un permanente estado de anarquía, con un montón de gente apelotonada a la entrada sin formar ningún tipo de cola, lo que hacía imposible saber siquiera si se seguía algún tipo de orden.

El resto de actividades que se ofrecían iban desde la típica zona de juegos de mesa (que funcionaba estupendamente, todo sea dicho) pasando por campeonatos de LOL y diversos videojuegos de lucha hasta desafíos de baile y videojuegos retro para los más nostálgicos. Nada particularmente original o distintivo para unas actividades que, a pesar de lo mencionado anteriormente, funcionaban bien y siempre contaban con gente dispuesta a participar.

El concurso de cosplays por otra parte me resultó relativamente decepcionante. La localización del escenario era la adecuada y había sitio de sobra para ver las actuaciones pero una serie de problemas técnicos pusieron en un aprieto a más de un participante, cosa que no resulta agradable cuando te encuentras en el escenario frente a la multitud. No fueron graves en absoluto, pero creo que merece la pena señalar estos pequeños incidentes de cara a futuras organizaciones.

Sin embargo y como no podía ser de otra forma en este tipo de eventos, las tiendas sí que contaban con un espacio más que generoso y con una distribución mucho más adecuada en el recinto. Se encontraban en el centro del Salón (viva el capitalismo) y a pesar de que la mayoría eran tiendas genéricas de merchandising con el único propósito de aprovechar la situación para sacar tajada sí que había unos cuantos puestos (situados al fondo y mucho más discretos) que contaban con trabajos originales y muy trabajados que desde luego merecían mucho más la pena que lo que nos encontrábamos en el resto de tiendas.

También había un puesto dedicado a ofrecer comida, pero resultaba cutre y no acababa de cuadrar del todo con el ambiente general del evento. Vale que los fideos instantáneos pueden ser cocinados por cualquiera en su casa, pero meter un bloque de fideos en un vaso de litro y echarle agua hirviendo es estúpido. Al menos podrían haberse molestado en ofrecer cuencos o algún tipo de recipiente más acorde con la cultura japonesa, pero estaba claro que el stand era un simple intento (bastante cutre) de sacar pasta fácil y nada más.

Resumiendo, puede que el Salón Otaku de Salamanca no sea perfecto, no cuenta con los medios de ferias mas grandes y la asistencia es más bien reducida, tampoco puede hacer gala de una organización perfecta y se le da demasiada importancia al aspecto comercial de la feria; sin embargo, creo que estos eventos forman parte de la cultura de hoy en día y merece la pena potenciarlos. En este caso, la dirección era la correcta y con unos cuantos cambios podría llegar a convertirse en algo con mucha más calidad y con mayores ambiciones.

About Mr. Thanos

Mr. Thanos nació con un sable láser en una mano y el guantelete del infinito en la otra, adora el cine, los libros, comics , videojuegos, mangas y animes, si son gore mejor. Es recomendable no darle de comer a partir de las 12

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